Lopetegui, a mejorar la fase ofensiva

Es fácil poner el foco en Luuk de Jong después de un empate como el producido ante el Celta, que frustró las expectativas que había levantado el Sevilla de Monchi y Lopetegui. El delantero centro, con algún que otro remate heterodoxo, también contribuyó a centrar parte del debate. Asimismo es cierto que ante el calor que hacía el frío holandés merecía al menos un relevo después de su ímprobo, denodado y al cabo estéril esfuerzo. Ni De Jong tuvo relevo ni tampoco se puede decir que el acoso y derribo del Sevilla sobre el Celta en buena parte del partido se tradujera en una efectiva concatenación de centros, llegadas y pases al área. El Sevilla atropelló el fútbol en los metros finales. Lopetegui debe mirar con lupa durante el parón qué le está pasando a su equipo cuando se acerca al área.

Que el equipo de Lopetegui tiene un sello propio es indiscutible. En tres partidos, es un equipo reconocible, de autor, tanto por la configuración de la plantilla como por la forma de expresarse en el campo. El técnico guipuzcoano ha hecho ante la gran revolución de la plantilla lo lógico, lo que habría demandado cualquier analista: estructurar el edificio desde los cimientos, apuntalando la fase defensiva.

Vaclik es el portero de toda la Liga que menos ha intervenido hasta ahora. Figura en la clasificación de paradas, en las estadísticas oficiales de LaLiga, el último, vigésimo segundo, con dos paradas en dos partidos. El Celta el otro día apenas le remató, pero logró que el único disparo a puerta fuera para dentro. No se puede decir lo mismo del Sevilla.

Rubén Blanco, el meta del Celta, figura en las antípodas de esa clasificación, es el primero con 13 paradas. Y Rui Silva, guardameta del Granada, es el tercero, con 11 intervenciones. Diego López, el otro portero al que ha puesto a prueba el Sevilla hasta ahora, es el séptimo, con 8 paradas. Al conjunto de Lopetegui le falta afinar los ajustes, calibrar mejor la mirilla, cuando pisa el área del rival.

Ante el Celta, sobre todo en la intensísima salida en tromba del Sevilla, con momentos de 85% de posesión del balón, el equipo de Lopetegui lo intentó por todos los medios. Pero entre la precipitación, la mala selección de centros, el error en el último pase atrás o interior al área y los fallidos remates de los atacantes, De Jong, Nolito y Munir, no abrió el marcador.

Las cifras fueron demoledoras: 19 remates del Sevilla por sólo dos del Celta; 12 pases o asistencias por dos del rival; nueve córneres a favor y uno en contra, cero intervenciones del meta Vaclik por cuatro de su homólogo Rubén Blanco... Sólo cinco remates a portería frente a uno.

Con un porcentaje final de posesión del 63% frente al 37% el rédito extraído por el Sevilla a su despliegue ofensivo fue muy rácano, paupérrimo para tanto esfuerzo continuado. Con todo, en el ránking global es el tercer equipo que más ha rematado a puerta en las tres primeras jornadas, según LaLiga, con 15 disparos a portería por los 18 del Villarreal y los 20 del Real Madrid.

Que Rony Lopes, el fichaje más caro, y Chicharito, el que remata la planificación, hayan llegado los últimos también ha contribuido a esa falta de alternativas y eficacia. Queda la incógnita sin resolver del porqué Dabbur se quedó en la grada en un partido en casa. De Jong se mató a bregar, saltar, presionar... Hasta que se fundió literalmente. Tuvo un par de remates fallidos. Tampoco sus compañeros le dieron muchas más opciones, o él no entendió sus pases al área. Lopetegui debe afinar ahí en el parón. Aun sin diez internacionales, entre ellos precisamente cuatro atacantes, Chicharito, Dabbur y De Jong, y dos futbolistas cuyo papel en la fase ofensiva debe ser clave por el rol de los laterales en el esquema de Lopetegui: Jesús Navas y Pozo.