Sevilla-Rayo Vallecano | La crónica
El Sevilla sale esta vez victorioso del purgatorio (1-0)
Entrevista a Monchi
Cada entrevista es como un cuento, una historia. No es una simple enumeración de preguntas y respuestas, sino que tiene una esencia, lo que podríamos llamar alma, que de alguna manera se acopla al estado de ánimo del entrevistado.
En el supuesto en el que nos encontramos, el protagonista siempre prefirió las reflexiones interiores a los titulares, a las respuestas directas. Monchi (Ramón en su casa) es una persona con una gran repercusión hacia el exterior que escucha y se mueve mucho por lo que ve y percibe en su interior. Exigente con los suyos y consigo mismo, su filosofía le va como anillo al dedo a este Sevilla que ha crecido y sigue creciendo bajo los hilos que agarran sus dedos. Se acaba de llevar otra alegría y, tras asistir al baño de los de Lopetegui a la Roma, sueña, como todos, con más...
–La sensación del equipo fue muy positiva. Creo que ha sabido convertir la situación de la semana pasada, una situación dura y difícil, en energía positiva y luego yo creo que ha interpretado perfectamente el plan que el míster tenía en mente. El planteamiento del partido fue muy bueno, con un conocimiento del rival magnífico y sabiendo las virtudes que tenemos para llevar a cabo una ejecución perfecta en los aspectos que él quería. A partir de ahí tenemos que aparcar ya esa victoria y pensar en el siguiente partido, pues esto sólo nos da la posibilidad de jugar un partido más.
–¿Llegó a ponerse en lo peor con el caso Gudelj con la que estaba cayendo en el Fuenlabrada?
–Nunca es bueno, primero por la persona infectada y luego por el revuelo que forma, pero yo creo que tanto la organización como los profesionales han actuado de manera ejemplar. Haciéndolo fácil en una situación difícil. Hemos sabido reaccionar para que el efecto del positivo de Nema (Gudelj) haya sido el menor tanto a nivel psicológico, de concentración como de aislamiento. Ha sido una prueba más en una temporada muy complicada, muy difícil. Él está totalmente asintomático. Aplicamos un protocolo mucho más estricto del que la Liga hubiera aplicado.
–Ha mencionado que ha sido una temporada muy dura y ahora la ilusión es máxima, pero en los entresijos de la planificación ha habido muchas cositas…
–Ha sido muy dura porque han sobrevenido cosas que no tienen nada que ver con lo deportivo. Si el 8 de marzo me preguntas qué efectos tiene un ERTE en una plantilla o qué es un IgM o un IgG o un PCR… Del ERTE algo porque estudié Derecho, pero de lo demás nada. Hemos tenido que tomar decisiones en campos en los que todo era nuevo y muy alejado de lo deportivo aunque afectaba muy directamente a lo deportivo. Yo hago un repaso de las videollamadas con los capitanes cuando hablábamos de situaciones laborales, y de llegar a un acuerdo para el ERTE. O me acuerdo del primer entrenamiento el 8 de mayo con los jugadores llegando cada cinco minutos, lavando el coche… con una sensación de lejanía tan grande. No ha sido fácil. Pero hemos tenido una predisposición magnífica de la plantilla, una exigencia muy buena del cuerpo técnico que a todos nos ha puesto el listón alto y una respuesta excelente de la organización desde el primero hasta el último.
–Y todavía puede hacer historia con estas dificultades.
–La gente está muy mentida y muy enchufada. Sabe que todo el sacrificio que hemos tenido que hacer tendría un colofón magnífico haciendo algo importante en la Europa League. Para mí ya ha sido importantísimo pasar a cuartos. Cuando saltó lo de Nema, la preocupación del equipo era, primero lógicamente la salud del jugador y la familia, y después, perder días de entrenamiento. Eso demuestra el hambre que hay en el vestuario.
