Jesús Alba
Cuando el reloj se pare
Sevilla-Getafe | Los nombres propios
Compareció el Sevilla ante el Getafe con un centro del campo demasiado remendado, con Gudelj por detrás de Sow y Peque, quien fue la pieza que trató de conectar más con Isaac o los extremos. El recién fichado aprovechó su primera titularidad como sevillista para mostrar ciertas virtudes que deben tener más continuidad. Y más si Saúl, Lokonga o Suso siguen sin aportar en la zona ancha lo que deben. Por encima de Peque, sobrevoló el liderazgo único de Jesús Navas, cuya leyenda crece sin remisión.
El catalán disfrutó de su primer partido como titular en el Sevilla. García Pimienta lo ubicó por zonas interiores, con más vocación hacia la derecha, para que engarzara juego entre líneas y se presentó como un jugador con criterio, manejo para retener la pelota, incluso cuando más quemaba, y darle continuidad.
El centrocampista suizo dio un paso adelante en cuanto a personalidad y protagonismo. Pidió la pelota, le dio salida donde no es fácil, entre un bosque de piernas azules, y aunque en esta ocasión no mostró una de sus virtudes, la llegada, ya sabe por dónde debe abundar en su juego. Acabó muy cansado.
El fútbol al límite del brasileño no le conviene ni al Sevilla, ni a él mismo. Un central se tiene que habituar a que el noventa por ciento de sus jugadas defensivas no salgan en los resúmenes de los partidos: despejes, cortes, forcejeos ganados... Pero él se empeña en conducciones y duelos espectaculares. Así le va.
El día que Jesús Navas sea homenajeado como el colosal futbolista que ha sido y que aún aparece a ramalazos, todo el sevillismo va a llorar con él. Pero hasta que llegue esa significada fecha, él va a erigirse en el faro y guía absoluto. Su golpeo certero a la red contenía toda la rabia y la necesidad del club.
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