¡Viva el fútbol directo! (0-1)

Importante triunfo para el Sevilla en su lucha por no desengancharse de los objetivos nobles que les ha tocado pelear en la presente temporada. El equipo de Jorge Sampaoli se reencontró con el triunfo en un campo complicado, en el fortín de la Unión Deportiva Las Palmas, donde sólo había ganado hasta ahora el Atlético en la Copa. Y lo más curioso es que lo hizo a través de un método que nada tenía que ver con lo que se había anunciado en las vísperas a tenor del gusto de los dos entrenadores, con un balón directo desde el portero que tocó Iborra en el salto con Aythami y Correa aprovechó para alojarlo en la portería del impecable Javi Varas. Así es el fútbol, un deporte apasionante que soporta cualquier bla-bla-bla tanto por parte de los profesionales como de todo el entorno que lo rodea, incluidos los periodistas, por supuesto que sí.

Este deporte está abierto a tantas interpretaciones que cualquiera, pero cualquiera, es capaz de elaborar una tesis con que si éste juega de 4, de 5 o de vaya a saber usted de qué. Pero es mucho más fácil que todo eso en bastantes ocasiones. Aún recuerdo al malogrado Vicente Cantatore cuando en una localidad cercana a los Alpes italianos interrumpía, cigarro en la boca, a Rosendo Cabezas en una de las disertaciones futbolísticas de éste con la combinación de los elementos: "Ché, Rosendo, no lo compliques, pero si el fútbol es tan fácil como marcar un gol más que el rival". Vicente Cantatore y Rosendo Cabezas, para los más jóvenes, eran el entrenador y el director deportivo, respectivamente, de aquel Sevilla que hacía la pretemporada en Magnano in Riviera, muy cerquita de Udine.

Valga este paréntesis para volver al camino por el que el Sevilla se anotó los tres puntos en su visita al complicado Estadio de Gran Canaria. Después de mover los peones una y otra vez y de desarrollar un juego que parecía a cámara lenta tanto en la creación como en el intento de la recuperación del balón, la pócima mágica surgió de otra forma bien diferente. Un saque en largo de Sergio Rico, una peinada de Iborra en colaboración con Aythami y la astucia de Correa para intuir la jugada y arrancar antes que Dani Castellano. El resto fue plantarse delante de Javi Varas y superarlo con un toque perfecto, imposible para el guardameta.

Tal vez todo durará 10 segundos, no mucho más, apenas tendrá un registro en las absurdas estadísticas de la posesión del balón en un partido de fútbol y estoy completamente seguro que Sampaoli y Lillo lo celebrarían como el más hermoso de los goles que hayan podido anotar los sevillistas a lo largo del presente curso. Así que menos poesía amateurista en muchos casos y más prosa para destrozar al adversario, porque todos los caminos son iguales de válidos para ello.

Era la culminación a un litigio que no pasará a la historia como uno de los mejores de la era del entrenador argentino al frente del Sevilla. Sampaoli recurrió a una defensa inédita con Mercado y Lenglet en el centro y Sarabia como lateral izquierdo puro y duro, lo que garantizaba inquietudes a la hora de detener el juego de Las Palmas. Los canarios avisaron bien prontito y estuvieron a punto de sacar petróleo en dos acciones consecutivas. Primero fue un disparo de Roque Mesa desde el borde del área; después era Jesé quien se plantaba completamente en solitario delante de Sergio Rico para que éste le tapase toda la portería.

En el dibujo del técnico sevillista sí se advirtió pronto que Kranevitter iba a ejercer de medio centro puro para que N’Zonzi jugara una decena de metros más arriba en pos de robarle balones a Las Palmas en su circulación y salir más rápido en las contras. Al final tampoco dio muchos resultados esa idea, ya que el francés estuvo tan errático que hasta fue sustituido por Iborra, para bien de los suyos, y también arrastró a Nasri, casi de segundo delantero en esta ocasión, y Mudo Vázquez, ambos muy desubicados.

Sin embargo, fue el zurdo argentino el que tuvo la ocasión más clara al filo del intermedio, pero se topó con una brillante intervención de Javi Varas en la que el árbitro ni siquiera observó que había sido córner. El Sevilla se iba al intermedio con el cero a cero inicial y con la sensación de que el rival estaba haciendo algo más que él para llegar hasta el triunfo, tónica que continuó en el arranque del segundo periodo pese a que N’Zonzi ya comenzó a partir desde algo más atrás.

Todo varió en torno a la hora de juego, justo después de un paradón de Sergio Rico a un cabezazo de Boateng, ya que Vitolo ya debió adelantar a los suyos inmediatamente después. Después llegaría la entrada de Iborra para, de inmediato, poner en solitario a Ben Yedder como paso previo al gol de Correa y a otra ocasión clarísima de Jovetic. Todo sucedía para que el Sevilla se fuera de la casa del piropeado Las Palmas con los tres puntos. Le bastó con una acción clásica en medio de tanto barroco. ¡Viva el fútbol directo!

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