Cinco horas de vergüenza ajena y funambulismo jurídico
Del Nido Benavente choca de nuevo con el control de la mesa, que se agarra esta vez a la Ley de Sociedades Anónimas para no dejarlo votar y aprobar unas cuentas ruinosas y peligrosísimas de 81,7 millones de pérdidas
La concesión de la insignia de oro y brillantes a Jesús Navas, único punto positivo y que centró la unanimidad
Así ha sido, paso a paso, la Junta de Accionistas del Sevilla
Las series televisivas se miden, como el fútbol, en temporadas. Y como una de esas producciones que venden las plataformas digitales, la batalla en el Sevilla sigue con cada vez más riesgo y emoción en cada capítulo. La batalla entre José María del Nido Benavente y el actual consejo, encabezado desde hace un año por su propio hijo, cada vez se retuerce más, con actuaciones judiciales inverosímiles y jugadas maestras en el tablero que, como la de ayer, de momento aborta cualquier atisbo de cambio en el control de la sociedad, pero que promete y garantiza otro larguísimo y farrogoso camino en los tribunales de justicia, algo que ya cansa a la afición.
Queda esperar, por tanto y no se sabe hasta cuándo, porque la batalla en los juzgados va a seguir y promete ser más cruenta incluso, ya que el máximo accionista promete dar el paso de la vía mercantil a la penal pidiendo responsabilidad criminal por delito societario a los administradores. Éstos, evidentemente, son sonscientes de los riesgos, pero algo compensará y de momento, ganan, aparte de dinero, tiempo. La Junta General, la primera celebrada fuera de plazo, reunió la Ordinaria y Extraordinaria, que no será la última, pues el ex presidente se espera que seguirá intentándolo. O quizá no, porque algunas cartas parecen haber cambiado.
Una de las sorpresas este viernes y foco de las primera tensiones saltaba en el proceso de entrega de las tarjetas de acreditación. El consejo hacía un movimiento de importante calado con la revocación de la representación de las acciones de Sevillistas Unidos 2020 (los americanos), con la presencia de un representante de la acreedora y un conocido abogado en materia deportiva, Juan de Dios Crespo, como representante.
Y otro asunto que suscitaba interés era la figura jurídica a la que el consejo, bajo las directrices de Alberto Pérez Solano, se iba a acoger para impedir el voto a Del Nido padre habiendo ya expirado la agrupación de acciones que éste hizo en 2018 para tener tres consejeros y que había sido lo que había limitado su voto en puntos referentes al cese de los cargos.
Su hijo, con las consiguientes interrupciones de padre, hermano y abogado de la parte contraria, José Manuel García Quilez, hizo una defensa a ultranza de la legalidad del pacto de gobernabilidad y leyó al dictado del secretario la intención de negar el voto de dos paquetes de 8.576 y 4.795 de acciones por no notificar al Consejo Superior de Deportes (CSD) el control de un porcentaje mayor del 25% del capital social. Esto, evidentemente, generó controversia y mientras los abogados de Del Nido padre avisaban de las consecuencias (esgrimían que la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas obliga a comunicar la compra, no la representación), la mesa presidencial fue aprobando puntos del orden del día como churros.
Aprobó no sólo las cuentas anuales –terroríficas– y la gestión del ejercicio 2023-24, sino los dos anteriores en los que la Junta las había rechazado con el voto negativo de Del Nido (la agrupación de acciones no se lo impedía). En total, casi 130 millones de pérdidas de una tacada. En el ejercicio cerrado a 30 de junio de 2024, una catástrofe de 81,7 millones de euros de déficir, lo que acumula un total de 167 millones en cuatro años. Es más, los audirores ya lo habían avisado en su informe y en la lectura de la misma se volvía a hacer la advertencia que ya realizó Diario de Sevilla a mediados de octubre haciéndose eco de ese informe de auditoría: la sociedad estaría en causa técnica de disolución de no ser por los créditos participativos (si no se pagan el prestamista se hace con la propiedad) y por no computar las pérdidas de los años del Covid (2021 y 2022). Todo ello debido a que las pérdidas acumuladas reducen el patrimonio neto (68,7 millones negativos) por debajo de la mitad del capital social.
El cuerpo a cuerpo entre los Del Nido no fue tan cruento como el esperado, quizá por que el propio padre ya sabía de antemano que poco podía hacer. Al final, sí le dedicó unas palabras duras al destacar “la vergüenza que siento como padre por que me constestes de forma chulesca por la potestad que te da un atril. Ahora te pregunto, ¿cómo vas a imponer la insignia de oro y brillantes a Jesús Navas? ¿se la vas a dar en el centro del campo?”, dejó en el aire.
Eso, la condecoración a la leyenda, fue el único momento alegre y de unanimidad en más de cuatro horas de vergüenza ajena y de funambulismo jurídico. Y que sigan...
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