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Las dos rotondas infernales de Eduardo Dato y Kansas City

Se apuntan en la libreta de Machín (6-0)

Sevilla-Akhisarspor | La crónica

El Sevilla se deshace con contundencia del Akhisarspor turco en una cita en la que la plantilla evidenció una mayor profundidad

Exhibición goleadora del pentacampeón con buenos destellos de Promes y Muriel

Se apuntan en la libreta de Machín (4-0) / Antonio Pizarro
Francisco José Ortega

25 de octubre 2018 - 22:56

Un día más en la oficina. El Sevilla hizo honor a la escarapela que lleva en su manga como pentacampeón de la Liga Europa y solventó el compromiso con el Akhisarspor turco en un plis plas. Bastó con un arranque fuerte, con Promes tirando a todo gas de todos los suyos, para que los nervionenses dejaran liquidado aquello en apenas nueve minutos. Fue el tiempo necesario para que el marcador indicara un contundente dos a cero favorable a los propietarios del Ramón Sánchez-Pizjuán y a partir de ese momento sólo quedaba vivir una noche más de fútbol europeo con el relax necesario para el disfrute.

Sea quien sea el inquilino del banquillo de la entidad radicada en la calle Sevilla Fútbol Club, parece que la receta está aprehendida en esta Liga Europa. El cuadro sevillista, salvo excepciones como en Krasnodar, se toma muy en serio todos los litigios que le va deparando el calendario y los resuelve con solvencia. Esta vez no iba a ser distinto, por tanto, y el brioso arranque ya pudo suponer el primer gol de Promes en el minuto 3. El cuadro de Machín iba a velocidad de vértigo, recuperaba el balón muy arriba y todo debía quedar resuelto con celeridad.

Y sí, fue muy prontito. Minuto 7 y un saque de banda se convierte en una circulación de la pelota a toda máquina. Tocan el balón la mayoría de los elementos de ataque y finalmente es Muriel quien lo conduce hasta donde aguarda Roque Mesa en el borde del área para que el canario empalmase un disparo impresionante casi a la escuadra. El Sevilla estaba ya por delante y prácticamente lo dejaría todo resuelto al recuperar de nuevo el esférico en el saque de centro de los turcos. Fue Aleix Vidal quien se lo guisó y se lo comió al provocar un penalti de Miguel Lopes para que todo se pusiera en un concluyente dos a cero sin que ni siquiera el cronómetro hubiera alcanzado los diez minutos.

Llama la atención en ese relato una cuestión principalísima. Todos los nombres que se han utilizado en estos primeros párrafos son futbolistas que no estaban siendo titulares, por una razón o por otra, desde que comenzara la impresionante racha con el Standard de Lieja en esta misma competición y que sólo se viera interrumpida por la última derrota contra el Barcelona. Se habla de Promes, de Muriel, de Roque Mesa, de Aleix Vidal, de cuatro jugadores que debían aprovechar esta cita ante el Akhisarspor para reivindicarse y para hacerse acreedores a una mayor participación en el futuro.

Unos más, otros menos, está claro que lo hicieron dentro de un esquema de Machín que no se alteraba absolutamente nada respecto al que se viene manejando desde que virara el rumbo de los acontecimientos en este ejercicio. El técnico soriano, que metía a cinco futbolistas nuevos respecto al Barcelona de los diez de campo, planteaba otra vez el juego con tres zagueros; los dos carrileros a la altura de Roque Mesa como punto de partida en el dibujo táctico; Franco Vázquez y Sarabia siempre enganchando y desequilibrando al adversario; y con dos delanteros.

Alguien podrá comentar, con toda la razón, que Promes y Muriel no se parecen en nada a la pareja formada por Andre Silva y Ben Yedder, pero la tarea asignada por su entrenador era que ocuparan los mismos terrenos y la verdad es que lo hicieron. Con bastante acierto, además, durante la mayor parte del juego, tanto que ambos anotaron sendos goles a pesar de que para ello contaran con la ligera colaboración de los rivales.

Son nombres, piezas, en ese mecano ideado por Machín y en el que esta vez no estaba uno de los fijos durante toda la temporada hasta ahora, un Banega que se quedaba en el banquillo para que saliera en su lugar Roque Mesa. Por cierto, un pequeño apunte en ese sentido, el canario es mucho mejor jugando ahí en solitario que cuando lo hace junto al argentino y, por tanto, ese puesto también podría estar asegurado con uno de los dos sobre el campo y es posible que Banega pueda descansar. Importante conclusión también.

Con semejante planteamiento y con el dos a cero a los diez minutos, ya todo quedaba en un plebiscito para que los menos habituales se ganaran el sitio en la famosa libreta de apuntes de su entrenador. Y cabe suponer que en las notas de Machín se consignaran muchas más anotaciones positivas que negativas. Los suyos, sobre todo los menos habituales e incluso también un Mudo Vázquez que sigue brillando en esas zonas más retrasadas y que exigen un mayor esfuerzo, pusieron todo de su parte para ganarse el sitio.

El Sevilla, por tanto, engorda su plantilla mientras dio un paso importantísimo para su clasificación para la siguiente ronda de este torneo que tan buenos recuerdos le trae. Mejor así, ir renovando esa querencia hacia la Liga Europa al mismo tiempo que acumula elementos para poder dosificar los esfuerzos de todos. Los casi 30.000 hinchas que acudieron al Ramón Sánchez-Pizjuán fueron los que agradecieron esa diversión fruto de los seis goles, nada más y nada menos que seis.

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