Cuatro expulsiones en nueve partidos, déficit a solucionar en el Sevilla
El parón por selecciones debe servir a García Pimienta para profundizar en corregir ese defecto que hasta ahora no ha tenido reflejo en los marcadores pero afecta a la dinámica del equipo
Haciendo de la necesidad virtud: el proyecto se refuerza tras el derbi
El triunfo en el derbi como colofón a la mejor racha de García Pimienta desde que es entrenador del Sevilla, con dos victorias y un empate en los partidos frente a Valladolid, Athletic y Betis, no debe esconder una realidad de la que han sido testigos sufrientes todos los sevillistas. El equipo del técnico barcelonés no ha terminado con los once futbolistas en cuatro de las nueve jornadas disputadas, dándose el caso de que tres de estos partidos se jugaron en casa y el aliento de la afición ayudó a amarrar el resultado ajustado en el que se encontraban los encuentros.
Se trata de un asunto que, según reconoció públicamente y también en privado el propio García Pimienta, se ha tratado con profundidad en el vestuario del Sevilla. En ello abundó el técnico sevillista durante la preparación del partido de máxima rivalidad, un encuentro que llega siempre con su halo de alto voltaje y máxima tensión y que es propenso a las tarjetas y las expulsiones. Pero ni aun así se libró el Sevilla de que Nianzou viera dos amarillas en el tramo final del encuentro y dejara a los suyos con uno menos en los últimos siete minutos, los que hubo de prolongación según decretó Martínez Munuera.
El colegiado balear le mostró la segunda amarilla al central francés, que ahora está convocado por la selección sub 21 de su país, por una entrada por detrás excesiva a Lo Celso en el mediocampo, en una jugada sin potencial peligro porque el organizador de juego del Betis estaba de espaldas al área del Sevilla. Fue curiosa la imagen de Nianzou arrepentido y pidiéndole perdón a Jesús Navas por su injustificada acción, dado que todos los futbolistas se habían conjurado para brindarle el triunfo al capitán en su último derbi y aquello ponía en peligro el 1-0.
Sin reflejo en el marcador, sí en las bajas
El Sevilla lo sacó adelante, gracias al sacrificio colectivo y al aliento de una afición volcada. Pero el episodio tiene precedentes demasiado cercanos como para que el cuerpo técnico del Sevilla no los repase con calma durante este parón de selecciones y active algún antídoto efectivo a este mal. Por ahora no ha afectado a los marcadores, pero sí a la dinámica del equipo, que se encuentra con continuas bajas por sanción que se unen a las de los lesionados.
El primer expulsado de la temporada fue Saúl. El mediocampista ilicitano de 29 años cometió el error de dirigirse al árbitro del encuentro tras una falta, algo rigurosa, que él mismo cometió y que ya era un fallo suyo por crear una situación de peligro evitable. “Eres malísimo”, le dijo a Muñiz Ruiz, que le mostró la roja. Era el minuto 89, también al final del encuentro, y el Sevilla, a domicilio, aguantó el 0-0 pese al empuje postrero del Mallorca. Le cayeron dos partidos de sanción.
Luego llegarían las tres expulsiones en el Sánchez-Pizjuán, en tres partidos consecutivos y siempre al final del partido, lo que ha salvado hasta ahora a los hombres de García Pimienta de que esa grave incidencia tuviera un reflejo negativo en el marcador.
Distinta casuística de las expulsiones
Frente al Getafe, Juanlu salió como suplente para intentar rematar el partido a la contra con su velocidad por la banda y duró muy poco tiempo en el césped: cuatro minutos concretamente. Vio la primera amarilla en el 83 por un derribo y la segunda amarilla se la mostró Busquets Ferrer en el minuto 87 y fue más que rigurosa por entender el árbitro que había simulado una caída en el área cuando el contacto fue claro, si bien era interpretable que fuese o no penalti. “No tenía la intención de engañar a nadie”, dijo disculpándose.
Luego llegó la expulsión de Marcao, que forzó jugando ante el Valladolid con una máscara por una pequeña fractura de nariz. El central había visto la amarilla en el 78 por un fallo en un saque de banda de Carmona hacia atrás: hizo una clara obstrucción. Por similar acción vio la segunda en el 90 tras una pérdida de Valentín Barco. El Sevilla aguantó el 2-1 y venció.
Todas las expulsiones han sido en los minutos finales. La tensión que ha vivido el Sevilla en el incierto inicio de temporada y el marcador tan exiguo en todos los partidos han tenido mucho que ver. Hasta ahora no han hecho daño esas incidencias y el alivio clasificatorio debe ayudar a que no se reiteren las expulsiones. Pero el mal está ahí y hay que corregirlo.
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