La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
El Sevilla está en un momento crítico. Una vez terminada la temporada y afianzada la permanencia, el club nervionense se enfrenta a un verano tan complicado como decisivo. Una reestructuración que marcará el futuro de la entidad hispalense. Sin embargo, cada vez que sale algún ex de los nervionenses que ha sido importante en el pasado, todo se vuelve a remover.
Quique Sánchez Flores, quien dirigió por última vez al Sevilla el pasado domingo, se pasó por el Partidazo de Cope, de Juanma Castaño, para hablar sobre todo. Absolutamente de todo. Uno de los temas tocados fue la salida de Ivan Rakitic, allá por el mes de enero, que repartió sorpresas y levantó críticas en la afición hispalense, muchas de ellas para el técnico madrileño.
Ahora, delante de un micrófono, explicó cómo se desarrolló la salida del croata. Todo empezó el pasado 25 de enero. El Sevilla disputó en el Cívitas Metropolitano el partido de cuartos de final de la Copa del Rey. Acabó cayendo en un encuentro en el que Rakitic entró al campo a los cincuenta minutos: "Al día siguiente, él entra en mi despacho, y con mucha educación y respeto me dice: 'Míster, veo que no cuentas conmigo y es mejor que lo sepa'".
Ante esta declaración, Quique Sánchez Flores intenta cambiar el rumbo de la conversación para lograr que Rakitic se sume a la causa: "Le dije: 'No, sí que cuento, pero no veo a ningún jugador que esté en un momento de forma extraordinario, tú tampoco, y ahora mismo para mí cuentas dependiendo. A veces jugarás de inicio, a veces en el medio, a veces al final. Lo que sí te pido es que me ayudes como capitán. Que me ayudes porque es una situación en la que vamos a necesitar de la tutoría de la gente más sabia o la que tiene más experiencia'".
Pese a la mano que le tendió Quique Sánchez Flores, Ivan Rakitic se negó a cogerla y acabó marchándose. Tan rápido como sorpresivo, el segundo capitán del Sevilla se marchó en un momento muy delicado de la temporada, reconociendo públicamente que lo hacía porque no iba a mantener el alto nivel de minutos que sí tuvo con Diego Alonso o José Luis Mendilibar.
El técnico madrileño lo resumió así: "Bueno, se salió del despacho, meditaría y al día siguiente, en mi despacho, me dijo: 'Los jugadores tienen que reconocer cuándo no estamos ya para determinadas cosas y creo que me debo ir'. Pues respeto absoluto, es tu decisión. Y la gente tiene que saberlo", expuso. Fue el último partido -el de Copa del Rey ante el Atlético- de Rakitic".
Como se vio en el caso de la salida de Ivan Rakitic, Quique Sánchez Flores es un técnico que utiliza mucho la palabra. Un caso fue el del enfrentamiento durante el partido ante la Real Sociedad con Youssef En-Nesyri. El técnico madrileño asegura que, en otra etapa de su carrera no sabría cómo lo habría afrontado, pero que la madurez le sirvió para apagar un fuego que pudo quemar un vestuario entero.
"Youssef sabe que desde que hizo lo que hizo yo ya estaba señalado, porque si yo hubiese reaccionado porque reaccioné y si no hubiese reaccionado porque no reaccioné, por falta de liderazgo o por exceso de liderazgo. Pero lo que tenía muy claro, que no habría pasado años atrás, es que el diálogo iba a ser el arma más efectiva para retomar la dignidad de los dos. Y lo hice inmediatamente no, porque se fue con la selección, pero en cuanto puso el pie en la ciudad deportiva lo hice entrar en mi despacho, nos dimos un abrazo y con pocas palabras nos entendimos. Y desde ahí hemos tenido conversaciones magníficas. Magníficas hasta la propuesta de querer coincidir en algún lugar en el futuro los dos".
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