La efusiva y liberadora celebración de Majo Barbeito tras el gol de Ocampos

Lucas Ocampos se vuelve a sentir futbolista en su regreso al Sevilla tras abandonar el ostracismo que vivió en Amsterdam, en las filas del Ajax, durante los seis meses que duró la cesión a los Países Bajos hasta que Monchi lo repescara para la causa. Cuesta entender el escaso número de minutos en su estancia en la Erevidisie de un futbolista que, si bien no atravesaba su mejor estado de forma, ha demostrado en pocas semanas que sigue siendo útil y que el club erró con su salida el pasado verano.

Más aún tras su actuación este jueves frente al PSV Eindhoven, precisamente un equipo neerlandés, al que le bastaron 45 minutos para anotar un gol y asistir en otro en el 3-0 que el Sevilla endosó en la ida de los play off de la Europa League. La confianza, el entorno y la adaptación es clave para un futbolista, un Ocampos que en Sevilla vivió sus mejores partidos de su carrera deportiva y que lucha por volver a ese pico de forma en el club que lo llevó a ser internacional.

"En Ámsterdam fue una experiencia complicada", explicó el futbolista nada más aterrizar. Complicado fue también para su familia, que en la misma entrevista para los medios oficiales del club tras oficializar su regreso relató la situación: "Cuando empecé a ver cómo iba la cosa me quedé en un hotel y mi familia iba los fines de semana a visitarme". Ahora, ven a un Ocampos feliz y adquiriendo protagonista, exteriorizando su esposa, Majo Barbeito, la rabia y la euforia contenida tras su gol desde uno de los palcos del Sánchez-Pizjuán.

Toca esperar para observar el desarrollo del atacante quilmeño en su nueva etapa como sevillista. De momento, Ocampos se reivindica ante los que dudaban de su estado de forma y pide sitio a base de gol y asistencia en Europa.