Jesús Alba
Cuando el reloj se pare
La previa
Un mito en la Catedral. Un mito en un doble sentido, el que tiene stricto sensu en el caso de Jesús Navas, que vivirá su último partido en San Mamés como profesional del fútbol, y en sentido irónico: comparece el Sevilla octocampeón de Europa, un equipo otrora temido en este mismo escenario y que ahora trata de sobrevivir a su propia realidad. Un Sevilla que no deja de dar sustos o sorpresas a sus aficionados. Ora la lesión de Saúl, ora la renovación de García Pimienta, ora la negativa de Mateo Alemany a unirse a un proyecto que está inmerso en un tormentoso mar de incertidumbre y crisis continua.
Entre los continuos sobresaltos y noticias que inciden en el asombro negativo de sus aficionados se impone una realidad como un templo, como una catedral mejor. Jesús Navas de nuevo está disponible para ofrecerse en el ara del sacrificio de este Sevilla errabundo para dejar hasta la última gota de sudor y el último hálito de aliento en pos del escudo que lleva en el pecho.
Será a buen seguro el último encuentro del legendario futbolista en un escenario como San Mamés, que le brindará el merecido tributo una vez que deba abandonar el césped, si es titular y no puede terminar el partido -algo ya recurrente- o salta al mismo para intentar ayudar a los suyos como suplente.
Será un momento especial para el palaciego. Y también será una especie de redención para la afición atheliczale, que escribió una fea página con el borrón de una parte de sus hinchas radicales en el Olímpico de Roma, donde lanzaron bengalas a la afición giallorossa para indignación del propio club bilbaíno.
Ernesto Valverde y el capitán Óscar de Marcos mostraron su indignación ya en el campo y después en los medios de comunicación. Y el Athletic, como club, reaccionó también con un comunicado rotundo calificando de “inadmisible” el feo episodio en el reencuentro de los leones con Europa seis años después.
El Athletic llega, no obstante, reforzado de la cita en Roma, donde logró empatar después de ir perdiendo en su partido de la UEFA Europa League. El desgaste físico es paliado anímicamente con el buen resultado y además Valverde realizó rotaciones por el escaso descanso de sólo dos días y medio con el viaje de vuelta de la ciudad eterna incluido.
Entre los que jugaron en Roma son bajas Beñat Prados y Ander Herrera, con molestias musculares. Por esas mismas molestias Sancet, máximo goleador de su equipo en Liga con tres tantos, ni viajó a Roma y tampoco está en la convocatoria para el encuentro de hoy.
Esas ausencias son la nadería comparadas con las bajas del Sevilla. La menor puede ser la de Marcao, que fue expulsado por doble amarilla frente al Valladolid partido en el que se lesionó de gravedad Saúl, mientras que Isaac aún no está disponible tras su lesión de tobillo en Vitoria y Lokonga todavía no tiene la forma adecuada después de un mes sin jugar por otra lesión muscular. Y Sow también está en pleno proceso de recuperación por su lesión muscular en Vitoria.
El Sevilla es puro dolor. Ha ganado dos partidos y los dos con un sufrimiento extremo, con lesiones y expulsiones, producto de la extrema tensión que viven unos futbolistas que desde el inicio de la temporada unieron a la incertidumbre del nuevo proyecto, con una plantilla rebajada ostensiblemente de potencial por la carestía económica, el infortunio. Otro gallo podría haber cantado si Sow hubiese marcado alguna de las dos ocasiones clarísimas que tuvo en Las Palmas, en la primera jornada de Liga. No fue así y ahí se ve el equipo de García Pimienta, sufriendo lo indecible en cada partido para alejarse de la zona baja.
Este es el contexto en el que llega un partido otrora clásico de la Liga. El Athletic busca su cuarto triunfo seguido en la Liga. Y el Sevilla salir vivo del atolladero en que anda metido. Con todo, será un día especial: el último de Jesús Navas en San Mamés.
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