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El Sevilla, del purgatorio al paraíso de la mano de Mendilibar (2-1)

El imponente salto de En-Nesyri en el gol del triunfo ante el Villarreal simboliza el despegue de un equipo que, bajo la dinámica ganadora con el técnico vasco, deja casi lista la salvación, con un colchón de 8 puntos

Antes del golazo del marroquí, había marcó Rafa Mir y empatado Pau Torres en un gol validado por el VAR

El estratosférico salto de Youssef En-Nesyri para marcar el gol del triunfo sevillista. / Antonio Pizarro

El partido se movía en el alambre, el Villarreal quería deshacer el 1-1 para auparse a la quinta plaza y alimentar su objetivo de jugar la Champions, pero el Sevilla, aun valorando que el punto era bueno para dar otro paso hacia la salvación, tampoco desdeñaba un último esfuerzo. Y en un saque de esquina, pasado el minuto 93, con dos sólo por delante para los tres pitidos, emergió Youssef En-Nesyri para volver a cabecear en el mismo cielo de Nervión y para que el Ramón Sánchez-Pizjuán prolongara su fiesta del jueves.

El Sevilla de Mendilibar derrotaba con ese estratosférico testarazo al Villarreal, dejaba el colchón con el descenso en 8 puntazos y confirmaba que el plan del entrenador vasco toma altura. No sólo con vistas a esa apasionante eliminatoria con la Juventus los días 11 y 18 de mayo, también por la Liga: si los de blanco son capaces de hacer otra gracia en Bilbao el Jueves de Feria, lo mismo abren otra puerta impensable hace un mes.

El sevillismo, para el que la temporada era lo más parecido al purgatorio, se ha aupado a un dulce paraíso de la mano de un entrenador que, simplemente, llama pan al pan y al vino, vino. Que ha impuesto el catecismo de la sensatez. Que ha devuelto la confianza a jugadores ayunos de ella, como Óliver Torres, Suso, Rakitic, En-Nesyri. Que, sobre todo, dispone sobre la hierba a un equipo hambriento, en el que todos van a cada pelota como esos niños de prebenjamines que corretean en tropel a por ella, sin desmayo. Y un equipo que se siente rabiosamente ganador: con Mendilibar, , aparte de tumbar al gigantesco United, se ha llevado al bolsillo diez de los doce puntos por los que ha litigado. Y los dos del Celta que se escurrieron de forma tan dolorosa, son los que este domingo encontró ante el denominado Submarino Amarillo.

Estos dos puntos han caído del mismo cielo gracias a la cabeza de En-Nesyri. Porque cualquier sevillista presente en la grada valoraba el peso del empate ante un rival que en la segunda parte fue superior, que apretó lo suyo. Las dinámicas también juegan y la del actual Sevilla no puede ser más briosa, más ganadora. Ojo con esto.

José Luis Mendilibar ha convertido al Sevilla en una estampida de hambrientos que van a por la pelota con una voracidad desmesurada. Con piernas que no parecían propias de sus dueños, léase Óliver Torres, Rakitic, Suso. La puesta en escena fue apabullante. Durante los diez primeros minutos, los robos de balón en el mediocampo del rival se desgranaban sin remisión, en cascada. A recuperación por minuto.

A Mir le bloquearon un tiro en el primer minuto tras el primer robo de Óliver, al que dio continuidad Suso; luego, Rakitic resuelve mal otra clara ocasión al optar por una vaselina con dos compañeros esperando el pase para un remate franco; a los tres minutos, Bryan remata en el área; a los cinco, Óliver recupera la pelota de nuevo y Rafa Mir, cerca del palo izquierdo de Reina y con escaso ángulo, se decanta por un tiro fuerte y mal dirigido cuando Bryan estaba para empujarla a placer a su izquierda, en el área pequeña.

