Calma en el Sevilla salvo para las salidas más urgentes
La dirección deportiva sevillista centra los esfuerzos en buscar la mejor solución para los que no cuentan sin obsesionarse con buscar un central tras el contratiempo de Nianzou
Akor Adams: un gigante para abrir el grifo
Tras las llegadas de Rubén Vargas y Akor Adams, quien todavía está pendiente de ser inscrito en LaLiga a expensas de que se solucionen los trámites burocráticos relacionados con su permiso de trabajo, la dirección deportiva del Sevilla ha puesto el foco en las salidas. La mala nueva de que Nianzou se perderá prácticamente lo que resta de temporada al no haber sido efectivo el tratamiento conservador para su nueva lesión muscular y ser operado no cambia demasiado el paso de Víctor Orta. Puede llegar un central. Pero ahora mismo y a falta de cinco días para el cierre de la ventana invernal de transferencias lo prioritario es darles salida a los futbolistas que no cuentan para García Pimienta.
Hay dos casos bien señalados: Iheanacho y Valentín Barco. La casuística de ambos es distinta puesto que uno es propiedad del Sevilla y el otro es cedido. Pero el club necesita encontrarles acomodo para que sus arcas no tengan que seguir soportando nóminas estériles.
Con margen salarial aunque bajo
Y no es que el Sevilla esté ahogado por el límite salarial. Si en septiembre cayó como un bombazo la publicación por parte de LaLiga de los límites salariales, en cuya lista aparecía el club de Nervión el último incluso por debajo de equipos de Segunda División, los traspasos de Ocampos (7,25 millones de euros) y Montiel (4,5 millones) han distendido bastante esa angustia económica. También o sobre todo porque supusieron la liberación de sus elevadas nóminas en la masa salarial, dado que sus contratos eran propios del Sevilla de Champions, la era Monchi previa a la economía de guerra de Orta. En muy menor medida también influyó la despedida de Jesús Navas.
Las fichas de los dos refuerzos invernales realizados, Rubén Vargas y Akor Adams, responden a la nueva política de austeridad. Tanto es así que pese a que han supuesto coste por traspaso de 2,5 millones y 4,5 millones, respectivamente, la suma de su ficha y la amortización anual de ambos (durante los cuatro años y medio de sus contratos hasta 2029) está dentro de los austeros parámetros actuales. Es decir, ahora mismo el Sevilla tiene margen para acometer otro fichaje, siempre que fuera a bajo coste. Podría inscribirlo porque está dentro de la regla que marca LaLiga. Pero prefiere que haya salidas para aumentar ese límite y que las opciones de mercado se abran antes de reforzarse con un central, que es cierto que necesita la plantilla aunque ya sólo tenga por delante el campeonato liguero tras la eliminación de la Copa del Rey.
Iheanacho deshoja la margarita
Hay varios futbolistas que pueden salir. Quien tiene más posibilidades es Iheanacho porque ha recibido varias ofertas. La mayoría en forma de cesión y procedentes de Inglaterra, donde conserva cartel, y Francia. No exclusivamente. Es el propio futbolista el que debe valorar qué oferta lo convence más. La liberación de su salario por media temporada puede ser clave para que Víctor Orta tenga más margen para reforzar la zaga con un central más o menos caro, siempre dentro de esos parámetros de prudencia obligada.
En cuanto a Valentín Barco, son el Brighton y el propio jugador los que deben consensuar un nuevo destino como cedido en el que tenga el protagonismo del que no ha disfrutado en el Sevilla. Ahí la dirección deportiva nervionense tiene poco que cortar. Su salida se da por hecha y también liberará una pequeña parte de masa salarial aunque sea por medio año.
Suso y Marcao, dos casos distintos
Y luego están los casos de Suso y Marcao, dos capitanes que no tienen sitio en el equipo prácticamente. El gaditano cumple contrato en junio y valora qué hacer. Y el brasileño, otro contrato alto como el de Nianzou, es reacio a atender ofertas pese a que le han llegado tentativas de Brasil que no llegan a lo que cobra en Nervión y sigue siendo un relevo menor en la zaga.
Al contrario que Marcao, Suso sí está dispuesto a atender ofertas. Con apenas 205 minutos en la primera mitad de la temporada repartidos en seis apariciones en Liga y una en la Copa, Suso ya sabe que apenas va a jugar en los cuatro meses de competición que restan hasta que en junio termine su contrato con el Sevilla. Por eso está valorando cambiar de aires con el Valencia esperando su decisión entre otros clubes.
El Sevilla está dispuesto a darle la carta de libertad para que firme antes del lunes 3 de febrero con otro club... siempre que eso no suponga un gasto extra para sus arcas. Estando al final de contrato, en su situación y después de los servicios prestados, es absurdo pensar en un ingreso por traspaso por mínimo que sea. Pero Suso sabe que no puede esperar una rescisión de contrato con coste para el Sevilla. Él debe decidir.
También te puede interesar