La hora de Nervión

Sevilla FC

La afición está llamada a ser juez y parte en las dos citas en casa, asignatura pendiente del Sevilla, tras el catártico triunfo en Getafe

Fernando y Vaclík, dos pilares en duda ante la cita clave con el Cluj, previa a la de Osasuna

Fernando celebra con Koundé y Jesús Navas el 0-3 en Getafe poco antes de ser sustituido por Óliver Torres.
Fernando celebra con Koundé y Jesús Navas el 0-3 en Getafe poco antes de ser sustituido por Óliver Torres. / Joaquín Corchero

Llega una semana trascendente para el Sevilla y su afición. El equipo de Julen Lopetegui se reencuentra con el sevillismo después del catártico triunfo en Getafe, que zanjó aunque fuera momentaneamente las dudas que empezaba a generar el proyecto tras cinco partidos sin ganar ante rivales inferiores claramente. Antes del golpetazo en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz, el Sevilla no vencía desde que lo hiciera en casa ante el Granada el sábado 25 de enero. Más de mes después tiene la obligación de volver a ganar para meterse en el bombo de los octavos de final de la Europa League, tras el 1-1 que cosechó ante el Cluj en la fría Rumanía. Y luego llegará, el domingo a mediodía, el Osasuna, para seguir refrendando esa mejoría en la Liga, donde no caben más tropiezos en la dura disputa por estar en la Champions.

Este es el contexto de una semana especial, con dos partidos en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante un sevillismo más calmado tras la victoria del domingo al sur de Madrid, pero que sigue teniendo la mosca detrás de la oreja porque, en puridad, ha visto más veces ganar a su equipo lejos de Nervión que en Nervión. Y eso acaba pesando en las sensaciones de la afición, en la necesaria sinergia que debe haber entre equipo y grada.

Ante el Espanyol, antes del empate a dos, el sevillismo acudió también a mediodía, como hará este domingo frente a Osasuna, a verlas venir, con algunos sectores de la grada con al escopeta cargada, prestos al silbido y la protesta. Fue muy llamativo el poco entusiasmo con el que se cantó el Himno del Centenario en la parafernalia previa al encuentro y sólo el arreón en la segunda parte del equipo en busca de la remontada hasta la victoria, que finalmente se quedó en empate, invitó a la grada a volcarse de verdad en pos del objetivo común.

Ante el Cluj, tras el 1-1 del jueves pasado, no puede haber esas dudas y la solidez y la holgura del triunfo en el feudo del equipo de moda ha reforzado la confianza de Lopetegui, su cuerpo técnico y su vestuario, si bien éstos ya salieron satisfechos del patatal del estadio Doctor Constanti Radulescu. Pero el estado de ánimo no habría sido el mismo sin ese incontestable 0-3. Y eso también debe invitiar a la grada a darle un margen importante de confianza a los suyos.

Pero siguen existiendo dudas en varios aspectos. El primero es la irregular trayectoria del Sevilla en su feudo. Nervión no es el fortín de siempre y el Sevilla presenta en casa su asignatura pendiente, por la cantidad de puntos que dejado escapar. De hecho, ha ganado en casa menos partidos de Liga que fuera. Los aficionados sevillistas han visto cinco triunfos en Nervión, por cinco empates y dos derrotas, es decir, que siete veces han salido decepcionados, las mismas veces que han ganado a domicilio, por dos empates y cuatro derrotas.

Eso sí, en la Europa League el Sevilla cuenta hasta ahora sus tres comparecencias por triunfos, ante rivales de muy inferior categoría, eso sí. Esto refuerza también al equipo, así como la sensación de que el Cluj no es un potentado de Europa, ni mucho menos, por mucho que sea el campeón de Rumanía, liga que sigue dominando.

El otro aspecto que ofrece dudas es el de los dos futbolistas que pueden perderse la cita, dos pilares como el meta Vaclík y el mediocampista Fernando. Bono venía defendiendo la portería del Sevilla en Europa, salvo en el debut y en la ida ante el Cluj. Vaclík evoluciona positivamente y tiene buenas sensaciones en la articulación. Ayer ya hizo trabajo parcial en el campo. Pero sería un mal menor su baja.

Fernando, en cambio, se resintió de unas molestias que tienen el origen en la dura pelea de Getafe. Fue cambiado por Óliver Torres al final y en contraprestación de la posible baja del brasileño está la buena nueva de la incorporación del extremeño, con cuyo concurso el Sevilla dio buenas señales antes del declive iniciado en Miranda de Ebro. Del bache salió el Sevilla en Getafe con otro plan de juego, de menos raseo de balón y más fútbol sólido y directo. Para esto parece crucial Fernando, aunque el dinamismo de Óliver Torres también podría ayudar. Pero eso será lo de menos ante Cluj y Osasuna, dos citas para que vuelva la sinergia y se refrende la catarsis de Getafe.

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