Fernando y Acuña, baluartes de una defensa improvisada para el derbi
Sevilla FC
Lopetegui vuelve a verse condicionado por las bajas, como en el derbi de la Copa, con la zaga cogida por alfileres y tibia esperanza en que pueda estar Diego Carlos
Apelación desestima el recurso por Koundé, que no podrá jugar el derbi
De la compenetración de Tecatito a la fiabilidad extrema de Fernando
Hoy comparecerá a mediodía Julen Lopetegui, pero no es esperable que dé ninguna pista sobre cuáles son los efectivos reales con los que cuenta para el derbi de este domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Si la estrategia del club, defendida por Monchi y en última instancia por José Castro en el viaje a Zagreb, es la opacidad respecto a los partes de baja, los lesionados y las convocatorias, en un partido tan trascendente esta realidad se multiplicará exponencialmente.
Tiene su lógica. Máxime cuando ha habido un viaje inmediato bastante largo, con un vuelo de unas tres horas, y el Sevilla jugó un partido de competición oficial tres días antes que no llegan a tal. Porque la expedición sevillista aterrizó a las 2:20 del viernes, con lo que desde ese momento habrán transcurrido hasta la hora del partido menos de 62 horas. Y encima las bajas y las dudas se acumulan en una línea tan importante como es la defensa.
Si el fuerte del Betis es su capacidad para generar juego ofensivo, el del Sevilla tiene en la solidez su mayor baza. De hecho, sigue siendo el equipo menos goleado de la Liga, con apenas 17 tantos en contra en 25 partidos, y uno de los menos goleados de toda Europa. El equipo tiene una acusada cultura defensiva en líneas generales, pero Lopetegui tendrá que improvisar una zaga si, como parece, no están ninguno de los tres centrales específicos de la plantilla.
Rekik está completamente descartado por lesión, desde que se lastimara en la ida del cruce con el Dinamo de Zagreb; Koundé debe cumplir un partido de sanción por su roja en Cornellá, una vez ayer el Comité de Apelación desestimó el recurso del club y sería raro un recurso al TAD en busca de la suspensión cautelar; y Diego Carlos sufrió un pinchazo justo antes del descanso en Zagreb. En tres partidos seguidos, a Lopetegui se le han ido cayendo, uno a uno, sus tres centrales...
Diego Carlos abandonó el césped del estadio Maksimir entre gestos de dolor. Ya no volvió al campo tras el descanso y fue sustituido por Delaney, para que Fernando retrasara su posición y se ubicara en el eje de la zaga junto a Koundé, que pasó al puesto de central izquierdo. El brasileño regresó con la expedición y se lo veía cojear al abandonar el avión que trasladó al Sevilla desde la capital croata.
Las palabras de Koundé tras el partido también dejaron algo de esperanza en que sea sólo un pinchazo y existe cierta sensación de que Diego Carlos podría forzar... Pero no arriesgará si el músculo está dañado, porque se podría romper para un periodo largo.
Así pues, todo hace indicar que el técnico sevillista tendrá que hacer de tripas corazón y recomponer la defensa con lo que tiene, que no es mucho: Jesús Navas acaba de reaparecer y en Zagreb jugó su cuarto rato consecutivo. Y Montiel, tras dos semanas de baja, reapareció como titular y, según dijo Lopetegui, también terminó tocado, como Diego Carlos, con lo que es posible que haya sufrido una recaída. O puede que el técnico estuviese jugando al despiste, aunque lo cierto es que lo quitó en el intermedio para dar entrada a Jesús Navas, quizá para darle ya un periodo más largo para que juegue el derbi.
En la izquierda sí estará Acuña, quien forzó la quinta amarilla ante el Elche y ahora su entrenador se lo estará agradeciendo de forma encarecida: es el único titular completamente sano y disponible de toda la defensa.
Si no llega Diego Carlos, Gudelj tendrá que formar en el eje junto a Fernando y eso obligará a un retranqueo general de la medular. Quizá por eso Joan Jordán no jugó titular en Zagreb, donde sí disputó los últimos 25 minutos, y Delaney salió de urgencia por el brasileño tras el descanso. Afortunadamente, el Sevilla se libró de una prórroga con uno menos. Habría sido ya la guinda de este agrio pastel que se le presenta a Lopetegui ante el derbi más incierto en décadas.
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