El gol de la segunda línea como paliativo

Una frase repetida en las cada vez más difíciles tertulias de las aforadas tabernas va para apotegma definidor del Sevilla 2019-20: "Qué sería de este equipo con un buen delantero". No va mal encaminada la frase, puesto que entre los cuatro delanteros centro que ha tenido a sus órdenes Julen Lopetegui, incluyendo a Chicharito y Dabbur, suman 10 goles en la Liga. Una cantidad ínfima para un equipo que ha tenido siempre a grandes goleadores entre sus filas, hasta tal punto de que muchas temporadas, como la anterior a la del guipuzcoano, casi se nutrió el equipo de la producción de sus delanteros. Ahora no. La concepción táctica que tiene Lopetegui del fútbol hace que el 9 sea una pieza más del tablero, antes que un killer, antes que el rematador de la obra.

De Jong se ha llevado la palma de las críticas durante casi toda la temporada, hasta que poco a poco muchos de los que le afeaban su tosquedad técnica y su falta de olfato ante la portería van viendo que su trabajo táctico es clave en el entramado del equipo de Lopetegui.

El holandés suma 6 tantos en la Liga, 7 en total. Y no parece que vaya a eclosionar como hicieron Kanouté y Luis Fabiano tras un primer año de pobres números. Ahora, los fallos clamorosos de En-Nesyri en Butarque han aumentado esa percepción. Su estajanovista trabajo táctico, más de potencia y barrido que de fijación y posicionamiento como es el del holandés, tuvo un nulo rédito goleador. Lleva 3 goles desde enero (4 en total). No parecen por ahora justificados los 20 millones de euros que invirtió el Sevilla en su adquisición, aunque es muy joven: 23 años cumplidos en junio.

Aun así, Lopetegui sí valora el trabajo táctico de De Jong y En-Nesyri, en dos estilos bien distintos. Pero está pidiendo a sus futbolistas de segunda línea que pisen más terrenos de remate. Y Óliver Torres cumplió con esa función en Leganés para hacer dos tantos que encauzaron la victoria del Sevilla, alejando la posibilidad de un empate como el que logró el Levante en un partido sintomático de buena parte de la temporada.

Una estadística que sacó la cuenta @LaLigaenDirecto tras la visita a La Nucía era demoledora, pues de 22 veces que se había puesto el Sevilla por delante, sólo 13 terminó ganando, quizá por esa manía de controlar el partido sin terminar de rematarlo o quizá por la falta de un delantero goleador. Tras el triunfo en Butarque la estadística es de 23-14.

Como no se sabe si fue antes el huevo de la falta de un goleador o la gallina del rigorismo táctico de Lopetegui, es mejor fiarse al gol de la segunda línea. Ocampos se ha erigido en el principal baluarte anotador del Sevilla, aunque desde que está jugando en la izquierda los marca más de penalti que en juego dinámico. Aun así, lleva 12 en Liga y 14 en total. Munir lo sigue con 9 en total y 4 en la Liga.

El atacante de El Escorial, condicionado por ser un híbrido entre segundo delantero y hombre de banda, ha vuelto del parón en racha y, desde esa izquierda a la que le cuesta acoplarse a Ocampos, ha hecho ya dos soberbios tantos, en Villarreal y en Leganés. Y Óliver Torres, 6 goles en total y 3 en la Liga, parece subirse al carro de nuevo en un momento clave de la temporada.

La segunda línea mantiene la clave del gol en este Sevilla tan táctico, aunque Suso apenas ha marcado uno desde su llegada invernal. El parón lo ha frenado y evidencia falta de forma en contraste con sus compañeros de línea. Nolito se fue con 5 en total y 3 en Liga, por ejemplo. Falta en este recuento Franco Vázquez: 6 goles en total y 3 en Liga, las mismas cifras que Óliver Torres, pero con la sensación de que éste, actualmente, tiene mucho más peso en la construcción del juego.

Otros futbolistas de puestos más atrasados completan la nómina de goleadores: Banega, Fernando, Joan Jordán y Diego Carlos llevan 2 cada uno en la Liga, y Koundé, Reguilón y Escudero, otro. Muchos llegaron a balón parado, lo que ilustra también sobre la escasa pegada del juego de ataque de Lopetegui, al que le faltan mecanismos para sacar más rédito a su producción. ¿O es que falta un 9?