La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Sevilla FC
La enorme expectación que ha despertado Sergio Ramos en el sevillismo, a excepción de esos sectores minoritarios que aún son muy reticentes o directamente inflexibles con su regreso, solapa en gran parte un nombre propio que está llamado a cimentar el nuevo Sevilla. Se trata de Boubakary Soumaré, cuya irrupción en el Sevilla está sorprendiendo a los que disfrutan de los entrenamientos completos del equipo, algo vedado a la generalidad de público y prensa desde las nuevas modas del fútbol, tan hermético en unos aspectos y tan publicitado en otros.
Soumaré (Noisy-le-Sec, 27-02-1999) sabe jugar al fútbol, bastante bien, y esto sumado a la realidad de que es un portento físico, al estar dotado con una fisonomía muy equilibrada pese a su envergadura de 1,88 metros, es lo que más está sorprendiendo. Visión de juego, salida limpia del balón, pelotas verticales e interiores... Era algo que conocían los que lo habían seguido en el Lille que fue campeón de la Ligue 1 en 2021, antes de que lo fichara el Leicester en la más popular Premier League. Por entonces, en 2020, incluso desechó al PSG y prefirió a un equipo de un perfil menor porque le dio prioridad a tener más protagonismo.
Algo así ha sucedido este verano, cuando desechó una gran oferta del Nápoles, recién proclamado campeón de la Serie A, y esperó al Sevilla con muchísima paciencia y haciendo un importante sacrificio económico para poder fichar rebajándose el caché que tenía en Leicester antes del descenso el último día del mercado estival. Llegó cedido con una opción de compra que todos esperan que se ejecute, porque significaría que ha triunfado en Nervión. Pero hay que ir con calma y no lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo.
El parón le ha venido fenomenal al futbolista de 24 años, que prácticamente se plantó en Leicester tras el descenso del equipo inglés porque quería un proyecto de primer nivel en el que poder dar continuidad a su trayectoria. Internacional en todas las categorías de Francia salvo la absoluta, el Sevilla se le apareció como el equipo ideal para reivindicarse tras el paso atrás que dio al fichar por el Leicester, con el que apenas ha participado en la pretemporada, salvo minutos testimoniales en algunos amistosos.
Pero, aun así, en los entrenamientos que ha tenido en Sevilla desde que aterrizase el 2 de septiembre, ejercitándose en la ciudad junto a Mariano mientras el equipo viajaba para jugar en el Metropolitano y luego ya con el grupo, está demostrando un excelente tono físico, fundamentado en esa privilegiada fisonomía que tiene.
Siendo un pivote pero también un box to box, tal y como lo definió Víctor Orta, está llamado a darle el relevo natural a Fernando, que ya se ha perdido dos partidos de este inicio liguero por diversos problemas y que sabe que ya está al límite de su capacidad, como dejó claro al anunciar que será su último año aquí. El brasileño debe seguir siendo una referencia táctica y de jerarquía en la medular, pero futbolistas como Soumaré o Sow deben no sólo seguir su estela, sino ayudarlo a volver hacer del centro del campo del Sevilla una estructura cohesionada, férrea y elástica a un tiempo.
Sow lleva más tiempo con Mendilibar, pero también llega de jugar con su selección. Soumaré ha estado ejercitándose a pleno rendimiento durante el parón con el vizcaíno y ha sorprendido a todos. Su irrupción en el equipo es muy esperada y será el técnico sevillista quien, por lo visto en estas dos semanas, decida. La expectación por conocer el once ante Las Palmas es tremenda por la posibilidad de que jueguen Sergio Ramos, Mariano, el propio Sow de nuevo, Lukebakio... o Soumaré. El equipo está muy urgido y quizá sea el momento de ir dándole relevo a la vieja guardia.
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