Por eso los duendes no tienen edad...

La leyenda Jesús Navas promete más emociones antes de su adiós final, con citas calientes en el Bernabéu y en la fiesta en Nervión, aún pendientes 

El mensaje de Jesús Navas: "Este número es sagrado"

Jesús Navas, emocionado, tras el partido ante el Celta qje sirvió de su despedida.
Jesús Navas, emocionado, tras el partido ante el Celta qje sirvió de su despedida. / Antonio Pizarro

El sevillismo vibró en una tarde-noche mágica con su estrella, el futbolista más grande, por dimensión, títulos ganados y participaciones, que ha lucido el escudo presidido por el rey Fernando III el Santo. La despedida en partido oficial en el Ramón Sánchez-Pizjuán fue apoteósica. Jesús Navas no pudo contener las lágrimas y su emoción en ningún momento. Lloró al saltar al césped de la mano de sus dos hijos, Jesús y Romeo;lloró al ser sustituido y recibir el cariño de la afición en el minuto 71 y lloró cuando tuvo que salir a saludar a la afición, primero a la zona de Gol Norte y después haciendo el paseíllo por todo el terreno de juego.

Seguro que el Duende de los Palacios no durmió con tantas imágenes pasando una y otra vez por su cabeza. Cuando acabe todo –porque aún no ha acabado– dibujará jugadas mágicas en el jardín de su casa junto a los niños. Porque los duendes no tienen edad, los duendes son niños siempre. Niños sabios en los que se dibuja la dulzura, la sencillez y la humildad, valores que siempre ha llevado en su bandera el capitán, que todavía lo es, del Sevilla. 

Jesús Navas abraza a sus hijos.
Jesús Navas abraza a sus hijos. / Antonio Pizarro

Todo salió redondo. Sólo enturbiado por la sanción a tres canteranos (Isaac, Juanlu y Carmona) que hubieran dado cualquier cosa por no faltar a la cita, la primera estación marcada en el calendario del adiós de la leyenda pasó. Hubo triunfo, con gol de otro canterano además, Manu Bueno, no sin antes un sufrimiento que Jesús Navas vivió desde la banda con la pasión que le caracteriza.

Pero aún le quedan emociones por vivir al estandarte del sevillismo. Y tanto. El domingo, nada menos en la capital del reino, en un Santiago Bernabéu que vivirá las últimas carreras en partido oficial del futbolista con más títulos a nivel internacional con la selección española. El Real Madrid-Sevilla del próximo día 22 tiene guardados nuevos momentos especiales para el jugador y su familia. Será el último baile y tendrá el reconocimiento de toda España concentrado en las gradas del remozado coliseo del Paseo de la Castellana.

Pero, no obstante, aún quedará lo mejor. Ya en la intimidad de los suyos, de todo el sevillismo, la fiesta será inolvidable en el Sánchez-Pizjuán el día 30. Con sorpresas, visitas inesperadas y los más grandes de la historia del club sobre el césped de Nervión, muchos vestidos de corto para hacer inolvidable el adiós a un jugador que ha demostrado valores humanos a los que pocos son capaces de llegar.

El club irá desvelando poco a poco los detalles de la velada y las muchas sorpresas preparadas para tamaña ocasión, pero el sevillismo ya se puede hacer una idea. Se trata del futbolista más grande de la historia de la entidad, que ha querido alargar su presencia en la élite hasta que el cuerpo ha dicho basta y más allá, seis meses más allá.

Con 39 años, un mes y un día Jesús Navas jugará su último partido oficial ante el Real Madrid, pero quedará mucho más. Porque los duendes no tienen edad. Son siempre mágicos, como la ilusión que ha logrado contagiar durante 20 años desde su debut. Un ejemplo para todo el que se asoma al inicio de una carrera en el mundo del fútbol. La ilusión no tiene edad porque los duendes, como uno que vive en Los Palacios, no se cansan nunca. Siempre sonríen.

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