Es cuestión de ir poniendo más surtidores a Lukébakio

A la cohesión colectiva le faltaba la calidad que llegó con Saúl, Suso, Jesús Navas y hasta Agoumé con su pase final  

Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante Osasuna

El central francés Badé despeja ante Aimar Oroz.
El central francés Badé despeja ante Aimar Oroz. / Antonio Pizarro

En este Sevilla tan cogido con pizas en cuanto a calidad y piezas realmente competitivas, se antoja clave para la estabilidad deportiva, incluso para la elevación de las aspiraciones, que su eje goce de continuidad. A saber: Badé con Gudelj sin la pelota, Lukébakio con ella... y Saúl Ñíguez en la creación de juego. El ilicitano dejó claro en su rato, no sólo por su mágico pase a Lukébakio en el gol, que es el hombre llamado a afilar ese orden táctico que procura Xavi García Pimienta.

Defensa  

Mantuvo García Pimienta el once inicial que sacó con sudor y sangre los tres puntos ante el Rayo Vallecano. Y como ante los madrileños en el caso de Álvaro García, una amenaza se cernía por el ala siniestra del ataque rojillo, por donde iba a zigzaguear Bryan Zaragoza. En la primera intentona del ex granadinista ante José Ángel, un golpe de cintura le bastó para provocar un agarrón del lateral sevillista. Martínez Munuera abrió su dinámica de permisividad y no amonestó. Pro no le llegaron demasiados balones más al menudo internacional español. El Sevilla empezó a apretar más arriba con eficacia, al mando de Gudelj y con Sow muy arriba y con un talante más agresivo. Los pamploneses echaban de menos la pausa de Lucas Torró y el peligro lo concentró Bryan Zaragoza al salir de su carril, aparecer por dentro y soltar un zapatazo con bote incluido al que respondió con rapidez y agilidad Álvaro Fernández. Por lo demás, Badé o Kike Salas encimaron a Budimir lo justo para que el croata no ganara apenas balones –salvo en el centro del gol, claro– y diera continuidad a Aimar Oroz o Rubén García.

Con los cambios, Kike Salas pasó al lateral y Gudelj actuó de central por el perfil izquierdo. Y en el tramo final, los blancos perdieron algo el sitio en la zona ancha y Osasuna insistió con balones colgados desde la derecha.

Ataque  

Los equipos que se enfrentan al Sevilla saltan a la hierba con la premisa de bloquear a Lukébakio con un marcador fijo, Juan Cruz, más otro muy pendiente de la posible salida del belga. Es fundamental que el Sevilla abra su abanico ofensivo por otras zonas del frente de ataque y quien lo hizo fue Isaac Romero descolgándose por la izquierda para recibir, arrancar y buscar a un socio en el área. Como ante el Rayo en el gol decisivo, fue Sow quien levantó la mano en la mejor ocasión de la primera mitad, pero el centro del lebrijano, bien templado, desde la izquierda le llegó ligeramente retrasado al suizo, que no pudo dirigir la pelota a la portería como pretendía.

En cuanto Suso y Jesús Navas salieron y se acercaron a Lukébakio, Osasuna sufrió más. Y Saúl sí que supo encauzar el balón hacia el camino que pedía cada jugada.   

Virtudes  

Cada vez aflora más el trabajo de entrenador en esa cohesión.  

Talón de Aquiles  

La calidad individual está contada y si falta a filas, tragedia. 

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