Sin colmillo, ¿cuál era el equipo de Segunda?
La crónica del Almería - Sevilla
El Sevilla hace el ridículo ante el Almería a pesar de adelantarse muy pronto en el marcador con el gol de Isaac
Los sevillistas tuvieron oportunidades para sentenciar, pero les faltó calidad y maldad futbolística para ser arrollados después en una segunda mitad lastimosa
Así le hemos contado el Almería-Sevilla
Almería/Ridículo absoluto del Sevilla ante un Segunda División, por mucho que este Almería sea el actual líder de la categoría. Los sevillistas no fueron capaces de aprovechar ni el gol inicial de Isaac ni tampoco las numerosas oportunidades que tuvieron en el arranque para dejarlo todo sentenciado. Después corroboraron sobre el césped algo que no es ninguna sorpresa, es decir, que tienen peores delanteros que un equipo de la categoría inferior. Ahí están los números para dejarlo bien claro, Luis Suárez acabó el encuentro con tres tantos en su haber mientras que Isaac se quedó en uno y el resto de sus compañeros le quitaron peligro a todas las opciones claras que tuvieron.
Quien suscribe esta crónica es el mayor enemigo de las apuestas deportivas y, por tanto, ni siquiera sabe cómo van las cotizaciones de esas cosas. Pero una cosa sí es segura, que el Almería-Sevilla raro sería que tuviera muchos apostantes hacia el lado visitante, lo normal, lo previsible pues, era que todo se inclinase hacia el bando almeriense. Porque todo se basa en el nivel de los futbolistas que tienen unos y otros y, a día de hoy, quien no se quede con los delanteros del club de Segunda no está en este mundo del fútbol.
No se trata sólo de establecer una comparación unipersonal entre Isaac y Luis Suárez, que seguramente también sería favorable para el colombiano, es mucho más y en el global de la plantilla es una evidencia que Rubi cuenta con mejores elementos que el inexistente Iheanacho y que un jovencito que ni siquiera es titular en el filial de la Primera RFEF. Por tanto, no era nada extraño que se produjera la clasificación del líder de la segunda categoría, menor normal es encima que éste llegue a conseguir una goleada por 4-1, algo que deja muy herido tanto el proyecto de García Pimienta como el disparate que se desarrolla entre José María del Nido Carrasco y su caprichoso director deportivo, conocido como Víctor Orta, y que se defiende diciendo que todo el mundo la tiene tomada con él. No se sabe muy bien por qué, pero ésa es la creencia del dueño de las llaves en esta parcela tan trascendental en el mundo del fútbol.
Son cuestiones muy complicadas de explicar, pero es la realidad que se vive en las oficinas del Ramón Sánchez-Pizjuán y que quedó muy bien explicada en estos dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Porque el Sevilla arrancó con todo el viento a favor en esta primera cita sin Jesús Navas en su elenco profesional y ni siquiera eso le sirvió para plasmar en el terreno de juego las diferencias que deben existir entre un equipo de la Primera División, aunque sea de la zona media-baja de la tabla, y otro de la Segunda División, aunque éste sea el líder y el mejor, sin dudas, de la categoría.
Los sevillistas se encontraron con un gol en una progresión de Lukébakio, que puso el balón al centro del área y a pesar del error inicial del infantil Idumbo, Isaac sí estuvo más acertado para cruzar el balón a la red. Cero a uno y todo comenzaba a pedir de boca para que los nervionenses pudieran seguir adelante en la Copa del Rey a pesar de su escaso nivel.
Después tuvieron oportunidades clarísimas para haberlo sentenciado todo y las desaprovecharon de manera contumaz. Faltaba, una vez más, el colmillo, la mala leche necesaria para derribar al adversario de forma definitiva. Por ejemplo, en el minuto 8, Lukébakio, en un dos contra uno después del robo de un balón muy arriba, le daba la pelota a placer a Juanlu para que éste anotara el segundo tanto. Pero el canterano desaprovechó el balón con un control orientado hacia su pierna mala, hacia la izquierda, y después se desempeñó con una lentitud desesperante. El resultado fue que Pozo tuvo tiempo de sobra para llegar al cruce y para evitar de esta manera un remate franco, de los que deben dolerle a quienes lo desperdician.
