Sevilla - Real Madrid: Un arreón de rebeldía

Ha caído el Real Madrid en Domingo de Resurrección donde menos le gusta. El Sánchez-Pizjuán ha sido históricamente escenario de purgas para el equipo capitalino, al que sin embargo Julen Lopetegui no ha logrado derrotar desde que ocupa el banquillo nervionense. Pero es que, como bien ha avisado el de Asteasu alguna vez, en el fútbol ningún partido se repite ni ninguna estadística marca el primer gol.

Sí garantiza un Sevilla-Real Madrid un choque caliente desde el empuje de la grada, una atmósfera especial con una afición volcada que en muchas ocasiones se ha convertido en un infierno para los jugadores merengues. Y eso es lo que quiere el Sevilla hoy, una de esas noches mágicas en Nervión para no poderle en bandeja al equipo de Ancelotti el título y lanzar un órdago a la Liga.

Once veces ha caído el Real Madrid en lo que va de siglo en este estadio y si hace un mes y medio la clasificación decía que podía incluso decidir el campeonato, para los de Lopetegui los tres puntos valen lo mismo, un trocito de billete para su tercera Champions consecutiva y añadirle un puñadito generoso de sal al campeonato.

Recuperando gente a buen rimo y –digan lo que digan– en un sitio privilegiado de la tabla, el Sevilla quiere dar un golpe de autoridad ganando al líder en lo que quiere que sea un arreón de rebeldía, algo a lo que este vestuario se ha acostumbrado en una temporada llena de obstáculos de todo tipo.

Aquí se han dado sonoros batacazos del Real Madrid para gozo de un Sánchez-Pizjuán vibrando con los suyos. Destacan el 4-1 de la 2003-04 con los goles de Daniel Alves, Darío Silva, Casquero y Rubén en propia meta. También el 4-3 de la 05-06, una gran remontada sevillista tras un 0-2 que había trazado Beckham. Marcaron Saviola (2), Jesús Navas y Luis Fabiano, cerrando el marcador con el 4-3 definitivo Zidane. Eran los años dorados de Juande Ramos, la campaña en la que el Sevilla empezó a tocar la gloria. Con Jiménez, en la 07-08 decidieron los tantos de Keita y Luis Fabiano, y el triunfo más reciente fue el 3-0 al Rea Madrid precisamente de Lopetegui, con dos goles de Andre Silva y uno de Ben Yedder, en la Liga 18-19. Machín estaba en el banquillo.

Hay en la memoria muchas más noches mágicas, como la del año de Maradona, partidos con un sabor especial en la alegría de derrotar al todopoderoso Realísimo, con toda la carga de animadversión que despierta entre el sevillismo por muchísimas razones.

El Papu Gómez ya dio el paso al frente ante el Granada, Diego Carlos lo hizo una semana anterior en el Camp Nou y Acuña es ahora quien quiere sumarse a la búsqueda del objetivo –veremos si también Delaney–. El elenco sevillista recupera sus mejores galas y hay ganas de meter mano en la saca de un Real Madrid que, quiera o no, llegará con castigo en las piernas por el esfuerzo realizado ante el Chelsea.

La cita promete emoción y pasión de la buena. Primero contra tercero en la tabla, pero moralmente segundo mientras esté empatado a puntos con el Barça, otro que espera un tropiezo merengue.