–¿Esperaba en el primer año de su vuelta tanta gloria? La cuarta plaza de manera tan brillante, el camino que se puede hacer en Europa…
–Cuando haces una planificación, porque el papel lo admite todo, siempre piensas que has hecho una plantilla capaz de responder a las exigencias de este club. Aquí hay unas exigencias top. Yo me hago la pregunta, ¿estás satisfecho de la temporada? Estoy satisfecho, estoy contento. ¿Es más de lo que esperaba? Bueno, cuando un director deportivo llega nuevo, con una plantilla que no has hecho tú, un nuevo técnico… uno piensa que puede conseguir los objetivos. Yo me quedo con la regularidad. No el qué se consigue, sino el cómo se consigue, la sensación de fiabilidad. No es que hayamos hecho un sprint final impresionante, sumando, por ejemplo, de 33 puntos 29 y de estar octavo terminar el cuarto, no. Desde el primer día el equipo ha estado ahí. No sé las jornadas que hemos estado en puestos Champions, pero creo que de 38 habrán sido 30 ó 32. Siempre hemos estado cercanos al tercer puesto, o terceros y hemos empatado a puntos con el Atlético. Quitando el de la Copa, no ha habido momentos de decir “oye, esto se nos está cayendo a pedazos”.
–A decir verdad hubo dos momentos de dudas, el la Copa y otro coincidiendo con el 4-0 en el Camp Nou y algunos empates en casa.
–Sí, pero en 38 jornadas tiene que haber algún momento así. Lo que quiero decir es que ha sido un bache y no un socavón. Me quedo con la fiabilidad desde el primer día. Desde que jugamos contra el Reading en San José de la Rinconada, el equipo ya ese día transmitió algo. Luego vas a Boston y le ganas al Liverpool, sí, empieza la Liga con dos partidos de visitante y los gana los dos. La regularidad ha sido una constante y eso es importante para lo que viene. No nos podemos parar, hay que planificar una temporada nueva, hacer un examen de los comportamientos individuales y colectivos no sólo en el campo sino fuera. Me gusta hacer eso mucho porque me hace pensar con una visión mucho más amplia de lo que es la plantilla.
–Cuando la formó repetía en todas sus entrevistas que le había quedado algo pendiente en la planificación, una pequeña pincelada que no pudo dar.
–El rendimiento ha estado para mí rozando el excelente. Es verdad que ahora a toro pasado puedo pensar que la planificación no ha sido impoluta. Más allá de que se hayan conseguido los resultados en la Liga y en Europa estemos ahí en la pelea, prácticamente tengo las mismas sensaciones, quizá algunas menos, pero sigo viendo alguna debilidad en esa planificación mía que tengo ahora tiempo para intentar mejorarla.
–¿Se ha encontrado a una afición aún más exigente?
–No, la afición del Sevilla es exigente equiparablemente a los logros conseguidos. No podemos pretender que sea como cuando yo era jugador. Una generación o una mayoría importante tiene en su mente títulos y finales. Tú no puedes llegar y decirle “oye, vamos a tener paciencia”. La paciencia es difícil pedirla en cualquier momento en el fútbol pero en una afición que ha visto lo que ha visto es complicado. Lo que hay que intentar es transmitirle la ilusión, la ambición en las dosis oportunas. No podemos decir ahora “dame cuatro años...”. No, dame cuatro años no. Dame cuatro años para hacer un proyecto mucho más grande. Para lo mismo no me pidas cuatro años Monchi, déjate de tonterías y quédate en San Fernando. El tiempo lo puedes pedir para hacer cosas más importantes, para hacer lo mismo no pidas tiempo porque no te lo va a dar nadie, porque es así, nos conocemos y lo hemos vivido. Yo un empate en casa o un empate fuera, ante el Levante, para mí es una crisis en mi cabeza. Crisis total y se acaba el mundo, pero es el Monchi más persona. El Monchi profesional tiene una noche mala y vuelve a la normalidad. Yo no tengo la sensación de haber tenido dos días después de un partido una sensación de negatividad de que esto se nos cae a pedazos. Esa noche y el día después… bueno, porque es mi forma de ser. Pero dos días después no.
