La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Sevilla FC
Julen Lopetegui siempre ha primado el objetivo a corto plazo sobre la imagen de su equipo y los horizontes lejanos. En este sentido, en el Wanda Metropolitano sacó adelante, y con notas positivas pese al disgusto que pudiera ocasionar en el aficionado tener que recurrir a la prórroga ante un equipo de categoría inferior, la cita ante el correoso Leganés. Cierto es que también tuvo que recurrir a sus figuras para ganar el pleito frente al ordenado conjunto de Pep Martí. Pero su objetivo era el pase copero dando descanso a su base titular y eso lo logró. El desgaste que siempre produce jugar una prórroga fue más de imagen que de esfuerzo físico en ocho de los titulares, que habían repetido en el once en los partidos previos de Liga ante Villarreal y Atlético.
Ante el Leganés, no obstante esa nota positiva, se puso en evidencia que sigue habiendo diferencia entre la base titular y el fondo de la plantilla. Al Sevilla le costó un mundo llegar a portería en la primera mitad: el fútbol control pasa su factura en forma de escasez de llegada. Pero cuando tras el descanso Lopetegui dio órdenes de soltar la rienda, incluso antes de que empezara el carrusel de cambios, su equipo le dio una vuelta de tuerca a un rival que lo esperó con un repliegue muy bien coordinado. Y ahí hay que destacar un pequeño avance en varios futbolistas que no son parte del equipo base.
En este capítulo de reivindicaciones cabe destacar que Óliver Torres asumió los galones y fue el futbolista que más buscó los resquicios rompiendo líneas y arriesgando el balón con verticalidad. Tras su decepcionante partido en el derbi, el extremeño alzó la voz. Ante un equipo de Segunda División, sí, pero que tiene a muchos futbolistas que hace un año estaban en Primera, tienen el oficio bien aprendido y lo aplicaron según el manual del orden táctico de Martí. También fueron positivas las vigilancias defensivas para evitar los contragolpes del rival y ahí también cumplió, junto a Diego Carlos, Sergi Gómez, con el brazalete de capitán, como jugador más veterano de la plantilla que había en el campo. Tal fue la rotación radical que realizó Lopetegui.
Por ampliar el capítulo de reivindicaciones individuales, Idrissi, sin terminar de romper como se esperaba de él, no dejó de intentar tumbar el rígido entramado defensivo rival y buscó lograrlo con conducciones o combinaciones en apoyos interiores. Estuvo en las mejores ocasiones del Sevilla en ese arrebato de la segunda mitad: el disparo que sacó Asier Riesgo con una gran parada (56’) y el cabezazo blando de Aleix Vidal ante el meta del Leganés (63’) a pase de Joan Jordán.
Y también en un aspecto individual, hay que destacar que Ocampos salió al rescate y de paso logró su primer gol en jugada esta temporada. El máximo goleador de la campaña anterior, con 17 tantos, había marcado hasta ahora cuatro de penalti: a Bayern Múnich, Osasuna -en segunda instancia-, Valladolid y Villarreal. Pero le faltaba quitarse esa ansiedad por marcar en juego dinámico. Ya lo logró.
En un análisis más genérico y colectivo, al Sevilla de Lopetegui le sigue faltando zamarrear los partidos, buscar romper más por dentro y no recurrir tanto al juego por las alas. Pero ahí el juego de Óliver Torres en el compromiso copero sí dejó atisbos de un crecimiento competitivo sobre el que seguir avanzando. El equipo del guipuzcoano se adaptó compitiendo al contexto de una rotación que dejó a los laterales titulares de descanso. Acuña salió en el minuto 70 por Rekik y se notó y Aleix Vidal tuvo participación ofensiva sin terminar de romper como sí volvió a hacer Koundé en ese puesto de lateral en el que cada vez que juega hace daño al rival con su desparpajo y su fuerza.
Sobre el desgaste de imagen de tener que recurrir a la prórroga para derrotar a un rival de Segunda cabe recordar que ya han caído ocho equipos de Primera ante rivales inferiores, justo la mitad de los que han entrado en liza, ya que Real Madrid, Barcelona, Real Sociedad y Athletic Club aún no lo han hecho al estar inmersos en la Supercopa. En dieciseisavos Eibar, Alavés, Cádiz y Elche se unieron a Getafe, Celta, Atlético de Madrid y Huesca, que fueron eliminados en la ronda anterior. "Las diferencias son mínimas", dijo Lopetegui.
Es cierto. Como también lo es que superó a un buen equipo con ocho futbolistas que no forman parte de su once base. Ahí, en esa rotación radical ante el Leganés, sí arriesgó el guipuzcoano y se salió con la suya. Apostó y ganó. En el modelo de juego, tan definido, no arriesgará por norma, pero también creció.
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