Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
Sevilla-Alavés | Informe técnico
Cuando un equipo es tan extremadamente débil atrás, haber igualado un 0-2 en el minuto 82 puede ser bueno... o no. El Alavés se iba a estirar otra vez, enrabietado por perder su ventaja, y podía asestar otro golpe en una falta o un córner. Y fue lo que pasó. Lucas Ocampos siempre detectó tarde las subidas de Gorosabel y en la última ocasión forzó un córner que silenció Nervión. Sergio Ramos se descuidó ante Samu Omorodion, Mariano ante Duarte y otra dolorosa derrota que termina de meter abajo a los sevillistas.
La película de los equipos que rinden visita a este disparatado Sevilla se repite una y otra vez. Salen con ciertos respetos, más al escudo y la historia, pero en cuanto se estiran una vez hacia Dmitrovic detectan las grietas y no perdonan. Y no dejan de presionar para seguir buscando fallos defensivos. Aun ganando ya. Le pasó al Getafe, al Athletic y también al Alavés, por exponer los últimos ejemplos.
Marcao se cebó en una lucha de gladiadores con Kike García y por ahí empezaron los problemas. Luego, el balón parado: increíble la facilidad con la que Guridi se desmarcó al primer palo para desviar al corazón del área pequeña el córner botado desde la izquierda.
En la falta lateral al filo del descanso, otro error en el marcaje, de Soumaré ante Kike García, estuvo a punto de suponer el 0-3.
En la segunda parte, el Alavés dio el paso atrás porque no podía apretar arriba todo el partido, ganaba 0-2 y tiene la Copa en Bilbao, pero tuvo una última bala regalada por el Sevilla y no la desaprovechó.
De nada sirve esa briosa salida, con las líneas adelantadas para ahormar el partido, hacerle ver al Alavés que no iba a ser su noche y que la insistencia fuera desgranando ocasiones con la movilidad de Ocampos y del debutante Isaac, que en la primera jugada ya demostró su sentido para ponerse de remate en el centro de Kike Salas desde la izquierda. Quique prescindió de Pedrosa y quiso potenciar el toque por dentro (Óliver, Rakitic, Suso más Soumaré) para cambiar ya el registro sevillista, tan insistente en el centro desde las bandas hasta ahora. Pero los palos atrás dejaron seco el juego de ataque.
Por las bravas, Mariano y Rafa Mir dieron al menos presencia rematadora (otra historia es la calidad rematadora), con Suso y Juanlu por la derecha y Ocampos y Pedrosa por la izquierda. Sow mejoró algo, tampoco mucho, la fluidez del juego por los pasillos interiores y en la insistencia pasan cosas: un rebote que favorece a Mir para empujarla con el pecho, una acción de pícaro de Mariano que alarga la pierna para que Benavídez le haga penalti.
Acciones, en definitiva, de equipo voluntarioso y desnortado al que los pequeños detalles siempre acaban sentenciándolo.
No dobló las rodillas antes de tiempo y casi lo aprovecha.
Es imposible aprovecharlo cuando la ligereza de sus centrocampistas y de su defensa del balón parado entran en escena. Eso siempre sale a flote en un partido.
Temas relacionados
También te puede interesar
Real Madrid - Sevilla | Nombres propios
Del "no valen los crujíos" de Álvaro Fernández a un Agoumé que no está casi nunca en el sitio del medio defensivoSueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
Lo último
No hay comentarios