Camp Nou: el asalto más difícil
Sevilla FC: Antecedentes con el Barcelona
El Sevilla defenderá el liderato en el estadio en el que ganó menos veces, seis, y en el que más tiempo hace de su último triunfo en la Liga, 16 años
A partir de hoy con la vuelta a los entrenamientos del equipo tras un largo fin de semana de necesario descanso, el Sevilla empezará a preparar su asalto al Camp Nou. El reto se antoja complicadísimo, pues el Barcelona de Messi y compañía lleva cuatro partidos sin ganar, los mismos que acumula ganando de forma consecutiva el equipo de Pablo Machín. La concurrencia de estas dos trayectorias contrarias han conformado un partido en el que el Sevilla defiende el liderato después de las primeras ocho jornadas de Liga. Pero ha de hacerlo en el estadio que peor se le da de todo el campeonato de Primera División, históricamente.
La visita al Barcelona nunca se le hado demasiado bien al Sevilla, salvo honrosas y escasísimas excepciones muy salpicadas a lo largo de la historia de este enfrentamiento, cuyo primer precedente fue precisamente un triunfo por 2-3, el 7 de abril de 1935, en Las Corts. En total sólo ha ganado allí el Sevilla seis veces en la Liga. Dos de los triunfos fueron en Las Corts: aquella primera vez en la jornada 19 (2-3), poco antes de ganar la Copa de España, y otra vez en la temporada 39-40 (1-2). Y cuatro ocasiones más ya en el Camp Nou: 87-88 (1-2), 89-90 (3-4), 94-95 (0-1) y 02-03 (0-3). Éste fue el último precedente, y de eso hace ya más de tres lustros, casi 16 años.
Entrenaba al Sevilla Joaquín Caparrós aquella fría noche del 15 de diciembre de 2002 cuando el equipo nervionense dio la campanada en el Camp Nou y dejó en un brete a Louis van Gaal, que sería destituido luego a finales de enero. Fue la famosa noche en la que Joan Gaspart aguantó el chaparrón de la bronca y la pañolada de la afición del Barcelona durante varios minutos, después de un inapelable 0-3, gracias a los goles de Casquero, de penalti cometido sobre Reyes, Toedtli y de nuevo el delantero argentino tras un jugadón por la derecha de Marcos Vales.
Paradójicamente, el momento de Barcelona y Sevilla no tenía nada que ver entonces con el de ahora. José María del Nido afrontaba su primera crisis en la presidencia, a la que había accedido en mayo de 2002. El equipo de Caparrós era el decimoctavo, con dos puntos sobre el colista, cuando, tras sumar sólo dos triunfos, y cinco empates y encajar seis derrotas en las primeras trece jornadas. Y visitaba a un Barcelona necesitado que estaba en mitad de la tabla, con apenas 16 puntos, los que tiene ahora el Sevilla.
Han pasado 16 años desde aquel triunfo. Es el periodo más largo que lleva el Sevilla sin ganar en uno de los grandes estadios de la Liga, además de que es el escenario donde menos veces lo ha hecho, apenas esa media docena referida antes en 74 visitas en Primera División. Lo sigue el Santiago Bernabéu, donde el Sevilla sólo ha ganado 8 veces de 74 visitas, la última vez más recientemente, un 3-4 también en vísperas de Navidad, en 2008, es decir, hace la mitad de tiempo.
Anoeta, y antes Atocha, tampoco se le da muy bien al Sevilla, pues allí sólo ha ganado en siete ocasiones de 59 visitas en Primera, la última de ellas hace dos temporadas, un 0-4 con estelar participación de Ben Yedder (tres goles y una asistencia a Sarabia) justo antes del parón navideño.
La Coruña o Vigo tampoco han sido escenarios de muchas victorias sevillistas, 8 y 9 respectivamente en menos visitas en Primera, como se puede apreciar en la tabla anexa. Pero nada que ver con ese escasísimo bagaje de seis triunfos de 74 visitas, a los que habría que añadir, eso sí, el sonado 1-2 el 5 de enero de 2010, la ida de la primera vez que un equipo eliminaba al Barcelona de Guardiola, en un gran partido de Diego Capel. Fue en la Copa del Rey que terminaría ganando el Sevilla, con Álvarez por Jiménez, artífice de aquella eliminatoria.
Ahora las circunstancias, la plantilla, el entrenador, todo ha cambiado. Joaquín Caparrós es un protagonista secundario y Pablo Machín tratará de realizar el asalto más difícil, un Camp Nou que, por estilo de juego, por arbitrajes algo sesgados como el de Muñiz Fernández en septiembre de 2013 (3-2, con gol anulado a Cala y gol del triunfo local con el tiempo cumplido), o por manifiesta inferioridad sevillista, la mayor de las veces, siempre ha sido un dolor de cabeza para el Sevilla. O casi siempre...
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