Un ‘altar’ de Elvis Presley en la Alameda

calle rioja

El año que nace, el Betis gana la Liga; el año que muere, gana la Copa del Rey

Elvis en Café Piola
Elvis en Café Piola / Juan Carlos Muñoz

En una de sus novelas, Javier Marías fabulaba con la fantasía de que Elvis Presley no hubiera muerto y estuviera oculto en algún recóndito paradero. Hoy cumpliría 90 años. Una de las personas más influyentes en la cultura contemporánea, incluso en lo que ésta tiene de creación desbordante y autodestrucción. El año que nació Elvis, el Betis ganó la Liga. El rock de Aedo, Areso y Timimi, esa alineación que se sabía de memoria Manuel Clavero Arévalo, que en cierta forma, por su honestidad y heterodoxia, fue también un rockero de la política.

En el bar Piola de la Alameda, uno de los históricos de la nueva configuración de este bulevar junto al Central y el Badulaque, hay un altar laico de Elvis Presley. En realidad, el cantante nacido en Tupelo (Missisipi) el 8 de enero de 1935 es uno de los muchos referentes que aparecen en este tablón de anuncios de iconos de la música internacional. Están Freddie Mercury, David Bowie, los Rolling, los Beatles, Abba, Bob Marley, Aretha Franklin, Nirvana, su efímero yerno Michael Jackson… Pero la figura que más se repite en este bar que por fuera es tropical y por dentro tiene un punto parisino es la de Elvis. Hay un cartel de una actuación suya en Buffalo el 21 de junio de 1956. Tenía 21 años. Dos años más tarde se incorporó al Ejército. Según John Lennon, fue la primera muerte de Elvis Presley. La segunda tuvo lugar el 16 de agosto de 1977 en Memphis. Ese agosto del año de tantas cosas (elecciones, legalización de los partidos, regreso de los exiliados, amnistía) que también se llevó a Groucho Marx, Antonio Machín (que está enterrado en Sevilla) y Antonio Rodríguez Buzón, el pregonero que salió a hombros del teatro San Fernando en el anuncio de la Semana Santa de 1956, la misma primavera que cerró Elvis con su concierto en el Memorial Auditorium de Buffalo.

El año que nace, el Betis gana la Liga. El año que muere, el Betis gana la Copa del Rey. El equipo verdiblanco está en deuda con Elvis Presley, el blanco que cantaba como un negro. Una deuda que en parte salvó un sevillista, Silvio Fernández Melgarejo, que asumió el legado del rockero norteamericano y en un cóctel con Antonio Molina y Adriano Celentano sentó las bases del rock andaluz de las bases americanas por la altura sevillana. Elvis cumpliría hoy noventa y Silvio ochenta el 1 de octubre. Les separa la década prodigiosa. El sevillista que le cantó un himno fernandino al Real Betis Balompié.

Elvis nace el penúltimo año de la segunda y última República española. Era alcalde de Sevilla Isacio Contreras. Groucho tenía 44 años y Antonio Machín 31. Nace el mismo año que el escritor japonés Kenzaburo Oé, que obtuvo el Nobel de Literatura en 1994. El año que muere Elvis, le dan el Nobel al poeta del 27 Vicente Aleixandre. La estela de Elvis es inseparable de tres sevillanas que nacieron en la primavera de aquel año de 1935, paréntesis entre la Revolución de Octubre y la guerra civil. En menos de un mes nacerán la americanista Enriqueta Vila, la actriz y profesora María Galiana y la bailaora Matilde Coral. Las tres Gracias en un préstamo de Rubens a Velázquez. Elvis no podría tener mejores musas. Ni Bécquer en el conjunto escultórico de Coullaut-Valera.

Hay un rincón de Elvis en esta Alameda de Hércules que sabe a música con la huella de Caracol, Arturo Pavón o la Niña de los Peines, desde la peña Los Majarones al Fun Club, de la Escuela de Realito a la de Adelita Domingo. El bar Piola, con su altar de rock, pop y reggae, es un edificio adyacente al Patio de la Alameda. Este establecimiento hotelero con 39 habitaciones fue clínica de la Montaña y corral de vecinos, pero antes de todo eso fue donde vivió y tuvo su estudio el escultor Antonio Susillo (1857-1896).

