El futuro es hoy

Del dicho al hecho hay mucho trecho, dice el refrán. Pero Julen Lopetegui pondrá todos los medios que tiene en su mano para que no exista esa distancia entre lo que dijo en la previa y lo que suceda esta noche, con una excesiva nocturnidad para el frío desangelo de Valladolid. Quiso el entrenador del Sevilla poner el foco exclusivamente en el partido de la decimocuarta jornada, el kilómetro 14 del maratón de la Liga, en el símil que construyó para ilustrar sobre la importancia de cada paso, de cada jalón del camino a recorrer. No quiere mirar más allá. A Lopetegui intentaron sonsacarlo de diferentes formas: el futuro en la Liga, las opciones de pelear por ella a medio plazo, los movimientos de la selección... Su respuesta siempre fue el hoy, el mañana del ayer en el discurso del técnico. Es la hora de aseverarlo con hechos.

El futuro es hoy, vino a decir Lopetegui. Y para ello colmó de elogios a un Valladolid que un rival que no termina de dársele bien al Sevilla cuando juega al calor de sus circunstancias. Un equipo que suele aunar lo técnico con lo físico en bien calibradas medidas y a eso se une que en el José Zorrilla ha vivido el Sevilla pintorescas aventuras, derrotas rocambolescas, empates inauditos, y también victorias inesperadas. Fue el escenario de dos expulsiones en dos años seguidos de Luis Fabiano. El primero, al alimón de Fazio, la influencia en el resultado fue mediana: terminó 0-0 un partido que se jugó sobre un césped helado. El segundo condicionó completamente el partido, un partido que tenía bien amarrado el Sevilla de Jiménez mandando en el marcador por 0-2 para terminar perdiendo por 3-2. Aquello fue en noviembre de 2008. Y Luis Fabiano pasó de ser el héroe al villano al tiempo que se dejaba caer en el área cuando tenía en su mano la puntilla.

En ese campo ganó el Sevilla el año pasado con goles de Roque Mesa y Munir en el tramo final de un partido algo insulso. En Valladolid le suelen pasar cosas extrañas al Sevilla, sólo memorables por lo pintoresco de las mismas, en una muestra de que es uno de esos campos de la Liga a los que hay que acudir con la guardia bien alta para no sufrir ninguna sorpresa. Y a eso se apresta este Sevilla de Lopetegui que tiene el prurito de, una vez asido el cuarto puesto con el triunfo en el derbi, no bajarse de la azotea de la Liga, tan apretada.

Quizá sea lo más difícil, mantenerse arriba una vez que se llega. Pero el Sevilla está llamado, por inversión y por necesidad de amortizar esa inversión, por coherencia del proyecto, por cohesión del equipo, por esa filosofía ambiciosa que proclama su entrenador, a asentarse en la zona noble. Sergio lo dijo en una una frase muy ilustrativa: "Tiene hechuras de equipo grande". Pero con hechuras no se gana en ningún campo de Primera División y menos en este inhóspito José Zorrilla en el que el frío será un factor a favor de los locales, taimados guardianes de su predio castellano.

Para llevar al césped el discurso de la ambición, Lopetegui cuenta con su equipo de gala. Ocampos se sube de nuevo al carro tras su leve lesión con Argentina, y debe ser uno de los hombres que formen el equipo titular. El técnico sevillista tiene la ventaja de que hizo los deberes en la Europa League y la visita a Nervión del Qarabag es un mero trámite para darles cancha a los menos habituales, pues ya está clasificado como primero. Es decir, que puede salir con lo mejor que tenga y soltar todo el trapo para que la nave sevillista arrolle al taimado Valladolid de Sergio, un equipo que en su feudo muestra su cariz más invulnerable.

Sergio, tras su elogio al Sevilla, ni siquiera escondió la idea de partido que tiene para seguir estando invicto en el José Zorrilla. Sabe cuál es el flanco débil de su rival. Los flancos débiles, cabría decir. "Hemos de aprovecharnos de las subidas de sus laterales", dijo el técnico catalán, noble en su declaración de intenciones, sabedor que desde los laterales ha encajado el Sevilla casi todos los goles. Sirva de aviso.

Hay pocas dudas en un once ya reconocible de memoria. ¿De Jong o Chicharito en punta? Óliver Torres o Nolito en la izquierda? La respuesta sólo la tiene Lopetegui, el primero que sabe que el futuro es hoy, solamente hoy.