Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
Linares - Sevilla | La crónica
El Sevilla sigue quemando etapas en esta pretemporada veraniega a las órdenes de Jorge Sampaoli en pleno mes de enero. Los sevillistas metieron su bola con comodidad en los octavos de final de la Copa del Rey tras pasearse contra el Linares Deportivo en una cita que decantó en la primera mitad con dos goles del marroquí En-Nesyri. Desde ahí los nervionenses ya se quitaron los nervios y fueron tremendamente superiores a un rival que le puso menos oposición que otros de inferior categoría.
Buen trabajo del Sevilla en Linares para ir ajustándose al molde que desea Sampaoli para los suyos. Dentro de las limitaciones físicas por las diferentes ausencias, los sevillistas aprovecharon dos zarpazos de En-Nesyri para dejar resuelta esta eliminatoria copera en apenas tres minutos. Un cabezazo del marroquí y después la resolución rápida tras un pase de Lamela y todo se convertía en un entrenamiento con público en una fase de este verano en pleno invierno en el que los equipos necesitan bolos así para ir recuperando el ritmo.
No fueron malas noticias para los sevillistas en el plano general. Pese a esa tempranera expulsión de Sampaoli por una tontería con Mateu Lahoz, con quién si no, los nervionenses tuvieron un cruce plácido, un partido demasiado frío incluso. La presión desde la grada, pese a la gran entrada en Linarejos, pareció nula e incluso dio la sensación de que eso era un inconveniente en una fase del primer periodo.
Porque después de un arranque prometedor por parte de un Sevilla que no había dejado apenas margen a las especulaciones y que había puesto sobre el campo a once futbolistas de la primera plantilla, todo se había enfriado en exceso tras la expulsión de Sampaoli. Aparentó que Mateu Lahoz le había cortado el gas a los visitantes y que éstos se preguntaban sobre el mismo césped por la razón para tan drástica decisión.
Sampaoli le dio toda la importancia al partido desde la misma alineación, con un once de la primera plantilla
No es que el Sevilla sufriera en exceso, apenas un disparo de Álex Sancri que se fue fuera con Dmitrovic cubriendo la portería perfectamente, pero sí dio la sensación de que había acabado el control del juego que ejercían los forasteros en el primer cuarto de hora. Era un Sevilla en el que Joan Jordán ejercía de medio centro defensivo para que Fernando tuviera un día de descanso y que Gudelj repitiera como central a la vista de que no hay más en la plantilla. Sí retornaban Nianzou, Montiel y Rakitic después de su sanción en la Liga. Y el dibujo se asemejaba mucho a un 1-4-1-4-1 con el catalán por delante de la zaga y En-Nesyri encabezando una línea compuesta por Suso, Óliver Torres, Rakitic y Lamela.
El Sevilla, además, contaba con la ventaja del perfecto estado del césped, ideal para tocar mucho la pelota. Dmitrovic era el líbero en la defensa y por ahí sí pudo llegar algún momento de inquietud por una posible pérdida, pero la realidad es que los forasteros salían finalmente con la pelota jugada, aunque sin avanzar excesivos metros con ella, cierto es. Sí apuntó desde el arranque el prometedor triángulo que formaban Acuña, con sus incorporaciones, Lamela y Rakitic por la izquierda.
Precisamente ésa fue la vía para que se abriera finalmente el marcador. El lateral argentino, que parece un futbolista diferente al que se fue al Mundial, progresó por su costado, recibió la pelota en una zona más avanzada y puso el balón en los dominios de En-Nesyri. El marroquí había batido el récord en Qatar de salto en un partido mundialista y no hay razón para que no lo repita más veces como sevillista. El delantero centro se elevó muy por encima de Juskevicius y de los dos centrales para rematar con absoluta comodidad el cero a uno.
El arranque de los blancos ya fue prometedor, pero tras la expulsión del técnico llegó una fase de dudas
El primer golpe ya estaba dado y lo mejor en estos casos es no dejar pasar ni un segundo para asestar el definitivo. Así fue. Tres minutos después, Lamela le robó el balón en una disputa a Lolo González con el canterano bético quejándose por la acción, Mateu, con buen criterio, dejó seguir y la pelota le volvió a llegar a En-Nesyri. Esta vez le vino por abajo y le pegó a la primera, sin pensárselo. Cero a dos para el Sevilla y todo comenzaba a tener buen cariz en Linarejos.
La segunda mitad no desmintió a quienes así pensaban. Lo único que había variado Sampaoli era la ubicación de los dos interiores, ya que Suso y Lamela intercambiaban sus bandas, pero el paseo fue absoluto desde el mismo momento en el que Squadrone remataba contra su portería un centro del propio Suso.
Con los dos goles seguidos de En-Nesyri todo se finiquitó y en la segunda mitad fue un entrenamiento más
El cero a tres ya era definitivo y dio paso a una exhibición ofensiva de los sevillistas que, además, servía para que En-Nesyri adquiriera mucha más confianza al completar su trío de goles en una buena jugada de Jesús Navas por la banda derecha que remató el marroquí en el área pequeña a puerta vacía. Tres goles y eso no es una mala noticia para nada en un equipo tan necesitado de esos 20 tantos que le pedía Sampaoli a Monchi en las vísperas.
Todo discurrió también con normalidad, sin lesiones en el bando sevillista en este periodo propio del verano que se está viviendo cuando el otoño se encamina ya desbocado hacia el invierno. Salvo la expulsión, las noticias, pues, no pudieron ser mejores para Sampaoli y todos los suyos. Cero a cinco en Linares, clasificación confirmada y ahora queda corroborarlo todo frente al Getafe en la Liga, que es donde de verdad tiene trascendencia en los tiempos que corren para los sevillistas.
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