Vacuna, rivalidad y efecto placebo
Opinión | Pisando área
Me reconfortó salir a la calle y comprobar que el derbi repartió lenguas de fuego cual Espíritu Santo
SIEMPRE me he considerado rarito, no se asombren. Tiren el término en el buen sentido de la palabra, tampoco se pasen. Digamos que me gusta pensar al revés y mirar al lado contrario en el que señala Vicente por si a la gente se le pasa algún detalle importante.
Me quedo con el efecto de la vacuna que supuso el derbi para los tiempos que vivimos, una vacuna más para los sentidos que para activar los anticuerpos adecuados contra el malvado virus, que –no nos queda otra– tendremos que esperar a que nos la administren cuando señale el protocolo.
Me reconfortó salir a la calle y sentir el calor de los rescoldos de una candela necesaria para estas dos aficiones, metiendo en ella a la gente futbolera y a la que no lo es. La diferencia de un derbi con cualquier otro partido es que manda, como el Espíritu Santo a los Apóstoles de Jesús, lenguas de fuego a cualquiera de los mortales, capaces desde que pita el árbitro de vomitar opiniones sin en realidad saber lo que predican en lenguas que jamás hablaron ni conocieron.
Te enteras entonces de que el planteamiento de Fulano fue hacer no sé qué y que Mengano por fin dio con la tecla de lo que tiene entre manos cuando hace sólo cuatro días merecía la destitución por la imagen indigna que ofrecía en un proyecto a la deriva.
La vacuna contra el Covid-19 la tenemos ahí al ladito y ojalá que acabe o se aplaque pronto esta pesadilla, pero, mientras llega, la que nos pusieron el sábado sólo tiene un efecto placebo, tanto para unos como para otros, aunque tengo que decir que echaba de menos esa revolución que provocó en la sangre de los que la recibieron para que las opiniones, incluso las más disparatadas, fluyeran saliendo de una cárcel insoslayable abrochada con mascarillas.
Pasarán las semanas y béticos volverán a jurar en arameo al primer desliz de los de Pellegrini y sevillistas harán cuentas para viajar con el equipo en Europa cuando el virus lo permita. Efecto placebo.
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