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Todos hurgan en la salida de balón

El partido del Sevilla | Análisis

El Sevilla ganó por tener la virtud de adaptarse a las circunstancias, pero se le presenta un serio problema cuando el rival presiona con dos puntas

Emery emuló con su planteamiento a otros rivales que le crearon problemas al equipo de Lopetegui (Eibar, Celta, Getafe...)

Informe táctico / Departamento Infografía
Jesús Alba

30 de diciembre 2020 - 07:12

El Sevilla ganó un partido con algunas de las virtudes que debe tener un gran equipo. Se adaptó a las circunstancias, fue pragmático, aprovechó sus ocasiones y sufrió cuando tuvo que hacerlo, pero no dominó nunca, o casi nunca, el juego. Ganó con dos goles totalmente válidos, uno de ellos con esa nueva concepción de los balones en el área, pero no desde un sometimiento a un rival, en este caso el Villarreal, que lo incomodó, que lo mantuvo casi siempre muy lejos de su portería, que tuvo mayor posesión –56,5% ante 43,5% y 701 pases frente a 589– y que no encontró el premio que sí tuvieron los de Lopetegui.

Y para empezar, parte de los problemas de este Sevilla vienen de una deficiente salida de balón, algo que ya han detectado los rivales, que mimetizan en muchos casos su planteamiento. Koundé y Diego Carlos son dos grandísimos defensas, pero no tienen precisamente la salida más aseada de la Liga y el Sevilla, sin Banega, está sufriendo ese problema en muchos partidos.

Emery, astuto y uno de los técnicos que más trabajan el análisis del rival, se presentó en Nervión modificando su esquema habitual y presionando con dos puntas, algo que ya los centrales sevillistas han sufrido ante rivales que les han creado muchos apuros en la salida de balón (Eibar, Celta, Getafe...). Además, el de Fuenterrabía metía a un hombre pegado a Fernando, quien, al recibir de espaldas, no podía progresar y acababa encerrando al Sevilla en su campo con una defensa adelantada que daba un paso adelante en cada movimiento hacia atrás de los locales y que lo ahogaba en cada intento.

Que sí, que el penalti que señaló el VAR casi le daba validez a ese rol que el Sevilla no buscaba, aparte de que sabía el que el Villarreal, por su estilo, podía adoptar.

Defensa

Los de Lopetegui, mientras nada pasara, podían llegar a sentirse a gusto en ese papel de dominado. El problema fue cuando, como en la segunda mitad, el Villarreal merodeó demasiado el área. La suerte para el Sevilla fueron esos dos goles en cada minuto ocho de cada periodo que aplacaron a un lobo peligroso. Y que Bono apareció para evitar un final que no se sabe si hubiera acabado con suspense.

El costado de Jesús Navas fue acosado con fruición por Emery, sabedor de que, a pesar de todo, el palaciego tiene muchas más deficiencias defensivas que Acuña. Ahí juntó a Yéremi con Pedraza y por ahí llegaron las tres mejores ocasiones de los castellonenses en la segunda mitad, apareciendo en todas un Bono salvador.

Ataque

Los problemas tienen su génesis en esa imperfecta salida de balón que los rivales atacan. Si con un solo delantero Koundé y Diego Carlos se las apañan, con un rival que presione con dos ya es otra cosa. Lo demostró el Villarreal y ya lo habían puesto en evidencia Eibar o Celta en Nervión. Los armeros se llevaron los 3 puntos y ante los gallegos hubo que reaccionar al final (4-2) tras la remontada visitante tras el 1-0. Ello impidió llegar arriba y permitió utilizar otras armas, como el contraataque.

Virtudes

Saber adaptarse, que no es fácil.

Talón de Aquiles

Urge una revisión en la creación.

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