–¿Otros años sí?
–Otros años sí ha habido más dudas, por eso decía antes lo del cómo, lo fiable que ha sido el equipo. Se han unido dos personas que no se conocían prácticamente de nada que son muy exigentes. Yo me considero una persona a veces exageradamente exigente y luego el entrenador me echa la pata, es poco conformista, siempre quiere más, siempre le saca punta a algo que pensamos todos que ha sido perfecto y con ese nivel de exigencia es difícil relajarse. Y sobre todo es difícil pararse, nosotros nos hemos parado muy poco. No tengo la sensación de haber tenido que tirar de mis recursos más internos para situaciones dramáticas, creo que no las ha habido. La eliminación de la Copa puede ser el momento más negativo, pero mal de muchos consuelo de tontos, el sistema de competición, cayeron el Villarreal, el Celta...
–Quizá ha enfocado sus dudas o ha hecho ruido con ciertos nombres, con Dabbur, De Jong… A lo mejor ha venido bien al centrar los debates y liberar al resto. Y si ese jugador tiene personalidad para aguantar la presión al final acaba beneficiando al equipo.
–Pretender que te compren todo lo que tú has hecho es imposible. Porque además ni con el jugador que mejor haya estado. Siempre va a salir alguien y va a decir, sí, pero no le da con la izquierda. Yo ya he aprendido qué hay que leer, porque es bueno leer, escuchar, ver... pero después tienes que actuar en función de lo que tú crees que es mejor para el equipo y a nivel personal estar cerca de aquel que lo necesite. En el caso de Luuk no ha hecho falta porque es un tipo con una personalidad tremenda y en ningún momento ha notado ese runrún. Es un tipo frío y se aísla. No voy a entrar en el debate de lo que aporta o no aporta. No tengo que defender nada porque no me siento ni acusado ni nada, simplemente cuestionado porque cuando se toman decisiones en un tema tan dispar como un fichaje o un rendimiento con tanta subjetividad, acepto todo, comparto todo y después yo intento tomar mis propias decisiones porque creo que es lo mejor para el club equivocándome o acertando sin miedo a que me digan “¿ves? Al final tenía razón yo, te has equivocado con éste”. Equivocarme por lo que opinan los demás me importa mucho menos que equivocarme en lo que yo pienso. Cuando cometo un error, que cometo muchos, intento reconocerlo y tomar las decisiones que crea oportuno.
–Sevilla siempre fue una ciudad de muchos entrenadores, ¿ahora también lo es de muchos directores deportivos?
–Si, pero el ser el centro de la diana para lo positivo y lo negativo, y yo sé que no paso inadvertido, tiene sus cosas bonitas y también que todo el mundo quiere demostrar que puede ser como tú a la hora de opinar. Pero todo eso me sirve mucho. Hay cosas que se me escapan.
–Pero en realidad a Monchi le dan mucho más azúcar que palos. ¿Llega a echar de menos que le tiren un poco de las orejas? No sé, para mejorar…
–Si soy sincero tengo dos cosas: no suelo leer mis entrevistas, me aburren porque ya sé lo que he dicho, y le doy para arriba en el tuitline cuando hablan bien de mí. Y me centro mucho más cuando hay críticas. Creo que se crece mucho más con el palo que con azúcar. Tú escribes un artículo mío y a lo mejor lo leo o a lo mejor directamente lo reenvío a mi mujer, mi madre o mis amigos. Por mi forma de ser no me va a afectar en nada ni para bien ni para mal porque mi exigencia soy yo mismo. A veces me enroco demasiado. Eso sí, cuando hay algo negativo lo examino. A lo mejor tiene razón, puede ser, no soy infalible, me gusta… pero me pierdo muy poco. Los que me conocen saben que no son palabras vacías, es la realidad. Me pierdo poquísimo, porque no tengo tiempo además. A nivel de exigencia cada día es un reto nuevo.
