Sevilla-Rayo Vallecano | La crónica
El Sevilla sale esta vez victorioso del purgatorio (1-0)
Sevilla FC
Pablo Sarabia se ha convertido en el rey del mercado, la ganga por el que todos los grandes de Europa se pelean mientras en el Sevilla ven su continuidad cada vez más complicada.
El jugador madrileño ofrece unas condiciones idílicas para cualquier club con potencial económico. En sus tres años en el Sevilla ha firmado unos números espectaculares, tiene una cláusula de rescisión de 18 millones (más el IPC) al alcance de cualquier entidad con solvencia financiera, una edad, 27 años, ideal para dar un salto con el gran contrato de su carrera...
El Sevilla albergaba la esperanza de poder reconducir las negociaciones para su renovación, que se habían erosionado mucho con la participación de Joaquín Caparrós en el caso, pero cada vez se antoja más cerca de un imposible por los clubes que han entrado en la carrera por el jugador.
La última oferta que, ya con Monchi al mando de las operaciones, le hizo el Sevilla sigue vigente, con la posibilidad de convertirse en uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla, pero ya casi nadie cree en el club nervionense que Sarabia va a acabar renovando su contrato.
El Paris Saint Germain ha entrado en una puja en la que ya estaba el Real Madrid y la situación ya ha alcanzado un punto en que no se trata de un tema económico, que también, sino en una cuestión de imparable crecimiento deportivo. Sarabia tiene la oportunidad de dar el salto a una de las mejores plantillas del mundo, con aspiraciones muy serias y en un vestuario plagado de estrellas a nivel internacional.
En los últimos días ha sido muy comentado un detalle que no pasa de una anécdota, pero que puede explicar las intenciones del PSG. Y es que su director deportivo, Leonardo Nascimento, siguió a Sarabia en su cuenta de una de las redes sociales, señal de que desea estar al tanto de sus movimientos.
En Francia, la prensa gala defiende que el club parisino piensa evitar riesgos yendo esta misma semana a por el jugador.La idea es abonar la cláusula de rescisión antes del 30 de junio, lo que hace que el Sevilla ya no tenga capacidad de maniobra.
A Monchi, tras cuyo regreso muchos pensaron que podía salvar la situación, sólo le queda esperar y asistir impotente a la marcha de un jugador que él mismo trajo a Nervión por apenas 360.000 euros. Las desaplicaciones llegaron con sus sucesores. Óscar Arias debió iniciar las conversaciones para renovar su contrato después de ser el mejor del equipo en su primer año, el de Sampaoli, y después Joaquín Caparrós tampoco fue capaz de coger el toro por los cuernos con el tacto suficiente tras su segunda temporada, también espectacular. Ahora, tiene la sartén por el mango y es el rey del mercado para los grandes.
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