La Champions, garante del prestigio
Sevilla FC
El Sevilla no abre hoy una semana cualquiera, sino la del inicio del torneo que marca el crecimiento transversal de la entidad
Economía e ilusión suman a partes iguales
El Sevilla no abre hoy una semana cualquiera. Por las gradas, vallas publicitarias y vomitorios del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán se instalan ya este lunes las lonas con los logos de la UEFA Champions League, la competición de los grandes por excelencia, el torneo que ofrece millonarios dividendos y un prestigio que sólo se agota cuando llega la eliminación.
El Sevilla inicia mañana ante el Red Bull Salzburgo una nueva participación en la competición de los campeones, en la que no ha logrado la entidad nervionense la gloria y la plata que ha amasado con la Europa League, pero en la que sí compensa la inyección económica que trae consigo.
Anima los presupuestos, ilusiona a aficionados, provoca que los gestores se froten las manos, atrae a los mejores jugadores del mundo y facilita las negociaciones con los representantes. Es el glamour de las bolas blanquinegras con estrellas de cinco puntas, del inconfundible himno basado en la pieza de Händel y los patrocinadores de altos vuelos.
El Sevilla está ahí y es donde se obsesiona con permanecer. El resto debe ser cosa de Monchi, capaz de hacer encaje de bolillos con el músculo financiero que puede aportar tres temporadas consecutivas el equipo en la máxima competición continental.
135 millones extra
Estar en la Champions le va a permitir al Sevilla recibir una importantísima inyección que se añadirá a los beneficios obtenidos por la mera clasificación y los avances por competición, aparte de por puntos y victorias, y los célebres y complejos de entender pluses por market pool.
El acuerdo de LaLiga con el fondo de inversión internacional CVC supondrá una inyección de 2.700 millones de euros para los clubes de LaLiga, de los cuales alrededor de 135 millones serán para el Sevilla dependiendo aún de criterios por adoptar en función de audiencias y número de temporadas del acuerdo final.
Este dinero, a diferencia de los ingresos atípicos por competición, no podrá usarse íntegramente en compra y contratación de jugadores, ya que sólo 15% será, por decirlo de alguna manera, para Monchi. Mejora de estructuras e instalaciones, nuevas estrategias y equipamiento financiero... serán los aspectos destinatarios de un 70% de esta inyección. El otro 15%, según lo que se ha publicado procedente de fuentes de LaLiga, podrá destinarse a refinanciar deudas ya contraídas y a compensar pérdidas por la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias, un espectro este último que abre el abanico bastante.
¿Un estadio 5 estrellas?
José Castro, que ponía sólo hace unos días la primera piedra de una nueva obra en la ciudad deportiva, defiende que su gestión descansa en tres pilares fundamentales, los éxitos deportivos, el saneamiento económico y la inversión en instalaciones.
La apuesta por la ciudad deportiva, donde el club ha proyectado un campus empresarial y ha levantado un estadio con oficinas desde las que ya puede decirse que funciona la entidad en materia deportiva, se ha añadido a una reforma del estadio que se encaminó exclusivamente a la celebración de la final de la Europa League. Pero el Sánchez-Pizjuán necesita una actuación integral, que no sólo conlleve una ampliación del aforo, sino que ofrezca al abonado comodidades y prestaciones que hoy tiene cualquier estadio de Primera (el Levante ha instalado una cubierta que a todas luces es necesaria en Nervión). El estadio, que acaba de cumplir 63 años, requiere una inversión realmente importante y no parches y actuaciones aisladas. Claro que ello a veces no es compatible con la inversión en la plantilla y la prueba, a diferente escala, la podemos tener en el Real Madrid o el Barcelona, a quienes les cuesta cada año más luchar por los títulos y a la vez reformar como se merecen, y como desean, sus estadios.
La Superliga pasó cerca
Esto último puede explicarse como una de las razones y la génesis de la Superliga europea.
Y una muestra del crecimiento que ha experimentado el Sevilla al calor de las competiciones UEFA, los seis títulos de Europa League y sus participaciones en la Champions en las que ha sido un asiduo al menos hasta octavos de final (en 2019 llegó hasta cuartos) fue la invitación, –primero negada ante Tebas y después reconocida por el presidente– recibida en el día D para formar parte de esta Superliga, el invento fallido de Florentino Pérez y sus millonarios socios, fundamentalmente el Barcelona y la Juventus,
En el Sevilla se pensaron mucho aceptar o decir que no a este ofrecimiento que aseguraba beneficios, aunque finalmente la respuesta, acertada y elogiada por todos, fue ser fiel a la UEFA y a la filosofía de premiar el esfuerzo, los aciertos y el trabajo bien hecho.
Una ilusión competitiva
Con seis títulos de Europa League, una Supercopa de Europa, varias finales, Copas del Rey varias, también una Supercopa de España... el Sevilla vuelca sus ilusiones en pasar la barrera de los cuartos de final de la competición de mayor prestigio de clubes. Es un reto para Lopetegui y una ilusión para la hinchada, que ha visto ya a su equipo revolotear por la miel de la Liga. ¿Y la miel de la Champions? ¿Por qué no?
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