Un proyecto que no deja de consolidarse

Que una entidad deportiva está viva se percibe en sus continuos movimientos. Y no sólo son las entradas. La llegada de Tecatito Corona y Anthony Martial ha dado, o debe dar, un plus al ataque, en el caso del francés con fecha de caducidad, una aportación hasta final de temporada en un claro ejemplo de la amortización por los objetivos deportivos.

Pero la renovación de los puntales del proyecto es una actuación necesaria en la que la dirección deportiva no se queda atrás. Y para este domingo estaba reservado el anuncio de un paso más en el proyecto de consolidación de la plantilla. Después de hacerlo con hombres como Fernando, Lucas Ocampos o Joan Jordán, el club anunció la ampliación de contrato de Marcos Acuña, uno de los hombres que se ha ganado en el campo el respeto de los aficionados por su calidad y el ardor que pone en el juego, luchando por cada balón y expresando futbolísticamente la filosofía de la entidad sevillista, el no rendirse jamás.

El internacional argentino, titular indiscutible en el Sevilla y en la selección albiceleste, amplía su vinculación con el club de Nervión una temporada más, hasta junio de 2025 (ya que acababa en 2024), en una clara muestra de la intención de la dirección deportiva de consolidar el proyecto. La medida no deja atrás por supuesto una revisión de sus cantidades y también de la cláusula de rescisión, y viene motivada por el hecho de que no pocos clubes importantes en Europa empezaban a preguntar por el jugador y se habían dirigido en algunos casos a su agencia de representación.

A cambio de unos 11,5 millones de euros y con la difícil tarea de cubrir la vacante que dejó Sergio Reguilón tras acabar su cesión en el Sevilla y marcharse al Tottenham, Acuña llegó al Ramón Sánchez-Pizjuán procedente del Sporting de Portugal en verano de 2020, poco antes de la Supercopa de Europa que los de Lopetegui disputaron ante el Bayern Múnich, habiendo disputado con la camiseta del Sevilla hasta el momento un total de 65 partidos (51 de Liga, 9 de Champions y 5 de Copa). El lateral zurdo, además, ha anotado dos goles, ante el Atlético de Madrid y frente al Betis en el último derbi de Liga en Heliópolis (0-2). También ha repartido siete asistencias en las dos temporadas que suma como sevillista, la primera con Sergio Escudero como competencia en el puesto y en esta presente con el sueco Ludwig Augustinsson, quien de momento no le ha podido hacer sombra.

Es un jugador que rápidamente ha enganchado con la grada del Sánchez-Pizjuán por su entrega y raza, nada incompatibles con una gran calidad futbolística, que pone de manifiesto en sus subidas por la banda izquierda y en los golpeos, tanto en centros a balón parado o en movimiento, como en disparos a puerta.

Acuña es un fijo para Lionel Scaloni en la selección argentina, con la que se proclamó campeón de la Copa América el pasado verano. El lateral debutó en 2016 con la albiceleste y ha sido ya 39 veces internacional absoluto.

El Sevilla demuestra con este movimiento la consolidación de un proyecto que no se detiene y que mira al futuro. Amarrar a los jugadores importantes es una de las prioridades del club, que empezó con la contratación en propiedad de Bono y que posteriormente ha amarrado a jugadores clave como Fernando, Ocampos y, el último, Joan Jordán.

La asignatura pendiente está a partir de ahora en los centrales, donde si el tema espinoso estaba en el futuro de Jules Koundé tras su frustrado fichaje por el Chelsea al no aceptar el Sevilla la oferta de los ingleses, algo parecido ha pasado con Diego Carlos, si bien la diferencia estriba en que club y jugador se habían puesto de acuerdo previamente en una renovación que Monchi dio por cerrada pese a que el Sevilla no llegó a hacerla oficial. En ese interín el Newcastle ofreció al jugador un suculento contrato y una cifra menos convincente al club, por lo que ahora habrá que empezar una negociación de cero y, lógicamente, con otras condiciones.