–Entonces nos está animando a que le demos más palos…
–No, que me deis los que merezco. Yo asumo que cuando uno toma la decisión de firmar un jugador, un entrenador o dar una charla a la plantilla sé que alguien la pueda valorar como positiva o negativa.
–Hablando un poco ya de la planificación próxima no le voy a preguntar por nombres, pero la pregunta que todo el sevillismo sí quiere saber es si Diego Carlos y Ocampos seguirán.
–Saber lo que va a pasar en el futuro normalmente es complicado y en este mercado hay más incertidumbre. No sabemos qué va a pasar dentro de un mes a todos los niveles. En un escenario normal sería pesimista en la posibilidad de que salgan los jugadores porque hay clubes con fuerza económica y son jugadores que han llamado mucho la atención y además somos un club que trabajamos como trabajamos y que no vamos a cambiar. Si vienen ofertas que son increíblemente buenas se estudiarían. Pero en este mercado en el que la incertidumbre económica es muy grande soy más optimista, entre comillas, en cuanto a que se queden. No veo potencial económico para jugadores que han crecido mucho en su valor.
–Sí es cierto que en la opinión externa el Sevilla es un club que ficha muy, muy bien, pero que a la hora de vender no ha sido capaz de hacer una venta gorda mas allá de 30 ó 35 millones.
–A lo mejor es que no hemos tenido jugadores de 50 ó 70 millones de euros. Ben Yedder se vendió por la cláusula al único club que lo quería comprar y eso es una realidad. Por Ben Yedder no hemos tenido 14.500 ofertas. El único equipo que vino por él fue el Mónaco. Pablo (Sarabia) tenía una cláusula de 20 y se vendió en 20. También Pablo vino por 400.000 euros y no podíamos ponerle una cláusula millonaria, no podemos pretender ser los más listos del mundo. Esto es como todo, a día de hoy a lo mejor no hemos tenido esa oportunidad, pero no todos los días se venden jugadores por 70 u 80 millones de euros, vamos a echarla al suelo.
–¿Ahora sí lo palpa?
–Es que es verdad que el mercado está en un momento difícil y hay mucha incertidumbre. La Liga francesa no se ha reanudado; Italia está como está; en España estamos así, así; Inglaterra, que es la que tiene más músculo, tampoco es que tenga 20 equipos que paguen 50 millones de euros; en Alemania hay sólo uno… Para comprar jugadores por 50 ó 60 millones sólo hay 10 equipos, no hay más. Y de esos 10 alguno se ha caído ahora. Hay problemas económicos. Nosotros somos un club... oye, Rony, que es el fichaje más caro de la historia, han sido 23 millones. Hay más de 30 equipos en el mundo que han comprado jugadores por encima de esa cantidad, seguro. Y tampoco compramos muy alto.
–El año pasado cuando llegó detectó claramente que faltaba físico; ¿ahora qué perfil buscará para reforzar la plantilla?
–Sin entrar en detalles, creo que tenemos bien visualizados los defectos y sobre todo las mejoras necesarias. Lo que hemos hecho bien ahora hay que intentar potenciarlo. Con un mercado mucho más tranquilo en cuanto a número de incorporaciones, que no van a ser 14 ó 15 como este año, vamos a afinar un poco más. Tenemos que dibujar perfectamente el perfil con el míster y ponerle el nombre que reúna ese perfil. Ésa es mi gran tarea, mía y de mi gente. Afinar al máximo en el perfil. No queremos equivocarnos, porque al final el rendimiento varía por muchas cosas. No equivocarnos en darle al míster lo que necesita y potenciar más aquello que ya hemos hecho.
–No me gusta hablar de nombres, pero al ver insistentemente el de Rakitic... Debe ser que alguien no le pone freno a eso.
