Nolito: "En verano tenía pie y medio fuera y sigo al pie del cañón"
Sevilla FC | Entrevista
El sanluqueño relata su confinamiento mientras se prepara "por si el míster cree necesario que juegue"
"Termino contrato y no creo que renueve con el Sevilla", se resigna
Manuel Agudo Durán, Nolito (Sanlúcar de Barrameda, 15-10-1986) está viviendo de forma muy familiar su confinamiento. En casa, con sus tres hijas y su mujer, reparte el tiempo entre la atención a su familia y la preparación física. También tiene espacio para la afición, a través de mensajes como la llamada que hizo al padre Indalecio o esta entrevista a Diario de Sevilla, en la que desgrana sus inquietudes. Cumple contrato el 30 de junio, pero todo está tan en el aire… “El verano pasado tenía pie y medio fuera del Sevilla y aquí estoy”, recuerda.
–Ya se ha cumplido un mes de confinamiento. El Sevilla incluso se anticipó, el 13 de marzo, al decreto del Gobierno…
–Sí, después del Sevilla-Roma que no se jugó, nos fuimos para casa. A ver qué pasa, tranquilidad, paciencia y que muera la menos gente posible.
–Los futbolistas de élite, al menos, tienen amplias viviendas, casas con jardín… En los pisos se lleva peor…
–Sí, yo he vivido en un piso y éramos nueve o diez. Era un pisito pequeño, en el que vivíamos con mi abuela y mi familia. Nosotros somos privilegiados, sinceramente. Porque yo tengo una casita con piscina y jardín. Y alguna parte del día si hace sol las niñas salen y corren fuera. La mayor por la mañana sí tiene colegio por videoconferencia, de 9:30 a 14:00… Pero sí, somos privilegiados. A las niñas les da vida poder salir media hora al jardín, a mí me da igual, pero a las niñas les da felicidad.
–¿Cómo era su vida entonces, en Sanlúcar de Barrameda, en aquel pisito para tantos?
–Yo me crié con mi abuelo y mi abuela, tenían sus hijos y para mí mis primos eran como mis hermanos. Éramos nueve. Nos criaron mis abuelos, a sus hijos y a mi primo Cristian con su madre y a mí. Todos en un piso y éramos superfelices, aunque es verdad que en aquellos tiempos estábamos todo el día en la calle. En el piso nos veíamos para comer y dormir. Jugábamos a policía-ladrón, al fútbol o íbamos a coger piñas y almendras… Eran otros tiempos.
–En Sevilla ahora también es familia numerosa, oficialmente…
–Sí, yo vivo con mi mujer y mis tres niñas. La mayor tiene diez años y las otras dos son mellizas y tienen cuatro años. Mi mujer se ocupa de las tareas de la escuela con las dos chicas. Con la grande no hace falta. Es un sol, lo hace todo perfectamente, no sé a quién sale..., al padre, no. Saldrá a la madre (risas).
–¿Y su rutina de trabajo?
–Me levanto, desayuno, hago la rutina de preparación física y a lo mejor me pongo a cocinar con mi mujer, o estoy pendiente de las niñas… Salimos a jugar a la pelota fuera. Es lo mismo casi todos los días: entrenar en la cinta, en la bicicleta estática o afuera a hacer algunas carreras…
–¿Y la cocina se le da bien?
–Sigo la dieta con mi mujer. Yo voy haciendo la ensalada, cortando el tomate, el atún, el pavo, el queso fresco… O los espaguetis. Los sábados me gusta encender la barbacoa, para hacer el pollo o la carne a la brasa.
–¿Cómo cree que va a influir en el equipo, en el colectivo, este trabajo individualizado en casa?
–No es lo mismo. No es igual que entrenar en la ciudad deportiva, con balón, con tus compañeros… todo es real. Aquí estás en la cinta, haces unos ejercicios, realizas equis metros de carrera, haces sprints fuera en el jardín… Nosotros no estamos de vacaciones. Todos los días entrenamos. Al nutricionista le tenemos que mandar todos los días el peso. Las circunstancias son las que son y tenemos que estar en la mejor forma física por si volvemos a jugar otra vez.
