Fernando descompensa y Fernando equilibra
El partido del Sevilla | Análisis
El brasileño se tiró arriba a romper líneas y su equipo lo pagó en las transiciones
Lopetegui corrigió lo que salió mal del plan con una defensa de tres y el brasileño se fue de un área a otra
La Champions suele no perdonar y ahora mismo amenaza el futuro de un Sevilla que se equivocó y que recibió su castigo. Enmendó parte de su error en la segunda parte, pero, de momento, viaja a Alemania en clara desventaja fruto de la sangría que Haaland y su banda realizaron en las transiciones por lo que puede ser un paso en falso con un movimiento en las funciones y los roles de los pivotes que pretendía compensar una de las cuestiones del rival, pero que acabó desnudando otras.
Lopetegui invirtió el sentido del triángulo de centrocampistas. Lo ha hecho otras veces y no debía pasar nada. En teoría. Puede que fuera por el funcionamiento del Dortmund en su presión en bloque alto, esto es, en su inicio defensivo bajo un pétreo 1-4-5-1. Eran los interiores los que saltaban a los centrales del Sevilla en su salida y con ello lograban dos cosas, que Haaland estuviera fresco para los esfuerzos de verdad importantes y que, además, estuviera siempre centrado, sin basculaciones.
Por ello Lopetegui, quizá para contenerlos, alineó a Joan Jordán con Fernando, dejando a Rakitic por delante en ese triángulo invertido con respecto a lo habitual, pero la segunda parte del plan de partido era que Fernando se descolgara (como lo ha hecho otras veces) saltando líneas de presión y creando superioridad numérica en ataque, pero ello restó a la pieza fundamental para defender las contras que se podían producir y ahí, en las transiciones del Dortmund tras las pérdidas, las piernas de Jordán no son las del brasileño. Mucho menos su inteligencia táctica.
Defensa
El Sevilla, más allá de esa variante en la estructura, no supo frenar al Dortmund en las transiciones por dentro. No estaba Fernando, muchos metros fuera de jugada, pero la gestión de las vigilancias y los repliegues no fue la más correcta. Diego Carlos salía en vez de temporizar y dejaba girar a Haaland con facilidad, Koundé, sin referencia clara, no sabía si ir o quedarse y los laterales andaban también lejos en sus subidas.
Lopetegui corrigió esto en el descanso pasando a defensa de tres con Fernando entre los centrales (de pisar el área contraria a no moverse de la propia) y la situación mejoró.
Ataque
Sin la potencia de Ocampos –puede que fuera el partido en el que más lo echó de menos el equipo–, la mejor opción de un Sevilla con Suso y con el Papu era aprovechar que el Dortmund defendía con las líneas muy juntas pero abierto, con la chance que da eso para los pases interiores. La apuesta, como otras veces con Koundé, era sacar ventaja numérica con las llegadas de Fernando en un ataque con un En-Nesyri nulo y más útil en defensa que mirando al arco rival.
En la segunda mitad, el Sevilla apretó y logró encerrar al Dortmund con presión desde las bandas y con un De Jong más fijador que quizá era más partido para él.
Virtudes
La fe, la aportación del tiralíneas a balón parado de Óscar.
Talón de Aquiles
Las pérdidas por dentro son imperdonables contra un rival como el que había enfrente.
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