Y mientras... caliente, caliente
El Sevilla de García Pimienta, ya con éste muy vigilado, retoma la competición en la Liga ante el Valencia tras la bochornosa eliminación copera y con un reto imposible: abstraerse del ruido de sables interno
García Pimienta: "Tenemos que demostrar que lo que pasó en Almería fue un accidente"
Con los ecos aún resonando en Fibes de otra Junta General convulsa y el bochorno que sufre el sevillismo, el equipo de García Pimienta trata de apagar otro incendio, el que prendió en Almería con una sonrojante eliminación copera a manos de un rival de Segunda División que lo goleó llevándolo hasta el ridículo.
Lo de esta noche en el Sánchez-Pizjuán es la mayor prueba de la descomposición deportiva (junto a la social, institucional y económica) que vive la entidad. Se mide la plantilla que ha formado Víctor Orta con el único rival de Primera al que le falta por enfrentarse, un Valencia en derribo, ocupando puestos de descenso y que acaba de cambiar, debido a ello, de entrenador.
Por ello, queda la duda de si el equipo de García Pimienta va a cerrar la primera vuelta en la mediocridad o se va a acercar a la zona caliente, que es verdad que no quema como en las dos anteriores campañas, pero de la que el Sevilla no ha demostrado galones como para dejar de preocuparse.
Y ya eso del año de la regeneración suena manido porque el club está en su tercera campaña de transición y el entrenador catalán tiene la obligación de demostrar que la plantilla está para algo más que seis victorias en toda la primera vuelta jugando de domingo a domingo y habiendo caído en la Copa ante el primer rival medio serio al que se ha enfrentado.
Ya con el recuerdo de las carreras de Jesús Navas y el grandioso homenaje que el club le brindó –en eso sí lo bordan en Nervión–, el Sevilla se ve otra vez apurado en una nueva cita ante su gente después de otra comparecencia en el Santiago Bernabéu con el mismo papel de siempre, de visita turística. Ha sacado con trabajo los partidos que ha podido ante la afición salvo cuando ha llegado al Sánchez-Pizjuán un enemigo medio importante, que se ha llevado los puntos entrando hasta la cocina como Pedro por su casa (Villarreal, Girona y Real Sociedad).
ElSevilla, tras el paso de un Valencia en descenso y que es un espejo, se habrá medido a todos sus rivales con un balance pobre de victorias
Si este Sevilla no es capaz de doblegar hoy a un Valencia que es casi un espejo de cómo no se tienen que hacer las cosas en gestión de una entidad deportiva las miradas van a estar ya dirigidas a un cuerpo técnico que fue renovado con demasiadas urgencias y alguna precipitación tras aquel gol de Ejuke en una noche de apuros ante el Valladolid.
El entrenador catalán, que ha asistido perplejo a cómo lo ha dejado plantado un jugador del Qarabag de la liga azerbaiyana, al menos sí ha visto cumplida la promesa de ponerle en nómina a un extremo más. Parece muy precipitado que Rubén Vargas esté hoy sobre el césped, aunque, visto lo visto, cualquier ayuda es poca ante la depreciación deportiva que ha sufrido la entidad.
El discreto aval de García Pimienta es el colchón de 7 puntos sobre el descenso, pero sumar sólo 6 triunfos en la primera vuelta es para preocuparse
El colchón de siete puntos sobre el descenso es el aval sobre el que se asienta el crédito (muy entre comillas) de García Pimienta, pero debe haber aprendido ya el barcelonés que el sevillismo no se conforma con eso por mucho que lo entienda todo en época de crisis. El ridículo en Almería difícilmente lo va a perdonar y el duelo ante el Valencia encierra mucho veneno, y del peligroso además. Un enemigo que desde que tiene nuevo entrenador puso contra las cuerdas al Real Madrid hasta casi el descuento y tiene su bola en los dieciseisavos de final de Copa es ahora mismo un Bayern de Múnich para este Sevilla que de 19 partidos ante equipos profesionales ha perdido en 9 de ellos (8 en la Liga y uno en Copa).
El ruido de alrededor, de sables o de peleas verduleras por el dinero que mueve el pastel, forma ya parte de la banda sonora habitual de la sociedad. Y eso siempre se refleja en el verde...
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