La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Sevilla FC
El estado de descontento continuo del sevillismo y de vigilancia escrupulosa de cada acto político del Sevilla se ha visto reflejado de forma inmediata en las protestas por la campaña de abonos 24-25, que dio inicio el jueves 6 de junio. Unas protestas que tienen mucho movimiento en las redes sociales pero que también tienen el reverso positivo de los buenos datos de renovación en los primeros días de la campaña. Un paradójico contraste.
El club de Nervión está más que satisfecho con la respuesta del sevillismo en los dos primeros días de campaña, jueves y viernes. En la noche del viernes se aproximó el número de renovaciones a las 5.500, una cifra que supera las expectativas y que incluso está por encima de los dos primeros días de la campaña de abonos de la temporada 23-24. Y eso que entonces la afición estaba más que contenta con el título de Budapest.
El sevillismo ha demostrado que, pese a su enorme enfado por una malísima campaña y pese a las críticas manifestadas de forma ostensible en el último partido de Liga, permanece fiel a su equipo. Leal y crítico, vigilante y expectante. Ya en la primera jornada de renovación se superaron las 3.000 adquisiciones de carnés, lo que supuso una cifra superior al primer día de la campaña del año anterior, cuando al final se llegó a la cifra tope de 39.000 abonados.
La paradoja es que, frente a esos números objetivos, las críticas son igualmente feroces pese a que el Sevilla ha congelado los precios, manteniendo los de la campaña anterior tras asumir el club la subida del IPC para el carné, que lógicamente esta temporada es sólo para la Liga y no tiene el suplemento de Champions al estar el equipo fuera de Europa. Y también ha habido muchas quejas por el nuevo plazo, que este año no llega hasta principios de julio, sino que para la renovación con derecho a conservar la localidad el plazo expira el 24 de junio. José María del Nido Benavente también criticó ese plazo anticipado vinculándolo a las urgencias económicas de la tesorería.
Hay quien ha entendido que retranquear el plazo de renovaciones a finales de junio es para que los ingresos repercutan en el ejercicio económico actual, hasta el 30 de junio. Sin embargo las razones del club, según fuentes consultadas, no tienen nada que ver con esto y sí con que la temporada pasada hubo muchas protestas internas a través del Área Social del Sevilla por la tardanza en el reparto de los 50.000 carnés físicos entre socios con asiento y socios rojos. A algunos no les llegó para el Trofeo Puerta y a otros ni siquiera para el primer partido de Liga.
El socio, esgrime el club, puede aplazar sin coste alguno añadido la adquisición del carné hasta en 9 meses (tres, seis y nueve meses es la fórmula) por lo que el que esté esperando la paga de julio puede aplazar sin problemas el pago en meses venideros. Es la experiencia de los plazos de renovación de años anteriores lo que ha invitado al comité de dirección a anticipar los plazos.
El hecho de que no haya habido rebaja del carné para un año sin Europa también ha sido esgrimido por algunos opositores, como el consejero Enrique de la Cerda, que entiende que el club de Nervión podría haber tenido un detalle rebajando los precios tras una temporada pésima. "Un pequeño guiño con los abonos no hubiera supuesto esfuerzo económico alguno", esgrime.
Frente a esas protestas públicas, a nivel interno apenas está habiendo incidencias o protestas, ni por la línea telefónica (954 53 53 53) ni por el correo electrónico (taquillas@sevillafc.com y sevillafc@sevillafc.com) o el portal digital del abonado del Área Social del Sevilla, departamento que, en cambio, está teniendo muchísimo trabajo contestando a críticas y cuestiones planteadas en la red social X (@AreaSocial_SFC). Como si hubiera dos mundos paralelos. Es la realidad de estos tiempos. El sevillismo está descontento, enfadado, pero vivo y leal a su club.
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