Campanal, Polster, Suker... los escasos triunfos en Can Barça, con goleadores específicos

Las escasas ocasiones en que el Sevilla ha ganado al Barça como visitante han sido con un especialista de área

Campanal, Polster o Suker, algunos de los poquísimos que lo han logrado 

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Isaac y García Pimienta dialogan en un entrenamiento.
Isaac y García Pimienta dialogan en un entrenamiento. / Jose Luis Montero

Sevilla/Los dos hombres específicos de área que figuran en la plantilla del Sevilla, Isaac Romero y Kelechi Iheanacho, aún no se han estrenado ante el gol en la presente Liga después de nueve jornadas disputadas. Es un importante hándicap que condiciona de alguna forma la manera de atacar de un equipo que, curiosamente y con las estadísticas en la mano, es de los que más ocasiones generan en Primera. 

El equipo de Xavier García Pimienta aún no ha ganado fuera, aunque también es cierto que sólo ha perdido en una de sus cuatro visitas, al Alavés, ya que ha sacado –alguno más meritorio que otros– empates ante Las Palmas, Mallorca y Athletic en los estadios Gran Canaria, Son Moix y San Mamés.

Pero Can Barça es otra cosa más seria. El Sevilla, a lo largo de su historia, ha salido ganador en contadísimas ocasiones del Camp Nou (por circunstancias los azulgrana juegan de locales ahora en el Lluís Companys). Han pasado nada más y nada menos que 21 años de la última vez en la Liga, 14 del último triunfo en la Copa del Rey.

Pero en esas escasas ocasiones en las que el equipo de Nervión ha logrado helar a la afición culé han sido con los tantos de un goleador específico, un hombre de área que atienda a un nombre reconocido. Para el Sevilla de García Pimienta, en el que el máximo artillero en la presente campaña es un extremo, Lukébakio, con tres tantos, será más difícil aún completar un reto ya de por sí harto complicado.

Guillermo Campanal, Toni Polster o Davor Suker son ejemplos muy claros de futbolistas específicos de área que han sido capaces de guiar al Sevilla a un triunfo en Can Barça. Aquí se podrían añadir a Cholo, Mariano Toedtli o Álvaro Negredo como protagonistas de los pocos triunfos sevillistas en sus visitas al Barcelona. En la Liga sólo se han producido seis de un total de 80 partidos, una relación matemática más que pobre, pobrísima.

Curiosamente, el primer goleador sevillista que se destapó en Barcelona fue un sevillano desconocido, Rafael Cortón, quien junto a Campanal, dio la vuelta a un 2-0 en el duelo de la primera Liga de la historia, en la campaña 34-35, con Platko y Ramón Encinas en los banquillos. Cortón, que apenas estuvo dos temporadas en el Sevilla, jugó 10 partidos ligueros y dos de Copa, anotando tres goles. Pero aquel día, 7 de abril del 35, hizo un doblete y abrochó junto a Campanal un gran triunfo que se repetiría cinco años después, en la 39-40, aunque sólo hubo un duelo por medio, por la Guerra Civil, cuando Pepillo y otra vez el Gordo firmaron un 1-2 para los blancos.

Ya después habría que remontarse a los años 80 para encontrar otro triunfo sevillista en la Liga. 43 años pasaron hasta que en el Sevilla de otro Xavier (como Pimienta), en este caso Azcargorta, se impuso ante el Barcelona. Bengoechea de penalti adelantó al Sevilla, empató Schuster y Cholo puso un 1-2 definitivo que hacía historia.

Después llegarían aquellas Navidades del 89 y el sonado golpe de Toni Polster con cierta colaboración del árbitro tinerfeño Brito Arceo. El Sevilla ganó por 3-4 con doblete del austriaco y otros dos goles que hacían posible la remontada de aquella sin par pareja cual Zipi y Zape: Carvajal y Conte

Otro grande, Davor Suker, decidió el triunfo de la campaña 94-95, con el mago del contraataque, Luis Aragones en el banquillo. El Sevilla ganó 0-1 con la firma del croata al Barça que ya dirigía Johan Cruyff con gente como Koeman, Guardiola, Stoichkov o Romario en el campo. 

Después de eso, sólo Toedtli en el 0-3 célebre (02-03) y Negredo en la Copa (09-10) han sido referentes del gol en los que apoyarse.

Un vacío que en este Sevilla, que también se quedó sin En-Nesyri. desde luego es evidente. Las únicas esperanzas están en Isaac...

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