Las dos caras de En-Nesyri, el gol y los fallos imperdonables

La final de la Supercopa de Europa, la sexta que pierde el Sevilla de manera consecutiva tuvo un protagonista clarísimo en la persona de En-Nesyri. El marroquí fue capaz de adelantar al cuadro de Mendilibar, pero después tuvo unos errores ante el gol que son complicados de justificar para cualquier futbolista.

En-Nesyri | Su esfuerzo merece el elogio, pero no se puede fallar eso

Como en la anterior Supercopa de Europa se convirtió en el protagonista negativo por los fallos en las oportunidades claras que se le presentaron. Había marcado un golazo con un espectacular cabezazo, se hartó de correr para orientar la presión, para ofrecerse a sus compañeros en las salidas, pero siempre existirá ese problema cuando se analiza su fútbol. El primero, el que le pone por delante Ocampos, sencillamente no se puede fallar, no se puede estrellar el balón en el muñeco.

Bono | Estaba tal vez tan hipermotivado que le jugó en contra

Era un día especial para un hombre que ha dejado huella por su personalidad y por su gran nivel entre los tres palos durante su periplo sevillista. Hasta el propio Mendilibar reconocía que se va a Arabia Saudí y tal vez le fallara ese exceso de querer marcharse por la puerta grande. Hizo un partido sobresaliente, pero en los penaltis no acertó esta vez, sólo pudo parar el de Walker.

Jesús Navas | Nada que ver con la Liga, un partidazo

El capitán sevillista fue uno de los futbolistas que ofreció un nivel más bajo en el debut liguero contra el Valencia, pero esta vez fue justo lo contrario. Hasta que no pudo más con un golpe y se tuvo que marchar, su rendimiento fue superlativo tanto cuando le toca defender a Grealish y a quien se cruzaba por su zona como en los momentos en los que se fue hacia arriba, incluso lesionado ya.

Gudelj | Tiró el penalti como cuando lanza desde fuera del área

Le tocó el penalti decisivo y en un momento particularmente delicado al haber rozado Bono la posibilidad de haber detenido el lanzamiento de Walker. El serbio parecía tranquilo, responsabilizado pero sin tener el rostro desencajado, y lo tuvo fácil cuando Ederson se venció pronto hacia el lado contrario, pero optó por uno de sus disparos fuera del área y se le fue al larguero.