Lopetegui empieza la casa por los cimientos

Más que los dos triunfos consecutivos, y a domicilio además, quizá lo más positivo del inicio liguero del Sevilla de Lopetegui y Monchi es que el equipo evidencia que ha ganado considerablemente en estructura defensiva, en solidez y en compromiso colectivo. No es cuestión de echar las campanas al vuelo porque sólo han sido dos victorias, muy trabajadas, más sufrida la de Granada que la de Cornellá, y la competición no ha hecho más que echar a rodar. El propio Lopetegui reconoció tras el encuentro que "queda mucho que mejorar". Y realizó una lectura crítica a esa fase del encuentro en Los Cármenes, ante el pujante Granada de Diego Martínez, en la que se vio asediado, perdió la salida y tuvo que defenderse contra las cuerdas hasta que encontró la vía del gol.

La sensación que dejan los triunfos ante Espanyol y Granada es que este Sevilla ha empezado a construirse como mandan los cánones de ingeniería y arquitectura, por los cimientos, no por el tejado. Es cierto que el Sevilla sufrió en algunas fases. Pero hasta esto lo supo hacer. Ni un remate entre los tres palos, ni una parada salvadora de Vaclik. Todo moría en las trincheras ante el meta y los disparos del Granada eran forzados. Seis veces remató el equipo de Diego Martínez: ninguna vez entre los tres palos, salvo quizá un disparo de Antonio Puertas que bloqueó agilísimo Fernando.

Vaclik casi fue un espectador incluso cuando más apretó desde la izquierda el Granada, con Jesús Navas sufriendo ante Machís y Quini. "Teníamos que haber tenido más control en la segunda mitad, pero apenas nos han creado ocasiones y volvimos a mantener la portería a cero. Todos los equipos tienen cosas que mejorar y nosotros no somos menos. Nos queda mucho trabajo por delante", dijo Lopetegui tras la cita.

Este nuevo Sevilla bien cimentado que ha levantado sus dos primeros triunfos desde la solidez y el compromiso colectivo se fundamenta tanto en el trabajo del entrenador como en las piezas que Monchi le ha puesto en sus manos. El papel de Diego Carlos, Fernando, Joan Jordán y también Gudelj en los dos ratos que ha jugado como suplente ha sido fundamental para ello.

En otros tiempos, con 0-1 en el marcador y el rival achuchando con intensidad, el cartelón de los 5 minutos de alargue en el minuto 90 habría sido como una sirena ante un bombardeo. No fue así. Este Sevilla, en sus dos primeras citas y con trabajo de preparación táctica, de adaptación de piezas, y con la planificación por rematar, sabe lo que trae entre manos. Tiene gente capacitada para remangarse y fajarse.

La cultura táctica defensiva y la capacidad de sacrificio de futbolistas que lo traían de fábrica, como los arriba mencionados, parece contagiosa y una prueba de que el Sevilla responde como un colectivo incluso por parte de futbolistas de marcado carácter ofensivo es que los que más robos de balón han realizado hasta ahora son Ocampos y Nolito.

El sanluqueño ha empezado el campeonato metidísimo en la idea del juego, tanto ofensivo como defensivo. En Granada incluso bloqueó disparos en el área y realizó algún despeje comprometido. Ítem más, junto con Joan Jordán y De Jong, es el futbolista del Sevilla que más faltas ha realizado hasta ahora: cinco. Los tres están en lo alto de un ránking que lideran Yan Eteki y Domingos, dos de sus rivales el viernes precisamente.

Lógicamente a este Sevilla le faltan cosas. Hay dudas sobre el puesto de 9, propiedad en exclusiva de un De Jong hecho, por fisonomía y cualidades, para un fútbol no tan vertical ni dinámico, sino más estático. También sobre quién será el relevo de Jesús Navas. La fase ofensiva aún presenta lagunas, pues ni Óliver Torres ni Banega, que debe activar las bujías del ritmo en la organización, cogieron con fuerza el mando del 10. Ocampos, solidario y disciplinado, debe romper más. Y hasta se hace extraño ver a Nolito en una banda con Rony Lopes en la grada.

El Sevilla es un edificio en construcción, pero la base parece bien cimentada, aunque sólo hayan sido dos partidos, los dos primeros y a domicilio.