Sólo cinco goles en la Liga de los 'delanteros centro'

El mejor visitante de la Liga y el mejor de la historia del Sevilla en la primera vuelta tiene el contrapeso del problema del gol, que lo están solventando futbolistas de la segunda o la tercera línea. En Son Moix los dos tantos fueron a balón parado, el primero en un córner y el segundo de penalti, marcados por Diego Carlos y Banega. El último delantero centro que ha marcado, en juego dinámico además, ha sido Munir, curiosamente jugando en esa posición de extremo derecho en la que suele partir en el 4-3-3, aunque éste varíe durante los partidos.

De los 23 tantos que lleva el Sevilla en la Liga, sólo cinco han sido marcados por los teóricos delanteros centro del equipo, aunque este rol suele ser copado por Luuk de Jong, en detrimento de Chicharito o de Munir, que en Son Moix sí jugó el rato final en punta, cuando Koundé sustituyó al holandés y Jesús Navas lo relevó como extremo derecho.

El madrileño lleva dos goles, los que marcó con su zurda a Osasuna y Villarreal. De Jong suma otros dos, a Levante y Betis. Y Chicharito anotó el primer tanto al Getafe. Las otras líneas del Sevilla se reparten la mayoría de goles, aunque sí es cierto que los hombres más habituales de las bandas, Ocampos y Nolito, dos futbolistas atacantes, de clara vocación ofensiva, acumulan 7 tantos, 5 el argentino, máximo realizador en la Liga, y 2 el sanluqueño. El tercer goleador es Franco Vázquez, con tres. Y con dos están también Joan Jordán y Banega, mientras que Óliver Torres y Reguilón completan la nómina con uno.

En cambio, Ben Yedder continúa rentabilizando de la mejor manera su fichaje por el Mónaco, que gracias a sus goles sigue escalando posiciones y ya es séptimo en la Ligue 1. El sábado, el ex sevillista contribuyó a la goleada del equipo del Principado sobre el Lille (5-1), con dos goles y una asistencia. En total, ya lleva 13 goles, dos más que Mbappé, y cuatro asistencias de gol.

Quizá sea una comparación ventajista, pero era el riesgo que corría el Sevilla en su necesidad de financiar la revolución de su plantilla vendiendo a su mejor goleador.