–Yo he leído en este último mes nombres, declaraciones de jugadores, de presidentes… que tienen una oferta del Sevilla, que dicen “voy para allá”, que pienso que será otro Sevilla. Con todos mis respeto hacia vosotros, que sois, la palabra lo dice, medios, que si lo publicáis es porque alguien lo cuenta. Yo sé que si yo hoy digo que voy a vender a Fernando Navarro por 50 millones, tú publicas que voy a venderlo por 50 millones. A veces leo que se publican cosas que me llaman la atención extraordinariamente, a veces el presidente me llama y me dice “Monchi ¿no me cuentas las cosas?”. El caso de Ivan, que es un jugador que por lo que declara le gustaría volver al Sevilla, hoy, mañana, dentro de dos años…, es evidente. ¿Que a mí particularmente me gustaría que algún día si se dan las cosas pudiera volver? No escondo que es mi amigo. ¿Se rodearán esas posibilidades? A día de hoy lo veo difícil, por no decir imposible. Cosas más difíciles se han visto. Pero a cortísimo plazo, o sea, ya, no lo veo. Es tan complicado económicamente que no lo veo, no lo veo. ¿Que se sigue alimentando? oye, también es que no hay muchas más noticias. Llevamos la planificación muy en silencio y es la primera vez que estamos planificando compitiendo. Hemos tenido que cambiar un poco la forma de trabajar. Ahora mismo lo que me preocupa es el rendimiento de los jugadores. Cuando termine la Europa League cambiaremos la forma de trabajar, pero a día de hoy todo lo que se está manejando lo estoy llevando yo personalmente. Yo sé con quién tengo que compartir las cosas en el club, pero en otro momento a lo mejor me abro un poco más. Ahora soy mucho más hermético.
–La última es para nota: ¿está el Betis tantos escalones por debajo?
–No me gusta examinar cosas que no son mías, pero la diferencia entre ambas entidades no es ni mucho menos esos 29 puntos, en absoluto. El Betis como entidad ha crecido muchísimo en los últimos años, haciendo las cosas muy bien, equivocándose como nos equivocamos todos y para nada descartaría un proyecto, todo lo contrario. Creo que tienen una base buena y hay que seguir pensando que es un rival, no un rival como tal por el localismo absurdo, sino un rival de verdad, como puede ser el Valencia, la Real Sociedad o el Athletic. Un equipo con un potencial, sólido por su afición… el club está creciendo. Un rival para tener en cuenta pero no para ganar los derbis, eso está bien el primer día, el día que lo ganas, sino para pelear lo que estamos peleando nosotros.
Siempre que la lucha por el poder se recrudece se especula con la posición de un Monchi que está en medio de todo y que su trabajo se limita a la parcela deportiva. Así que el gaditano pasa de puntillas por los nuevos movimientos accionariales que se anuncian. “Hay tanto por delante a nivel deportivo que mal haría yo deteniéndome en algo como eso ahora. A día de hoy no me va a cambiar mi mentalidad. Lo veo, lo percibo, pero lo veo un poco todo desde lejos, viendo lo que está pasando, pero interiormente no estoy intranquilo. Entre la posibilidad que hay en la Europa League y el mercado como lo estoy llevando, que lo estoy haciendo de manera muy personal, me abstraigo mucho tiempo”.
Monchi asegura que se encontró, a su vuelta, un club transformado en muchas cosas. “Me he encontrado la confianza que yo quería para poder hacer aquello que yo creía que era necesario, evidentemente consultándolo, madurándolo y escuchando cualquier opinión. Eso es motivo de satisfacción, ver que la gente te aprecia, te respeta y te da esa confianza. Y luego en algo que yo creo fundamental para el futuro hemos crecido mucho en el tema del dato. Sabéis que desde que volví de Italia era una obsesión mía, crear el departamento de I+D, el desarrollo que le hemos dado,… Me he encontrado un club que ha tenido la mentalidad que ha sido la clave del crecimiento, pero con más medios, con más capacidad y más conocimiento”, asegura.
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