El error de idolatrar los duelos

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Desnudado el sistema defensivo, el ataque se limita a unos contra uno

El goleador sevillista Ben Yedder intenta controlar un balón delante del lateral Odriozola.
El goleador sevillista Ben Yedder intenta controlar un balón delante del lateral Odriozola. / Juan Herrero / Efe
Jesús Alba

21 de diciembre 2017 - 02:34

Desde este rincón, en estas páginas, se ha relatado desde el comienzo de temporada -y antes incluso- cómo la obsesión de Berizzo en basar el modelo en duelos individuales acaba arruinando el sistema defensivo por los espacios libres que aprovecha el rival. En esta ocasión no incidiremos en ello en la fase defensiva aunque también -el gol de Zubeldia fue la repetición de uno de los de Bakambu en Villarreal (un saque de banda en un costado y finalización por el contrario)-, sino en la incidencia negativa que tiene en el juego de ataque creer a pies juntillas que en el fútbol todo son duelos individuales cuando es un deporte colectivo en el que es verdad que estos duelos tienen su importancia, pero mucho más el juego de asociación. Y no sólo en fase ofensiva, sino también en defensa, ya que se defiende mejor en conjunto. ¿Estamos de acuerdo en que se ataca y se defiende mejor unidos y coordinados que uno por uno?

Uno de los mandamientos del bielsismo es idolatrar los duelos individuales. Fomentarlo en el diseño de las tareas es norma común, aunque al no poder asistir a los entrenamientos no es una afirmación válida, pero en ataque los jugadores del Sevilla se basan exclusivamente en ellos. Conducciones individuales, unos contra uno constantes mientras los demás esperan, estáticos, el pase. Salvo en alguna fase después del descanso, ni siquiera un desmarque de apoyo, sin desdoblamientos, sin aparición de un tercer hombre ni su fase más primaria, una pared.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.
FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

Defensa

El sistema, al margen de la pérdida de la marca en la segunda jugada de un córner (1-0), quedó retratado en el segundo gol. Si en Villarreal Soriano se llevó a Carole al centro en un saque de banda para que Bacca hiciera el cambio y Bakambu atacara el espacio libre, la entrada de Zubeldia desde la banda (en el cambio nadie reparó a vigilar su marca) fue coser y cantar para la Real. Ganso y Krohn-Dehli completaron un déficit de ritmo con el que es imposible robar.

Ataque

Berizzo apostó por atacar el centro y perdió por las alas con Íñigo Martínez de lateral, aparte de desnudarse también en pasillos interiores (a la zona de Escudero y Krohn-Dehli) y retrasar mucho la primera línea de presión.

Virtudes

Sigue esa reacción en fases...

Talón de aquiles

Incapaz de robar, bailado.

Uno por uno

David Soria Berizzo apostó por un cambio arriesgado y, aunque no tuvo incidencia en la derrota, tampoco fue clave.

Corchia Ni fu ni fa. El juego interior que propuso el técnico no le ayudó a tirar y asociarse. Januzaj lo sacó de su sitio.

Geis Es el jugador más coherente y, ahora mismo, de más calidad. Su balón largo en el gol de Ben Yedder sirvió para que el rival no tuviera tiempo de bascular.

Kjaer Está mal. Lento, sin su sitio y superado. Una inversión muy costosa para no darse a notar.

Escudero Abandonó la marca en dos goles. En el 1-0, en la segunda jugada tras el córner, y en el 2-1, al no atender a un jugador que salía al campo por ese costado.

Pizarro No da el nivel por físico, ritmo en este caso. Y costó 8,8 millones.

Banega El que más lo intenta, pero tiene una merma física y ya con Emery no podía jugar todos los partidos. ¿Ahora?

Ganso Superado por el ritmo de juego. Siempre recibía de espaldas y ése no es su fútbol.

Krohn-Dehli Empezó en la derecha, pasó a la izquierda, por el medio y siempre sin fuerzas. En el gol sí decidió.

Sarabia No supo aprovechar que el lateral era Íñigo Martínez, entre otras cosas.

Ben Yedder Necesita mucho, quizá demasiado. Y lo intenta.

Franco Vázquez Nulo.

Muriel No entendió nada.

Nolito No le llegó juego.

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