–¿Cree que los futbolistas de corte técnico, como es su caso, llevan peor no estar en contacto con la pelota y los compañeros?
–No, sinceramente, no. El futbolista que sea técnico y tenga calidad lo va tener siempre, da igual que pasen los años. Estará más gordito, estará menos rápido… Pero cuando coge el balón y te dice te la voy a poner ahí… Y no me refiero a mí, me refiero a muchos jugadores. Conozco a muchos de mi pueblo que no han jugado en Primera, que tienen mucha calidad y están gordos o están parados y te hacen un cambio de orientación de 50 metros y te la ponen al pie. Y hay jugadores de Primera que eso no lo hacen, eso te lo puedo asegurar. Pero si te llevas dos meses sin entrenar con el equipo físicamente pierdes mucho, es normal.
–¿Se reanudará la Liga?
–Por lo que dicen puede ser que se reanude. Pero a ver de qué forma lo hacen. Si te llevas dos meses sin entrenar con el equipo necesitaremos una minipretemporada. Si en verano te llevas un mes de vacaciones y haces un mes de pretemporada… ¿ahora qué vamos a necesitar? No lo sé, sinceramente. Lo que sí sé es que en el Sevilla estamos trabajando individualmente, tenemos unos ejercicios que hacer y tenemos que estar lo más finos posible de cara a cuando empiece la Liga otra vez.
–¿Ha hablado con Juan Carlos Álvarez Campillo, el psicólogo que ha puesto el Sevilla a disposición de la plantilla?
–Sí, claro. Yo tengo mi psicólogo particular y he trabajado muchos años con varios psicólogos, porque yo creo que nos ayudan. Todo lo que sea sumar, bienvenido sea. En esta situación hay que estar tranquilos y tener positividad.
–¿En qué aspectos lo ayuda su psicólogo particular?
–En muchísimas cosas. El futbolista es humano, es persona. El que gane diez y el que gane 500. También llora, también sufre y también padece, da igual que gane mucho dinero o poco dinero, también tiene una familia y sus problemas. Los problemas, con dinero o sin dinero, son problemas… Y ahora estoy trabajando con Carlos, uno de Sanlúcar de Barrameda, y me ayuda mucho, tenemos nuestras terapias.
–Arroz a la marinera, langostinos de la colita azul… ¿Esa terapia?
–Eso sí que es una terapia (risas). Pero no está lejos el arroz a la marinera... Con el arroz a la marinera te comes un bollo de pan y eso es media hora más en la cinta. Así que de momento vamos a dejar el arroz a la marinera para el verano, si se puede, que hay tiempo para todo. Yo cuezo mariscos para las niñas y para mí, los sábados lo suelo hacer.
–¿Ha cocido alguna vez marisco para el vestuario?
–Sí, el año pasado traje marisco de Sanlúcar, gambas y langostinos, hicimos una comida en la ciudad deportiva y cocí el marisco.
–Se le da bien ese espíritu de vestuario, ese plus que da por su alegría, por su empatía...
–Bueno, intento estar alegre siempre, incluso cuando juego menos. Si no juegas qué vas a hacer, ¿vas a matar a alguien?, no lo vas a pagar con el compañero. Son circunstancias que se viven en el fútbol y en mi carrera he pasado por todo tipo de situaciones. Hay que intentar estar alegre y ser buena persona, que es lo que vale, y ya está.
–Esta temporada empezó Nolito como titular y jugó hasta la suspensión 20 partidos, cinco goles, tres asistencias… Más partidos y más minutos que en la temporada anterior entera.
