Tiempo extra para Aleix Vidal, Fernando y Ocampos

El Sevilla de Julen Lopetegui, el equipo más castigado por el calendario desde septiembre por su casi nulo descanso (apenas dos semanas de vacaciones), tendrá ahora un respiro para recuperar jugadores, tanto en el plano de lesiones, como en futbolistas tocados y en lo que se refiere a sobrecargas musculares.

El parón liguero por los paridos internacionales le dará al cuerpo técnico la ocasión de descansar una semana que será clave y fundamental para estos profesionales, si bien, por otro lado, los internacionales tendrán que asumir otro esfuerzo extra con los partido de selección, con el consiguiente trastorno de largos desplazamientos, concentraciones y en muchos casos tres partidos en lugar de dos por el cambio de criterio de la FIFA en este aspecto para aligerar el calendario internacional y recuperar el tiempo perdido por la pandemia de Covid-19.

Es un riesgo que los clubes tienen que asumir, pues además, como añadido a la probabilidad de lesiones también deben tener en cuenta los posibles contagios que se puedan producir en las concentraciones. No hay que olvidar cómo, en el caso del Sevilla, Koundé se infectó en una concentración de la selección francesa sub 21, a la que ahora acude de nuevo.

El Sevilla no compite hasta el próximo domingo 4 de abril (21:00 horas) ante el Atlético de Madrid en el Sánchez-Pizjuán, lo que le permitirá ganar tiempo a algunos jugadores que arrastran problemas y que podrían recuperarse totalmente en este tiempo ante la ausencia de partidos en los que forzar.

Son los casos de Lucas Ocampos, aún renqueante de la lesión de ligamentos de tobillo que sufrió por la entrada de Djené, así como el brasileño Fernando, que se ha perdido los dos últimos choques ante Elche y Valladolid con molestias en el pubis. Además, Munir recibió un golpe en el duelo ante los alicantinos y Aleix Vidal tendrá la ocasión de acelerar en el final de su recuperación tras la lesión muscular que lo tiene en el dique seco desde el choque de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey en el Camp Nou frente al Barcelona.