Ya no hay quite posible
Sevilla-Leganes | La previa
El Sevilla se queda sin margen alguno de error en su lucha por el objetivo de jugar la Liga de Campeones la próxima temporada
Gonalons alivia el eje y Caparrós pasa de Andre Silva y sí cita a Nolito
Si el Sevilla se clasifica finalmente para la Liga de Campeones será más por el vértigo que el cuarto puesto está produciendo en los postulantes que por méritos propios, aunque estos también tendrán algo que ver, obviamente. En Montilivi el equipo de Joaquín Caparrós avergonzó a sus aficionados por varios factores: por la astenia primaveral que, de pronto, pareció invadir a un grupo de futbolistas que se está jugando tanto; por el planteamiento receloso del entrenador; y por la reacción de mal perdedor de Banega, que tiene su consecuencia en una sanción que castiga a todo el equipo. Pero los demás fallaron y así está el Sevilla, ante otra oportunidad pero ya sin quite del perdón posible.
Si el Sevilla falla hoy se puede ir despidiendo de la Champions. No matemáticamente, pero sí virtualmente. Claro que es difícil pensar que un equipo que no sólo está ganando sino que golea al calor de los suyos vaya a tropezar en la cita más cómoda que tenía en el tramo final de temporada, ante un Leganés que ya tiene los deberes hechos hasta el punto de que su entrenador, antes que hablar del partido en sí, realizó en la previa un análisis de la temporada realizada por sus hombres. Como recordó Caparrós también, el Lega, como lo llamó cariñosamente, se ha currado llegar a las tres últimas jornadas con la holgura que da poder mirar hacia abajo desde una atalaya bien protegida. Y se lo ha currado siendo el equipo de Primera División que más kilómetros acumula en sus piernas. A base se correr.
Matemáticamente no ha logrado la salvación, pero la sensación que impera en Leganés es que sería tan difícil una carambola múltiple que nadie piensa en tal descalabro. El equipo que más corre tiene derecho a un resuello final, como el que llega con holgura antes que nadie para romper con el pecho la cinta de meta. No es el caso del Sevilla, que por otro lado estará clasificado matemáticamente una temporada más para Europa si empata.
Un punto le basta para disputar la segunda competición continental y meter su nombre en los bombos europeos por decimoquinta vez en los últimos 16 años, que se dice muy pronto, tal y como quiso destacar Caparrós. Pero por esa misma pujanza continental el Sevilla quiere más y más es la Champions.
El ciclo que inició el propio Caparrós con la primera clasificación europea de este siglo en la temporada 03-04 ha sido de crecimiento mantenido. Durante estas 16 temporadas, si logra de nuevo lo que tiene más a mano, jugar la Europa League, sólo falló dos veces, entre 2011 y 2013, aunque en la 12-13 el fair play financiero le permitió jugar la segunda competición y terminar ganándola. Pero de tanto pasear su nombre por Europa el Sevilla ya quiere instalarse en la élite de la Champions y eso pasa por ganar hoy al Leganés, sin mirar al Getafe ni al Valencia, y seguir luchando en las dos últimas jornadas.
Para ello Caparrós cuenta con el regreso de Gonalons como un alivio tras lo de Banega. El francés puede que no tenga ritmo suficiente tras haberse perdido los cuatro últimos partidos por un problema en el aductor. Pero tal es la confianza en él que Caparrós, dejando fuera a Amadou, lo ha incluido en una lista de 18 hombres. Tampoco hay mucho margen más para configurar el eje.
Es llamativo que Andre Silva, en cambio, no fuera citado pese a que lleva una semana con el grupo. El utrerano dio sus explicaciones y depositó su esperanza en Munir y Franco Vázquez, así como en que Ben Yedder retome el rumbo del gol, algo que no hace, en juego dinámico, desde que no juega arriba con el portugués. Cuestión de rachas, dijo Caparrós. Sea como fuere, el Sevilla no tiene otra que refrenar la honrilla del corretón Leganés con fútbol. La Champions espera aún un competidor más.
Último partido de Undiano Mallenco en Nervión
Undiano Mallenco pitará su último partido el Sánchez-Pizjuán. El navarro cuelga el pito después de 19 años arbitrando. En Liga ha pitado al Sevilla 33 veces (15 triunfos, 11 empates y 7 derrotas), desde un partido ante el Zaragoza (4-2) en enero de 2002. Entonces era un árbitro prometedor y valiente. Luego tendió a la polémica, como en la Copa de 2011 ante el Madrid con gol fantasma de Luis Fabiano.
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