La magna
El Sevilla, primer equipo ‘antifranquista’
Sevilla F.C.
Este domingo se enfrenta en partido de Copa del Rey al Racing de Ferrol, el rival al que la delantera stuka vapuleó en la final de 1939, primera del Generalísimo
El 22 de junio de 1939 se aprobó que todas las provincias españolas nombraran a Francisco Franco hijo adoptivo. Tres días después, el equipo de su ciudad natal, el Racing de Ferrol, era aplastado por el Sevilla en la final de Copa, trigésima edición de este torneo, primera con la denominación de Copa del Generalísimo. Franco, nacido en Ferrol el 4 de diciembre de 1892 (tenía entonces 46 años) se salvó del soponcio de sus paisanos porque delegó la presidencia del partido, disputado en el estadio de Montjuic de Barcelona, en el general Moscardó.
Goleadores
Tres goles de Campanal, dos de Pepillo y uno de Raimundo le dieron la goleada a los sevillistas
El Sevilla vuelve a enfrentarse mañana en eliminatoria de Copa con el Racing de Ferrol, que ocupa uno de los puestos de ascenso a Primera División. Hace casi 85 años lo vapuleó con un contundente 6-2: tres goles de Campanal, dos de Pepillo y uno del jovencísimo Raimundo, que con 20 años acababa de incorporarse al equipo. Eran componentes de la mítica delantera stuka, a saber: López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal, aunque a veces el técnico incluía en el quinteto a Torróntegui, creador en 1960 de la Regata Sevilla-Betis.
La guerra había terminado el 1 de abril de ese mismo año. Los equipos de los lugares que permanecieron en zona republicana no participaron en este campeonato exprés disputado entre mayo y junio. El Ferrol no tuvo que enfrentarse a la selección de Asturias, combinado que sustituía al Oviedo cuya plantilla se vio diezmada por la guerra, incluido Lángara, con tres Pichichis seguidos. Los gallegos eliminarían al Donostia y al Baracaldo. El Sevilla dejó en el camino al Ceuta Sport, al Aviación Nacional, un equipo formado por militares del Ejército del Aire que había eliminado al Betis, y al Alavés antes de esta final. Frente al Ferrol obtendría su segundo título copero. El primero, en la República, lo ganó al Sabadell en 1935, el mismo año que el Betis ganó la Liga.
El Sevilla alineó a Manuel Bueno, el padre del extremo de otra época Manolín Bueno; José Cayuso, Diego Villalonga; Torróntegui, Félix García, Leoncito; López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal. Los dos goles del Ferrol los marcó el gallego Silvosa. La media docena de tantos sevillistas los encajó un portero con historia. Gyula Alberty es el reverso de la Oda a Platko de Rafael Alberti. Si el poeta de El Puerto dedicó ese bellísimo poema al portero magiar del Barcelona, “oso rubio de Hungría”, por su actuación en la final de Copa de 1928 en el Sardinero contra la Real Sociedad, Alberty era un portero húngaro que recaló en el fútbol español. Pasó por el Madrid, Real Unión de Irún, Ferrol, Celta de Vigo y finalmente por el Granada, en cuya ciudad murió con treinta años de fiebres tifoideas.
Ausencia
Franco se salvó del soponcio de sus paisanos al delegar en el general Moscardó
La final de Copa de 1939 fue el único torneo que se disputó ese año. En agosto, Franco nombró su primer Gobierno tras el término de la contienda. Las dos primeras Ligas del reanudado campeonato las ganó el Atlético Aviación. Han pasado más de ocho décadas y la leyenda de la delantera stuka, nombre del avión alemán de la Segunda Guerra Mundial, permanece incólume.
Guillermo Campanal, asturiano de Avilés, tío de Marcelo Campanal, llegó a jugar 17 temporadas en el Sevilla. Participó en esta Copa de 1939 y en la Liga que el equipo consiguió en 1946. Sólo Juan Arza consiguió superar su coeficiente goleador con el Sevilla. Jugó tres partidos con la selección española, incluido uno en el Mundial de Italia de 1934. El año de la revolución de Asturias, su patria.
Coincidencia
El Sevilla ya la había ganado en la República en 1935, el año que el Betis gana la Liga
Al equipo lo entrenaba el sevillano Pepe Brand. Aquella final fue la mayor gesta en la historia deportiva del Ferrol. De la cantera de ese equipo salió Marcelino, que 25 años después de aquella final, el 1964 de los 25 años de Paz, marcó el gol a la Unión Soviética que le dio a España su primera Eurocopa, y formó parte en el Zaragoza de los Cinco Magníficos, tan legendarios como la delantera stuka. Tres días después de la final ganada por el Sevilla, un avión de la Pan American hizo el primer vuelo comercial entre Long Island y Marsella.
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