Una disertación para soñar con los ojos bien abiertos
Sevilla FC
El Sevilla de Lopetegui, tras su partidazo en San Mamés, acaricia la meta de la Champions, aunque ese triunfo le da un colchón en el que no debe dormirse
El Sevilla sueña despierto, con los ojos bien abiertos, ante la posibilidad cierta de alcanzar el objetivo de estar la temporada próxima en la Liga de Campeones. El club necesitá el maná crematístico que ofrece la lujosa Champions, máxime tras un arriesgado proyecto en el que Monchi tuvo que realizar un gran esfuerzo, con el refrendo del club, para cambiar la plantilla que iba a poner en manos de Julen Lopetegui. Pero más que por lo económico, concretar ese logro sería la forma definitiva de premiar un curso en el que los dos máximos responsables de la parcela técnica se han ganado el respeto de su afición.
Sueña con los ojos abiertos el Sevilla después de una disertación futbolística magnífica, la que deparó el triunfo en San Mamés por primera vez en la Liga después de once años. Desde octubre de 2009 no ganaba el Sevilla en Bilbao, salvando las victorias en Europa League en 2016 y en la Copa del Rey del año pasado. Nueve derrotas consecutivas era una losa muy fea que logró levantar el Sevilla de Lopetegui, una tropa que respondió al mando del mariscal de campo que se despedirá con lo que depare la Europa League en agosto.
Banega dejó para la memoria del sevillismo una de sus noches más completas en los cinco años que ha vestido la elástica blanquirroja, que no llega a ser un lustro por su aventura efímera en Milán en la temporada 16-17.
Ganó el Sevilla para sumar una muesca más en varios de sus registros espectaculares en el primer año de Lopetegui: decimosegundo partido consecutivo sin perder y colocado como mejor segundo mejor visitante, tras el Real Madrid, con incluso más puntos, 32 en 18 partidos, fuera que en casa, donde suma 31 en 17 partidos.
El triunfo, por cómo se produjo, levantando un marcador en contra en un campo últimamente muy complicado para el Sevilla, refuerza al grupo en su aspiración de premiarse a sí mismo con el gran logro de la Champions. Seis puntos es la ventaja que le saca al quinto clasificado, el Villarreal, a falta de nueve por disputar. En el hogar de Fernando Roig y en el de Javi Calleja seguro que están archiconvencidos de que el Sevilla no va a fallar en la búsqueda de de ese tesoro por el que tanto ha peleado... pese a que el equipo amarillo cuenta con el goal average a favor y, en caso de enjugar en estos tres partidos que quedan la diferencia de seis puntos que existe al término de esta trigésima quinta jornada, se llevaría el premio este inesperado perseguidor, fortalecido durante el confinamiento.
Pero la confianza que otorga el triunfo en Bilbao, por la puesta en escena que tuvo, por ese espíritu de solidaridad rebelde para darle la vuelta al marcador y no bajar los brazos, por la calidad que exhibió el equipo bajo el mando de Banega, por cómo lo celebró a lo grande tras el pitido final, unida a la racha de invictos hacen más fuerte al grupo que adiestra Lopetegui en pos del anhelado premio final.
El Villarreal debe recibir a la Real Sociedad, visitar a un Real Madrid que acaricia el título y podría finiquitarlo si falla hoy el Barcelona con el Valladolid y cerrar en casa ante el Eibar. El Sevilla recibe al Mallorca, visita a la Real Sociedad y concluye ante el Valencia. Ambos tienen dos partidos en casa y uno fuera. Y ambos están siendo más fiables a domicilio...
Pero las cuentas que le valen al Sevilla son las de ganar al Mallorca este domingo. El colchón de seis puntos parece amplio como para no andar con ansias y descansar antes del próximo envite, con el derecho ganado a soñar despierto, pero con los ojos bien abiertos. El Mallorca se juega la vida. Y ésa es la única cuenta que hacen los jugadores que adiestra Lopetegui, que tiene ante el necesitadísimo equipo bermellón, espoleado por su último triunfo ante el Levante en pos de la salvación, la oportunidad de concretar otro registro histórico.
Si empata o gana aumentará a trece la racha de partidos invictos en la Liga, superando incluso la trayectoria que el Sevilla de Jiménez logró entre los cinco últimos partidos de la temporada 07-08 y los siete primeros de la 08-09.
Ésa debe ser la referencia. Ganar al Mallorca sí que sería un paso casi definitivo, puesto que, hiciera lo que hiciera el Villarreal ante la Real Sociedad, al Sevilla le bastaría un punto en las dos últimas jornadas para certificar matemáticamente ese ansiado, y justo, premio que sería jugar la Champions.
El mérito de Lopetegui es tremendo, porque en la actual plantilla no tiene un delantero centro goleador. Munir no es exactamente un 9, aunque en Bilbao demostró que es el atacante, junto con Ocampos, más en racha. Entre ambos llevan en Liga 18 goles, el doble que los que suman De Jong y En-Nesyri. Pero no es hora del debate del delantero, sino de amarrar el sufrido logro. Seguro que Lopetegui no deja que su Sevilla se empalague con lo de San Mamés...
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