Un cruce tan bonito como espinoso

Es improbable que algún cruce europeo tenga tanta literatura, tantos cabos sueltos y por atar, tantas causas pendientes como el Sevilla-Roma que deparó el sorteo celebrado ayer en Nyon. De momento, representará el regreso al Estadio Olímpico de Monchi, quien no tuvo una salida muy limpia del club giallorosso, por lo que dijo un decepcionado James Pallotta, el italoamericano y millonario presidente del club que fichó al isleño. También supondrá el regreso a Nervión de dos viejos conocidos, que dejaron amigos y también algún que otro desencuentro, especialmente con ciertos sectores de la grada: Perotti y Fazio. Y, sobre todo, el reencuentro que dejó una herida más palpable será el de Pau López con el Sevilla, después de que el meta fuera protagonista del derbi en Heliópolis de la temporada pasada, por su derribo a Roque Mesa y la expulsión de éste.

Por encima de esos reencuentros, algunos con más acidez que otros, el Sevilla-Roma, con la ida en el Ramón Sánchez-Pizjuán y la vuelta en el Olímpico romano, entre el 12 y el 19 de marzo, procura un duelo inédito en competiciones europeas entre dos históricos de Europa, entre dos clubes representativos de dos ciudades monumentales y apasionadas como pocas, aunque en lo monumental ninguna gane en el mundo a Roma, la Città Eterna.

"Se da la circunstancia de que Monchi ha estado allí dos años. Creo que va a ser una eliminatoria muy equilibrada, muy igualada, con dos equipos con la ambición de pasar", dijo Julen Lopetegui en SFC Radio. "Son un buen equipo y nosotros también lo somos, con lo cual estoy convencido de que tendremos nuestras opciones y trabajaremos para conseguir el objetivo, pasar a cuartos", añadió.

El conocimiento mutuo será una de las claves de esta eliminatoria con tanta carga histórica y sentimental. "Yo también conozco a Paulo Fonseca de la liga portuguesa, nos conocemos bien", quiso recordar el técnico del Sevilla, que compitió con su homólogo en la Roma en la liga lusa, entonces entrenador del Paços Ferreira y el Braga, con el que ganó la Copa precisamente al Oporto, que ya había destituido a Lopetegui.

"Lo afrontaremos con la máxima ambición e ilusión y sabiendo que tendremos sin duda nuestras opciones también", concluyó Lopetegui, al que no importó que la vuelta sea en Roma.

En este sentido, ambos equipos conocen el escenario del rival. En agosto de 2015 hubo un amistoso Roma-Sevilla (6-4) y en agosto de 2017 ya visitó el Ramón Sánchez-Pizjuán el equipo giallorosso, aunque del once titular de aquel día apenas quedan Perotti y Dzeko. Fue en el IX Trofeo Puerta, tras la marcha unos meses antes de Monchi al club romano. Ganó el Sevilla de Berizzo por 2-1.

"Es un emparejamiento difícil ante un club enorme, con un potencial económico y deportivo grande. Como es lógico, nuestro club se ha ganado un respeto y un prestigio como para pensar que podemos seguir adelante. Será complicadísimo porque en octavos sólo quedan equipos muy buenos y seguro que a ellos tampoco les habrá gustado que les tocara el pentacampeón", dijo José Castro sobre un cruce que tendrá en el foco a Monchi, director deportivo de la Roma entre 2017 y 2019, año en que dimitió ante las desavenencias con Pallotta, que sustituyó al entrenador Eusebio di Francesco por Claudio Ranieri sin consultar a su máximo responsable técnico.

Tanto coleó aquello que Manolo Zubiria, jefe de deporte global de la Roma, lo refirió en su análisis del cruce. "Veníamos listos para enfrentarnos a cualquiera –dijo desde Nyon–. Es bonito encontrarnos con el Sevilla, viene haciéndolo bien. Sigue siendo un duelo entre Roma y Sevilla, pero Monchi será bienvenido en Roma", dijo el gestor algecireño del isleño.

La Roma actual es distinta a la de Monchi. Quedan Perotti, con molestias abdominales; Fazio, fichado bajo su mandato como Juan Jesús, Justin Kluivert o Zeniolo, lesionado con el cruzado...; Dzeko, figura y referencia... Será un duelo equilibrado. Y con sus aristas.