Sevilla-Girona: En la onda de Mendilibar

El Sevilla quiere continuar subido en la onda de José Luis Mendilibar. El entrenador vizcaíno ha caído de pie en Nervión y ahí están los datos irrefutables, con cuatro triunfos, tres de ellos a domicilio y un empate, ante el Celta y con uno menos durante 75 minutos, además del espaldarazo anímico de la clasificación para las semifinales de la Europa League. Queda lejos aún el cruce con la Juventus, pero el técnico de Zaldívar sí tendrá muy en cuenta que el jueves hay otro partido, de nuevo en casa y ante el Espanyol, un factor determinante para repartir los esfuerzos, sin mirar el calibre de ambos contrincantes.

Para el aficionado medio sevillista, estos dos partidos en casa ante rivales en teoría de menor enjundia que el Valencia, el Villarreal, el Athletic o el mismísimo Manchester United pueden aparecer como el oasis ideal en el que reposar tanta tensión acumulada de una temporada que pasó de la angustia vital a la euforia ilusionada. Pero por ese aro no va a pasar Mendilibar, que ya advirtió del peligro sordo de la confianza mal entendida y que es el primero en recordar que en la Liga española cualquier contrincante encarna un peligro sordo, por mucha distancia que pueda haber en la historia o los presupuestos.

Dos equipos sin presión e igualados a 41 puntos

Llega además un Girona que, igualado a 41 puntos con el Sevilla, no tiene ya apenas presión clasificatoria. Los dos equipos se sienten aliviados de haberse alejado de la lucha por la permanencia y ahora aspiran a reivindicarse como inesperados competidores por la última plaza europea. Además, el equipo dirigido por Míchel Sánchez es el cuarto más goleador de la Liga, con 48 tantos, lo que ilustra perfectamente sobre el peligro inherente a su visita. Y, por si fuera poco, llega con dos días más de descanso a la cita, puesto que su gran campanada ante el Real Madrid (4-2), un triunfo que supuso que Taty Castellanos se convirtiera en el primer futbolista que le hace cuatro goles al gigante merengue desde 1947, ha colmado la moral del equipo gerundense. O sea, llega sin miedo, sin presión y sabiéndose capaz de todo...

Algo así siente el vestuario sevillista, henchido por el tercer triunfo consecutivo, el cosechado sobre la bocina en San Mamés, donde la presión en el minuto 90 sobre el área del Athletic, gracias a la fe de Ocampos, propició un alegrón que aumenta esa sensación de euforia que el sevillismo ha expresado en la recién concluida Feria de Abril. Pero Mendilibar sabe que los estados de euforia implican peligro y hay que saber equilibrarlos desde el sentido común: sirven para dar confianza, pero no para entregarse confiados a la inercia ganadora.

Máxime cuando llega un rival distendido, henchido de moral y con la única aspiración real de terminar entre los diez primeros para concluir como el mejor Girona de la historia en Primera División. Superar los 51 puntos de la temporada 17-18, cuando terminó décimo... a las órdenes de Pablo Machín, que ficharía por el Sevilla el verano de 2018 para una aventura que no terminó bien para ninguna de las partes, ni siquiera un Girona que bajó.

El sistema de rotaciones de Mendilibar

En cuanto a los equipos, a las alineaciones titulares que deben elegir Mendilibar y Míchel, en ambos casos está en el aire el lateral derecho. Jesús Navas es la principal duda en el Sevilla dado que se lastimó muscularmente en la segunda parte de San Mamés tras ganarle un balón al inquieto y joven Nico Williams. "En la camilla lo he dejado", dijo el de Zaldívar el sábado al ser preguntado por el capitán del equipo, que finalmente entró en la convocatoria. En el Girona, Arnau Martínez es baja por sanción después de once titularidades y deja un hueco en el flanco derecho de la retaguardia rojiblanca que podría cubrir Valery.

Mendilibar hizo 9 cambios en su once ante el Villarreal respecto al día del Manchester United. Luego hizo 7 cambios en la alineación ante el Athletic sobre el equipo que venció al cuadro amarillo. Y siguiendo esa dinámica hoy también podrían entrar seis o siete hombres frescos para igualar. Montiel por Jesús Navas, quizá Rekik y/o Alex Telles, Pape Guey, que fue suplente en San Mamés, Óliver Torres y Rafa Mir para refrescar el ataque... De momento, al vizcaíno le está saliendo perfecta su ecuación, sobre el mensaje directo, la implicación de todos sus futbolistas, el hambre en la presión y sin echar las campanas al vuelo. Es la onda de Mendilibar, el Sevilla y el sevillismo quieren seguir subidos a ella y eso pasa por tomarse muy en serio la visita del Girona.