El bastión que crece silencioso

Sevilla FC

Pese a alternar fases de titular con suplencias, de central o de lateral, Koundé está llamado a convertirse en un pilar insustituible en el Sevilla

Jules Koundé despeja un balón en el partido del Sevilla en Bakú ante el Qarabag.
Jules Koundé despeja un balón en el partido del Sevilla en Bakú ante el Qarabag. / Tatiana Zenkovich / Efe

Trabajar, callar, aprender. Para un jugador de sólo 21 años que se desenvuelve en una demarcación de tanta responsabilidad como el centro de la defensa su llegada a un club como el Sevilla tiene sólo una hoja de ruta. Jules Koundé está llamado, si no media una gran venta, a convertirse en el referente de futuro de la retaguardia sevillista.

El joven defensa francés no es un fijo en la alineación titular de Julen Lopetegui y, a la vez, sí lo es. Comenzó la temporada esperando su oportunidad, la agarró con fuerza cuando Carriço sufrió uno de sus cíclicos parones por lesión, y volvió a dejar paso al portugués sin perder ese halo de saberse un jugador imprescindible en el sistema defensivo del equipo blanco.

El ex jugador del Girondins de Burdeos tuvo un par de errores muy llamativos en Pamplona, un fallo de cálculo en una carrera hacia atrás ante Chimy Ávila y algún mal despeje que pudieron hacer que Lopetegui se planteara cambiar de cromos al domingo siguiente. Por eso Koundé jugó ante el Bergantiños y por eso comenzó en el banquillo el choque de Liga ante el Mallorca.

Participación

Koundé ha disputado 16 partidos esta temporada; 12 de ellos de Liga, 3 de Europa League y 1 de Copa

Sin embargo, fue en Son Moix donde tuvo que salir al campo para frenar la vía de agua que sufría el equipo sevillista. Su sustitución por el holandés Luuk de Jong y la reestructuración posterior del bloque con Jesús Navas como extremo y él como lateral derecho para que Munir jugara en punta hizo no sólo que los bermellones dejaran de dominar el centro del campo, sino que tuvieron que retroceder al empezar a funcionar la banda derecha sevillista, que protagonizó varias subidas del internacional palaciego a las que se sumó incluso Koundé con acierto y muestras de su indudable calidad.

En el Sevilla saben que Koundé esconde un margen de crecimiento que va a sorprender en el fútbol europeo sobre la base de que ya está rindiendo a un altísimo nivel.

Es cierto que Monchi está recibiendo multitud de elogios por el fichaje de Diego Carlos, un jugador que ha disparado su cotización en el mercado tras llegar procedente del Nantes por 15 millones de euros gracias a su extraordinaria fuerza, un par de goles y varias exhibiciones de potencia en carrera, pero con quien de verdad tiene mariposas en el estómago el director deportivo sevillista es con lo que pueda ser capaz de desarrollar Koundé dentro de muy pronto en el fútbol europeo.

Protagonista de una inversión millonaria de 20 millones de euros que pueden llegar a más según objetivos, el joven defensa galo, pese a no gozar de la titularidad plena en el esquema de Lopetegui, es uno de los tres refuerzos llegados en la presente temporada que han disparado su valor de mercado junto al referido Diego Carlos y a Lucas Ocampos.

Koundé destaca por su velocidad y por su excelente manejo del balón para dar claridad a la fase de iniciación del juego, recursos técnicos que le permiten desempeñarse con solvencia en cualquier puesto en el que sea alineado, de central en cualquiera de los dos perfiles de una defensa de cuatro o de lateral derecho como lo ha hecho en más de una ocasión en el Sevilla.

En su país nadie duda de que muy pronto estará en la selección absoluta que adiestra Didier Deschamps y su objetivo a medio plazo es el Mundial de Qatar en 2020, aunque mientras está centrado en los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que prevé estar con la sub 21 bleu.

Mientras, trata de aprender en el Sevilla alternando con Carriço en la titularidad y formando una pareja de centrales muy compenetrada junto a Diego Carlos en la que el brasileño pone la fuerza y la contundencia en la marca y él se encarga de dar brillo a la salida del balón y su buen sentido del juego.

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