El tirón de oreja de Sergio Ramos a su amigo Isco tras el penalti anulado

Las varias polémicas del derbi Betis-Sevilla dejó también imágenes habituales de desencuentros, agarres, encaramientos, pequeñas tanganas... Y hasta un tirón de orejas en esta ocasión que recogieron las cámaras de Movistar. Fue tras la discusión colectiva que se produjo en torno al árbitro Sánchez Martínez previa a la revisión del penalti que pitó de Badé sobre Isco y del que se desdijo por recomendación de Ortiz Arias en el VAR.

Sergio Ramos e Isco son amigos y compartieron vestuario y gloria en el Real Madrid. Nada menos que 19 títulos lograron juntos, con mucho más protagonismo del primero que del segundo, eso sí: 5 Champions, 4 Mundialitos de Clubes, 3 Ligas, 3 Supercopas de Europa, 1 Copa del Rey y 3 Supercopas de España. Más de una vez han tenido gestos de complicidad, guiños amistosos, incluso en el contexto de un derbi. Pero en el fragor de la batalla las amistades tienen los límites que ponen la defensa acérrima de los colores.

Fue en el minuto 58. Badé le ganó un balón a Isco en el área sevillista y cuando salía de ella hacia el flanco derecho de la línea defensiva el atacante intentó frenar al defensor con su brazo y éste le soltó el suyo dándole en el hombro y rozándole la cara. Sánchez Martínez pitó penalti. Pero Ortiz Arias lo instó a revisarlo y una vez vista la jugada en el monitor se desdijo. "Vale. Voy a cancelar el penalti, que no es suficiente", señaló el colegiado de campo ratificado por su colega de VAR: "Le roza, pero en ningún momento es temerario", le reafirma.

A raíz de que pitase el penalti y antes de desdecirse se entabló una discusión y Sergio Ramos, poco dado a la cortesía cuando defiende lo suyo, le recriminó a Isco que siguiera reclamando un golpe en la cara, como acusándolo de haber simulado en exceso. Y ahí vino el tirón de oreja del sevillista al bético. Otra anécdota más de un derbi que deja ahora una semana de debates y discusiones sobre las controvertidas decisiones de Sánchez Martínez. Terminó el derbi en el césped y empezó el posderbi de la guasa y los piques entre aficionados, algo de lo que la ciudad de Sevilla sabe algo.