En su área técnica, Quique Setién asistía al tsunami de los los blancos con la cara descolgada. El inicio en corto de Dani Parejo era un caramelo para los sevillistas. Como el pase de Reina desde más atrás. Faltó en esa puesta en escena más sangre fría para resolver las situaciones tan ventajosas. El mismo frenesí para el robo luego le jugó en contra al encargado de resolver ante la portería.

Mendilibar refrescó muchísimo su once después del histórico partido de tres días antes ante el Manchester United. Sólo Badé y Rakitic repitieron en el once. Pero esa ausencia de no pocos puntales no restó un ápice de la intensidad, a veces agresividad, de un colectivo que en nada se parece al adocenado y lánguido equipo de Lopetegui y Sampaoli.

Faltó finura en esa fase inicial y el Villarreal, poco a poco, fue sacando la cabeza con su buen pie. En el minuto 17 salvó la presión por primera vez y Nianzou se cruzó en el área ante Pedraza. Lo Celso apareció más entre líneas.

No obstante, en una indecisión de dos de amarillo, Suso recibió la pelota en campo propio con un carril expedito, aceleró a su ritmo y Rafa Mir vio el desmarque al espacio. El gaditano le sirvió un dulce balón que el murciano convirtió en un obús a la escuadra izquierda de Reina, que esperaba quizás el tiro cruzado (34’).

El Villarreal reaccionó con fe. Y con la chispa en punta de Nicolas Jackson, sustituto del lesionado Morales en el minuto 21. Entre él y Lo Celso metieron a los suyos muy arriba y las llegadas, de repente, cayeron en cascada desde el minuto 41 al 45: un tiro alto con la izquierda de Jackson, otro pase de Lo Celso al punta que obliga a Dmitrovic a responder. Y el tanto de Jackson, a pase de Yeremi Pino, que el VAR anula, ya al filo del intermedio.

Mendilibar no cambió nada en el intermedio, quizás pensando en que los actores del jueves no entrasen hasta pasada la hora de partido. Pero el Villarreal seguía llegando. Chukwueze se soltaba cada vez más por la derecha y Dmitrovic debe repeler un tiro durísimo del extremo poco antes de que, de nuevo previa consulta del VAR, De Burgos Bengoetxea conceda el gol que marca bajo palos Pau Torres. Yeremi se anticipó por alto en el córner a Óliver y fue Badé, y no Mandi (éste en fuera de juego) quien tocó antes de que remachara Pau.

Al momento entraron Ocampos y En-Nesyri por Bryan Gil y Rafa Mir. El argentino a la derecha, Óliver a la siniestra. Y el partido rompió a un cerrado e incierto pulso. Al minuto 80, Lamela por un exhausto Suso y Jesús Navas por Telles: Montiel a la izquierda. Y en ese guion tan abierto, tan sujeto a un golpe de viento de una parte u otra, el viento elevó a En-Nesyri al mismo cielo. Y al sevillismo, a algo parecido al paraíso.

Ficha técnica

Sevilla: Dmitrovic; Montiel, Nianzou, Badé, Telles (Jesús Navas, m.80); Óliver Torres, Pape Gueye (Fernando, m.71); Suso (Lamela, m.80), Rakitic, Bryan Gil (Ocampos, m.58); y Rafa Mir (En-Nesyri, m.58).

Villarreal: Reina; Juan Foyth, Mandi (Cuenca, m.82) Pau Torres, Pedraza; Parejo, Lo Celso (Alberto Moreno, m.82), Terrats (Capoue, m.66); Samu Chukwueze, Morales (Jackson, m.21) y Yeremy Pino (Álex Baena, m.66).

Goles: 1-0 M.34: Rafa Mir. 1-1 M.56: Pau Torres. 2-1 M.94: En-Nesyri.

Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoechea (vasco). Amonestó a los visitantes Foyth (m.70) y Mandi (m.73) y al local Lamela (m.85).

Incidencias: Partido de la trigésima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante 29.635 espectadores.

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