Una consolación de oro
Sevilla FC
El Sevilla, aparte del sueño de luchar por el título, peleará en estas cinco jornadas por un segundo o un tercer puesto, un hito que se ha repetido muy poco a lo largo de la historia
El Sevilla de Lopetegui tiene a la afición ilusionada y es lógico. Hace mucho tiempo que un simple aficionado al fútbol podía pensar que el equipo nervionense tuviera opciones reales de ganar un título de Liga. Estuvo relativamente cerca en 2007, pero más atrás hay que retroceder en el tiempo mucho, en concreto medio siglo, cuando en la temporada 56-57 fue segundo y disputó la Copa de Europa el año siguiente al ganar la Liga y el torneo continental el Real Madrid, que lo aventajó en cinco puntos. El equipo de Helenio Herrera se dejó parte de sus opciones la antepenúltima jornada al perder por 3-1 ante el Dépor. Sin embargo, el empate final en Barcelona le dio al Sevilla el premio de consolación de disputar la Copa de Europa, arrebatándoselo además a los azulgrana.
Y ahora –porque también hay que ponerse en lo peor–, el premio de consolación quieren Lopetegui y los suyos que sea lo más prestigioso posible. El Sevilla, al margen de luchar por el título, tiene a la mano la oportunidad de una clasificación histórica tanto si queda segundo como si queda tercero. Son dos posibilidades, reales igual que ser primero, que significarían poner un marco más lustroso a la sensacional temporada completada por los nervionenses bajo la batuta del guipuzcoano.
El Sevilla, actualmente cuarto a un punto de segundo y tercero (Real Madrid y Barcelona), ha sido subcampeón de Liga en cuatro ocasiones a lo largo de su historia en Primera, que empezó en 1935. Tardó sólo cuatro años en rozar el título, pues los logros de la delantera Stuka otorgaron dos segundos puestos, uno en la campaña 39-40 y otro en la 42-43. Fue la antesala del gran pelotazo, del gran hecho histórico, el único título liguero que hay en las vitrinas del Sánchez-Pizjuán, el conseguido por Arza, Busto, Araujo y compañía en la campaña 45-46. Después de aquello, el Sevilla rozaría la gloria en la 50-51, en aquel célebre y polémico final de campaña con el gol anulado por Azón a Araujo ante el Atlético de Madrid que le habría dado el título a los sevillistas, una Liga que con el VAR seguramente contaría en los anales para los blancos, ya que las fotos de la época demostraron que el balón no había salido por la línea de fondo cuando Ayala centró al área para el remate del Pato.
Pero aquello ya es inamovible. El Sevilla cuenta en su historia con cuatro subcampenatos de Liga y ahora puede cambiar el rumbo de esa historia si no logra el premio gordo de cantar el alirón, lo que sin duda será difícil.
De la celebración de un tercer puesto no hace tanto tiempo, pero igualmente no se ha repetido mucho en la trayectoria de este club. Igualar los dos que se recuerdan en la era moderna, los de la campaña 06-07 con Juande Ramos y en la temporada 08-09 con Manolo Jiménez, ya se ha convertido en el nuevo reto de los de Lopetegui.
Previamente, en la 43-44 también fue tercero, y en la 69-70 protagonizando una gran sorpresa con Max Merkell justo después de un ascenso.
Todo ello demuestra que no es una empresa sencilla la que ahora tiene entre manos la plantilla confeccionada por Monchi y que adiestra con mano magistral Lopetegui pese a las dudas que antes y durante su periplo como entrenador sevillista ha albergado una afición que incluso quedará descontenta si ve a su equipo ganar alguno de estos dos premios de consolación que persigue junto al sueño de dar guerra en la pelea reservada a los grandes.
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