–En verano tenía pie y medio fuera del Sevilla, y tenía la idea de volver al Celta. Estuvimos a punto de cerrarlo. Pero al final el club decidió quedarse conmigo, en el año de contrato que me quedaba, y aquí estoy. Intenté hacerlo lo mejor posible, me he encontrado muy a gusto. Y a ver qué pasa ahora. El míster confió en mí y el club e intenté ayudar al equipo, estando al pie del cañón. Al principio jugaba más, ahora últimamente me ha dejado algunos partidos en la grada. Yo sigo en mi trabajo, a lo mío, y hasta que termine la temporada estaré al pie del cañón por si el míster me cree necesario.
–Este año también se ha lesionado cuando estaba teniendo más continuidad, en diciembre.
–Tuve un porrazo en la rodilla en un entrenamiento, una pequeña fisura en el hueso y estuve parado cuatro o cinco semanas. No podía correr, el impacto me dolía.
–Y cuando se ha recuperado, otro gaditano como Suso lo ha desplazado del once…
–Sí, la realidad es que sí. Han venido Suso y En-Nesyri y he jugado mucho menos. Al terminar contrato era una posibilidad que conforme se aproximara el final de la temporada cada vez jugara menos. Y encima ha venido Suso, que juega en mi puesto (en la otra banda), y En-Nesyri, que es delantero pero también puede jugar ahí y lo está poniendo el míster ahí. Yo estoy preparado para lo que tenga que venir.
–¿Cree que se volverá a enfundar la camiseta del Sevilla?
–No sé, no sé si se va a reanudar la Liga o no. Nunca sabes lo que puede pasar. En verano tenía los dos pies fuera del Sevilla y he jugado 20 partidos con cinco goles.
–¿Ha hablado con su representante del problema de los contratos a partir del 30 de junio?
–Claro, termino contrato y no creo que renueve con el Sevilla. Entonces si se renueva la competición no sé cómo irá eso. Estoy muy perdido en eso. Él me comenta que si se reanuda la Liga automáticamente la FIFA alarga los contratos, pero no sé cómo. Hay futbolistas que están cedidos o están firmados por otros clubes… No sé cómo lo harán. La FIFA hará o deshará.
"Un sevillista más" pase lo que pase
Nolito tiene claro que la temporada que viene no seguirá en el Sevilla. "Aquí he pasado muchos momentos buenos, con muchos compañeros. Y también momentos malos. De todo se aprende, pero pase lo que pase en mi futuro seguiré siendo un sevillista más", afirma, antes de enviar un mensaje que suena a despedida. "A la afición, muchas gracias por el apoyo que nos da siempre, tanto dentro como fuera del campo. Y a la gente, que tenga paciencia, esto es muy duro para mucha gente que lo está pasando mal por muchas circunstancias. Es una situación que nos ha tocado vivir y hay que llevarlo lo mejor posible, sea en un piso, en un chalé o donde sea. Cada uno debe intentar ser feliz". El sanluqueño también ha pasado una dura Semana Santa. "Somos devotos. La Virgen del Carmen, la Virgen del Rocío, los pasos de aquí… El año pasado fuimos al Polígono San Pablo a ver la cofradía con unos amigos. Y el Jueves Santo fuimos a Sanlúcar a ver el Cautivo. Ha sido una Semana Santa dura para todos, todo un año esperando para sacar tu paso y no poder hacerlo… El año que viene si Dios quiere veremos la Semana Santa y la cogeremos con más fuerza", asegura, mientras sueña con el fin del confinamiento: "Seguramente iremos a Sanlúcar a ver a mi familia. Reuniremos a la familia, mi abuela, mi suegra, mis hermanos, y comeremos con ellos. Unos fideos con langostinos, me gustan más que el arroz a la marinera, por ejemplo…".
También te puede interesar
Lo último
REPENSAR LAS CIUDADES PARA LA RESILIENCIA CLIMÁTICA
La resiliencia climática exige innovación y colaboración
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Icónica, la nueva tradición de Sevilla
El parqué
José Ángel García
Retroceso del Íbex