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El Sevilla, de la escuela vasca a la escuela catalana

Sevilla FC

García Pimienta es presentado hoy para que lleve a cabo la renovación del modelo de juego que más éxito dio al club de Nervión, un año después de su último logro

El foco se vuelve de forma obligada a la plantilla que Orta debe darle al catalán para ejecutar su ideario

La revolución temeraria: el Sevilla de García Pimienta

García Pimienta, entre el director de comunicación y el director deportivo del Sevilla al aterrizar. / José Luis Montero

Este miércoles a partir de la una de la tarde se alza el telón del Sevilla 2024-25, con la presentación de Xavi García Pimienta (Barcelona, (03-08-1974). Se trata de la segunda gran apuesta de Víctor Orta, responsable de la reestructuración completa a la que está abocado el equipo blanquirrojo. En su segunda temporada, el director deportivo sevillista está obligado a hacer un trabajo finísimo, apremiado por las urgencias económicas del club. Y esta segunda apuesta, tras el fracaso de Diego Alonso previo a la llamada de emergencia a Quique Sánchez Flores, significará también un giro radical en la tradición futbolística de la entidad nervionense.

De la escuela vasca a la escuela catalana, podría subtitularse la gran revolución que empezará a tomar forma a mediodía de este miércoles 5 de junio. Con matices. Los tres últimos entrenadores con los que consiguió éxitos el Sevilla fueron vascos, Unai Emery, Julen Lopetegui y José Luis Mendilibar.

Los dos primeros son guipuzcoanos, de Fuenterrabía el primero y de Asteasu el segundo; el tercero, vizcaíno, aunque de un pueblecito casi fronterizo con Guipuzcoa, Zaldívar, hasta el punto de que su filiación balompédica era similar a la de sus antecesores: la Real Sociedad, un club en el que sí militaron Emery y Lopetegui frente al Athletic en el que jugó Mendilibar. Curiosamente, los tres lograron sus más altas cotas de éxito muy lejos, en las antípodas del fútbol español, el Ramon Sánchez-Pizjuán, en el corazón de Nervión.

Matices

Quizá Lopetegui se saltara el perfil de fútbol más directo de Emery o Mendilibar y sea parecido

La dicotomía entre la escuela vasca de los entrenadores que trajeron plata a las vitrinas de Nervión en la última década -se acaba de cumplir el décimo aniversario de Turín 2014 y el aniversario de Budapest 2023- y la escuela catalana, o más concretamente azulgrana, de García Pimienta es obvia. Aunque esos matices susodichos obligan a recordar que Lopetegui sí tenía aspectos similares en su ideario de juego al técnico barcelonés, el que más tiempo ha sido entrenador en La Masía: 20 años.

El de Asteasu empezó con un fútbol de líneas adelantadas y presión en el campo contrario y con la seguridad defensiva como señas de identidad, al igual que García Pimienta, e incluso fue evolucionando, ya sin Banega como director de orquesta, hacia un fútbol combinativo que partía desde el área propia, aprovechando el juego con los pies de Bono.

Con esto acabó Mendilibar volviendo a un fútbol más directo -fue sintomático el cambio en la portería de Dmitrovic por Bono-, otro estilo que recordaba más al de Emery. Un método que también tenía la presión alta por bandera y los robos en el campo contrario como dogma de fe para iniciar la fase ofensiva más cerca de donde se hace daño al rival. Era ese Sevilla hambriento hasta lo frenético que también recordó al de Juande Ramos del inicio de la era de plata.

Elogios

Su ex presidente en Las Palmas Miguel Ángel Ramírez lo ensalzó: “No he conocido un entrenador más trabajador”

De García Pimienta, para dar este giro radical, han convencido varios factores de peso en el comité de dirección del Sevilla, sin obviar que es un técnico neófito que acaba de cumplir su primera temporada en Primera División y eso cuadra con la economía de guerra.

Más allá de esta evidencia, el presidente de Las Palmas lo ha despedido con elogiosas palabras sobre su amor a su profesión. “No he conocido un entrenador más trabajador que García Pimienta y aquí hemos tenido grandes entrenadores”, dijo Miguel Ángel Ramírez. Además, añadió que “jamás perdió el control del vestuario”, en velada alusión al affaire Jonathan Viera, al que el catalán apartó en enero.

Estos dos factores y su capacidad para moldear a futbolistas jóvenes, que serán los que enhebrarán el nuevo proyecto, han sido decisivos. Ahora, Orta debe darle futbolistas para ese fútbol de buen pie, sean jóvenes, canteranos o fichados. Porque García Pimienta no llega con una varita mágica...

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