Una placa con relieve lo recuerda. Ambos llevan la firma de Jesús Méndez-Lastrucci. Este escultor e imaginero con taller en la calle Goles escribió la biografía de Susillo. Su obra pasa por algunas de las debilidades que le dan fortaleza a la memoria colectiva de la ciudad: la estatua del Pali junto a Hacienda, en la plaza Indalecio Prieto; el proyecto de monumento al Seise que todavía está pendiente de ubicación. Una de las facetas más insólitas de este artista sevillano es que Méndez Lastrucci realizó un conjunto escultórico de Elvis Presley que está en un museo de Memphis.

Antonio Susillo no llegó a cumplir los 40 años. Es uno de los personajes de la novela La maldición de los Montpensier con la que Paco Robles ganó en Logroño el premio internacional de Novela Solar de Samaniego. Es autor de esculturas icónicas como la de Velázquez en la plaza del Duque o la de Daoiz en la plaza de la Concordia.

El boceto de esta última estuvo en la casa de Morón del poeta Fernando Villalón, como contaba su primo el académico Manuel Halcón. Es también autor de las estatuas de los doce personajes que jalonan una de las fachadas del Palacio de San Telmo al que en 1848 llegan Antonio de Orleans y la infanta María Luisa, la hermana de Isabel II. Susillo vivió su emulación becqueriana hasta el final. Una obra larga, una vida demasiado corta, como la de Elvis Presley.

Elvis Presley nace en un país donde era presidente Franklin Delano Roosevelt. Ese enero de 1935, Salvador Dalí expuso en Nueva York y Benito Mussolini firmó con el ministro de Asuntos Exteriores de Francia la aprobación de Libia como nueva nación. Un proyecto fallido de país. Del 35 al 77, de la Liga a la Copa del Betis, la muerte de Elvis supuso la resurrección de Silvio, el rockero nacido en La Roda de Andalucía, hijo de un crítico de cine que tuvo una vida de película. Se casó en la capilla del Cachorro con una inglesa del exclusivo barrio de Chelsea, la madre de Sammy, que siguió los pasos de su padre en la canción. El blanco sevillano que cantaba como un negro más de los Negritos de Isidoro Moreno que de los angelitos de Machín.

El Piola mantiene su blasón fundacional, un dibujo firmado por Alejandro, del taller de García Chaparro, maestro de ceramistas que tenía su escuela (de arte y de vida) en la calle Relator, paralela a Antonio Susillo, que tiene su calle a dos pasos de donde tuvo su casa y su estudio. Unido con Elvis por la gubia de Jesús Méndez Lastrucci, igual que El Pali podría hermanarse con B.B. King con la mediación de Raimundo Amador. Nació con la Liga, murió con la Copa. Es el Real Elvis Balompié. El cantante que se puso de moda y que creó una moda: sólo Hemingway en los sanfermines ejerció un mayor reclamo de imitadores. No exagero. En la mili, en el Centro de Instrucción de Reclutas Santa Ana de Cáceres, se organizó un concurso de réplicas de Elvis Presley. El pelo de los soldados era muy distinto al del cantante nacido en Tupelo. Pero sus desgarros, sus contoneos (Elvis Pelvis), su iconoclastia hicieron mella en aquellos reclutas discípulos del rey del rock que se alistó en el Ejército en el momento más dulce de su carrera.

Hoy cumplen 37 años Matilde y Tomás Grau De Pablos. Nacieron el día de Elvis en este santoral laico que simboliza la cuesta de enero marcada por la retahíla de propósitos, el desmontaje de árboles y belenes y la retirada de los adornos e iluminaciones navideñas. Los villancicos hoy son de Elvis Presley, nacido en un país que por primera vez va a vivir el regreso de un ex presidente a la Casa Blanca. Cuando tomó posesión su predecesor, Joe Biden, que tiene la edad de Felipe González, el Alcoyano eliminó al Madrid en la Copa del Rey. Donald Trump, cuatro años más joven, ocho años más viejo que cuando se estrenó, es el único presidente con tupé… Como Elvis.

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