Después, sin ser tan claras las ocasiones, sí tuvo el Sevilla una infinidad de acercamientos hasta Maximiano. El Almería, en esa fase, regalaba los balones en zonas de mucho peligro, pero las soluciones que elegían los sevillistas no podían ser más inocentes. Desde Saúl, que entró un par de veces por la izquierda con la posibilidad de hallar compañeros en la boca del gol, hasta Idumbo, al que le viene todo esto muy grande todavía a pesar de sus buenas apariencias, pasando por un Lukébakio que llegó a pensar que la tarde estaba sólo para el lucimiento ante las facilidades que hallaba en Bruno Langa para hacer lo que quería por su banda.
Pero todo comenzó a variar con un par de despejes sin sentido de Kike Salas, a las piernas de los rivales. El Almería comenzó a creer en sus opciones y el Sevilla ya sufría a pesar de estar por delante en el marcador. Marcao tenía problemas en las situaciones de velocidad, lo que no es ninguna novedad, y los locales tenían varias situaciones de faltas cercanas al área de Nyland.
Al descanso, sin embargo, se llegaba con el 0-1 y era complicado presagiar lo que vendría después, aunque entraba dentro de la lógica futbolística. Lo que sucedió fue que el Almería se encontró con un golazo en un zapatazo del rústico Marazi, su delantero más suplente. Empate y situación que se complicaba, ahora sí, para los hombres de García Pimienta.
Habría, sin embargo, una situación que pudo ser clave, pues Busquets Ferrer anuló un gol a Isaac en una jugada muy dudosa por falta previa de Juanlu a Maximiano. A falta de VAR, el infractor invitaba al árbitro a mirar el videomarcador, pero allí no había ninguna posibilidad de irse atrás.
Y lo que vendría de inmediato sería el primero de Luis Suárez en una jugada pésimamente defendida por los sevillistas. Incluso hubo otra gran ocasión cuando Isaac dribló dos veces a Maximiano y después estrelló su remate en Radovanovic en la línea de gol para que después Juanlu, con todo a favor, rematara a las nubes.
Ahí murió el Sevilla, los cambios empeoraban incluso la situación y ya no sólo no tenía colmillo arriba, también defendía horrible atrás para confirmar el descalabro máximo con el penalti transformado por Luis Suárez para el 4-1 final. El Sevilla tuvo sus ocasiones claras de gol, las falló y fue el Almería quien se adueñó del apartado de la eficacia, una cualidad que debe ser propia de los mejores. Así que, Víctor Orta, ¿quién era el equipo de Segunda?
Ficha técnica
4 Almería: Luis Maximiano; Marc Pubill, Édgar González, Aleksandar Radovanovic, Bruno Langa (Kaiky, m. 86); Álex Pozo (Arnau Puigmal, m. 76), Gonzalo Melero (Quintanilla, m. 86), Dion Lopy, Nico Melamed (Álex Centelles, m. 76); Marco Marezi (Rachad Fettal, m. 65) y Luis Suárez.
1 Sevilla: Nyland; Gonzalo Montiel (Carmona, m. 79), Loïc Badé, Marcâo, Kike Salas (Pedrosa, m. 79); Juanlu Sánchez (García Pascual,l m. 67), Sambi Lokonga, Saúl Ñíguez (Manu Bueno, m. 92); Dodi Lukebakio, Issac Romero y Stanis Idumbo (Peque, m. 67).
Goles: 0-1 (6’) Isaac dispara cruzado con la izquierda tras un pase atrás de Lukébakio con fallo previo de Idumbo. 1-1 (48’) Marezi lanza un derechazo cerca de la escuadra en un balón que se queda suelto en una contra del Almería. 2-1 (54’) Luis Suárez empuja con la derecha en solitario tras un pase de Marezi. 3-1 (78’) Luis Suárez remacha a placer un centro de Arnau por la derecha. 4-1 (96') Luis Suárez transforma con potencia un penalti de Badé.
Árbitro: Busquets Ferrer, del comité balear. Amonestó a Marko Marezi (m. 16), Nico Melamed (m. 36) y Rubén Quintanilla (m. 91), de la UD Almería, y a Loïc Badé (m. 64), del Sevilla FC.
Incidencias: partido de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, celebrado en el UD Almería Stadium, con 15.067 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Manuel Torres Cano, abonado de la UDA y miembro de la Peña Orgullo Almeriense.
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